Los juegos de gladiadores fueron parte de la cultura romana y se prolongaron durante casi mil años, convirtiéndose en un rasgo esencial de la política y de la vida social del mundo romano. Combatientes armados entretenían al público en confrontaciones violentas contra otros gladiadores, animales salvajes o condenados a muerte.

La mayoría de estos luchadores eran esclavos, personas sin recursos que buscaban una salida desesperada o criminales condenados. Otros, eran hombres seducidos por la esperanza de obtener popularidad y el patrocinio de los ricos.

Como negocio y entretenimiento público, evolucionó de forma emergente durante cientos de años. Los espectáculos generaban mucho dinero y cumplían con una función tanto social como política. Ciertamente, los juegos servían para distraer a las masas desocupadas de cualquier descontento político.

Fue tal la magnitud de esta forma de vida normalizada, que se les representó tanto en la alta cultura como en la en objetos preciosos o comunes en todo el mundo romano.

Podemos afirmar que durante casi mil años estuvo de moda y totalmente normalizado ir al circo o el anfiteatro a ver cómo una persona mataba a otra de verdad, en la vida real, sin doblajes, sin actores para las escenas de riesgo. Ese era el entretenimiento: ver sufrir a otras hasta la muerte.

Obviamente, en el año 2.019 es impensable algo así, estamos totalmente civilizados y sabemos respetar al ser humano y no dañarlo. Es impensable que una sociedad pueda tener como entretenimiento sentarse a ver un espectáculo manipulado y expresamente creado para machacar al ser humano y sus emociones hasta hacerlas explotar en dramas como forma de negocio y de entretenimiento socio cultural.

Es impensable ¿verdad? Menos mal, estamos salvados. En el año 2.019, ya vivimos bajo la bandera universal del respeto y la libertad. ¿Seguro?

Si la ruptura de Albert Rivera con Malú fuera cierta, habría que hacerse varias reflexiones:

  • ¿Quién de los dos ha confirmado una relación de la que se habla hace meses y cuya ruptura es portada de todos los medios?
  • ¿Alguien se inventó la relación para después romperla y que fueran dos noticias?
  • ¿O es que ellos mismos no han querido hablar de ella?

Hasta donde yo sé, cuando dos personas inician una relación primero comienza y después continúa. Lo normal, es que, por muy seguro o segura que se esté con la persona que tienes delante, se necesita un mínimo de tiempo para entender qué se siente y qué se quiere. Al fin y al cabo, esos primeros momentos van a ser las bases de dos personas que empiezan a crear vivencias juntas.

Ese tiempo es sagrado, privado, y muy, muy íntimo, personal y, por supuesto, es algo humano. El hecho de ser famoso no exime de ser persona, sentir y sufrir como tal.

No digo que no pudiera ser una noticia con interés emocional de haber sido contada por los protagonistas y tratada por los medios con el respeto que merece. Pero, seamos sinceros, no se les ha dado tiempo ni a reaccionar, se les ha encerrado obligadamente en el circo y cuestionado sin haberles escuchado.

Si el amor hubiera surgido realmente entre ellos, la sociedad se ha encargado de manipular y deshumanizar sus emociones para el entretenimiento popular, que está de moda, que es negocio.

¿Cuándo decidieron ellos ser gladiadores en este circo?

No cabe duda que Albert Rivera y Malú han sido dos gladiadores fortuitos obligados a someterse a un auténtico circo romano emocionalmente hablando. A ellos no se les ha la opción de decidir, ni un cheque en blanco para comprar un drama manipulado y explotarlo.

Se les ha convertido en protagonistas para ganar unas monedas de oro a su costa, queriéndonos cargar su reputación en nombre del amor o del falso amor.

¿Cuándo nos convertimos nosotros en irrespetuosos espectadores pagando la entrada?

Quizás, se les haya condicionado su futuro, su destino, por obligarles a ser los protagonistas de un circo irrespetuoso y mediático. La prensa del corazón debería ser experta en transmitir emociones no en crear dramones claramente manipulados para hacer caja.

DEJA UNA RESPUESTA

Comentario
Introduce tu nombre