El veto que aparenta no ser veto pero que a todas luces sí lo es del líder de Ciudadanos, Albert Rivera, al presidente del Gobierno en funciones y ganador de las elecciones generales del pasado 26-J, Mariano Rajoy, tiene un fin último claro y conciso: llegar a ser in pectore el relevo natural del propio presidente del PP al frente del partido conservador de referencia en este país.

Este ambicioso objetivo, que quiere lograr el líder de Ciudadanos más pronto que tarde, pasaría primero por poner una condición inexcusable al PP en las negociaciones para votar sí a la investidura de Rajoy como presidente del Gobierno para la XII Legislatura. Esta condición es que el propio Rivera sea el que sustituya al socialista Patxi López como próximo presidente del Congreso de los Diputados para la XII Legislatura.

Desde este puesto institucional, el tercero en importancia tras el jefe del Estado y el del presidente del Gobierno, Rivera se encontraría en una inmejorable posición para asaltar la propia dirección del Partido Popular en un futuro inmediato cuando se comience a plantear el relevo natural de Rajoy al frente del partido.

El PP es consciente de que debe potenciar su nivel de influencia en una comunidad decisiva como la catalana, donde el líder de Ciudadanos goza de una presencia incuestionable gracias a su pasado como parlamentario autonómico y su origen catalán. De este modo, Rivera actuaría a la inversa de cómo años atrás ejercía su poder en Madrid el diputado nacionalista catalán de la extinta CiU Josep Antoni Duran i Lleida durante las legislaturas de José María Aznar.

Ciudadanos está intentando de nuevo sentar a tres bandas a PP, PSOE y Ciudadanos para conformar una gran coalición, aunque de entrada el PSOE ya ha mostrado su negativa al respecto. Aunque Ciudadanos ha insistido que su estrategia no pasa por buscar sillones en las negociaciones, el objetivo primordial del partido naranja pasa por colocar a su líder en el sillón que la efímera XI Legislatura ocupó el socialista Patxi López.

A este respecto, el portavoz de Ciudadanos en el Congreso de los Diputados, Juan Carlos Girauta, ha sugerido la posibilidad de alcanzar un acuerdo para investir a un presidente del Gobierno “al menos” para media legislatura con el compromiso de una cuestión de confianza después de dos años.

En una entrevista en TVE recogida por Servimedia, Girauta aseguró que Rivera irá a hablar con Rajoy en caso de que así lo solicite el jefe del Ejecutivo en funciones. Sin embargo, lo hará para reiterar su defensa de la mesa de negociación entre las tres fuerzas constitucionalistas, con la precisión de que en Ciudadanos estarán «encantados» si no hacen falta. La experiencia, precisó, indica que sin su formación PP y PSOE «ni se hablan».

Girauta considera que el apoyo de Ciudadanos y PNV a Rajoy sería «una unión contra natura» y critica que se plantee antes siquiera de hablar de contenidos y de explorar la opción que «tranquiliza a todo el mundo», que sería la abstención del PSOE. El dirigente de Ciudadanos cree que el PSOE está debatiendo esa posibilidad «a la vista de los vecinos», por lo que se permitió pedir a los socialistas que definan su posición.

Precisó que para Ciudadanos es importante hablar de contenidos, porque para respaldar a un presidente es necesario saber lo que se va a hacer en los próximos años y añade que «no tiene sentido» apoyar a alguien con quien no existe «ninguna sintonía» en el proyecto.

Girauta insistió, por ello, en la conveniencia de empezar hablando de contenidos y dejar los nombres para después, con el objetivo de no bloquear de nuevo la negociación. «Unas terceras elecciones no son aceptables», alertó.

Girauta aseguró que es el PSOE quien tiene «la pelota en su tejado» para decidir si facilita o no una investidura, y acusó a ese partido de estar «bloqueando» la opción más factible, «la fórmula que tranquiliza a todo el mundo».

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