Según ha publicado The Guardian, más de una docena de niños han enfermado con una combinación nueva y «potencialmente fatal» de síntomas aparentemente relacionados con COVID-19, que incluyen dolor de estómago y problemas cardíacos.
Los niños afectados parecen haber sido afectados por una forma de síndrome de shock tóxico. Todos ellos, más de doce que han sido confirmados, tuvieron que ser atendidos en Cuidados Intensivos.
Al menos uno de ellos ha tenido que recibir un tratamiento de oxigenación por membrana corporal adicional, que se utiliza cuando la vida de alguien está en riesgo porque ya no puede respirar por sí misma, según ha publicado el diario inglés.
La mayoría de los niños afectados tienen la enfermedad de Kawasaki, una enfermedad vascular rara que es la principal causa de enfermedad cardíaca adquirida por menores de 18 años en Reino Unido. Se estima que hay unos 4,5 casos por cada 100.000 niños menores de 18 años en Reino Unido. Según explican, estos casos se han dado cuando un niño con la enfermedad de Kawasaki contrae COVID-19, lo que produce complicaciones.
«Los casos tienen en común la superposición del síndrome de shock tóxico y la enfermedad de Kawasaki atípica con parámetros sanguíneos consistentes en COVID-19 grave, en niños», han señalado los expertos.
Según un médico de cuidados intensivos, «ha habido un aumento inesperado en niños gravemente enfermos con una respuesta inflamatoria tardía que creemos que está relacionada con COVID-19. Es muy inusual».
Según The Guardian por el momento se desconoce si alguno de los niños ha fallecido.
Según la doctora Liz Whittaker, consultora del hospital St. Mary’s en Londres, miembro del comité experto en alergias, inmunología y enfermedades infecciosas del Royal College of Pediatrics and Child Healt, «esto no es algo por lo que la gente deba entrar en pánico».
Los niños ingresados tenían fiebres persistentes, dolor abdominal intenso y algunos además tenían erupciones cutáneas. Lo que más preocupaba a los médicos eran los análisis de sangre que indicaban inflamación severa, similar a la observada en pacientes adultos con infecciones graves por COVID-19.
De los niños que han sido ingresados en Cuidados Intensivos, varios han necesitado tratamiento para la inflamación del corazón. Y en este sentido, la preocupación de los médicos al respecto: «nuestra preocupación es que los pediatras que atienden a niños con fiebre y dolor abdominal hagan análisis de sangre para detectar problemas como la apendicitis, pero es posible que no hagan pruebas de sangre para problemas inflamatorios».
Por su parte, el presidente del Colegio de Pediatría de Reino Unido, el profesor Russell, ha dicho que es poco probable encontrar casos como estos. «Las nuevas enfermedades pueden presentarse de manera que nos sorprendan, y los médicos deben estar al tanto de cualquier evidencia emergente de síntomas particulares o de afeciones subyacentes que podrían hacer que un paciente sea más vulnerable al virus. Sin embargo, nuestro consejo sigue siendo el mismo: los padres deben estar seguros de que es poco probable que los niños estén gravemente enfermos con COVID-19, pero si están preocupados por la salud de sus hijos, por cualquier motivo, deben buscar ayuda de un profesional de la salud».
Para acceder a los comunicados oficiales que se presentaron ayer al respecto, consulte esta información.
