La polémica y surrealista votación de la reforma laboral de Pedro Sánchez sigue provocando acusaciones cruzadas entre los principales partidos. Mientras el PP, cuyo diputado Alberto Casero se equivocó y votó a favor cuando su partido estaba en contra, y Vox están decididos a llevar a los tribunales lo ocurrido ayer en el Congreso de los Diputados, y la rebeldía de los dos diputados de UPN frente a las órdenes de su partido, el PSOE ha sacado las armas y ha decidido responder con acusaciones muy graves.
Así lo ha hecho Adriana Lastra, vicesecretaria general del Partido Socialista, cuando ha acusado el PP de compra de voluntades de los dos diputados navarros. «Se trata de un caso de transfuguismo político, de compra de voluntades y lo único que nos queda es saber cuánto ha pagado el PP, o que les han prometido para que cambiaran su decisión», ha afirmado la diputada asturiana quien, en este sentido, ha recordado lo sucedido en Murcia, pero considerando que lo de ayer es «de lo más flagrante».
Lastra, además, ha revelado que con la primera persona que se puso en contacto la dirección del Grupo Socialista en el Congreso fue con el diputado de UPN Sergio Sayas. Según Lastra, éste les aseguró que los dos diputados de esta formación estaban de acuerdo con la reforma laboral si no se tocaba una coma del texto. Pero pidió al Grupo Socialista que contara con la dirección de UPN. «Es lo que hicimos», ha afirmado Lastra.
Por otro lado, ha añadido que hasta el último momento los dos diputados mantuvieron que iban a votar que sí a la convalidación de la reforma laboral. Sin embargo, en la votación, ha recordado, traicionaron a su palabra y a la dirección de su partido.
Adriana Lastra ha señalado, en una rueda de prensa celebrada en Ferraz, que en las imágenes de la votación de ayer en el Congreso «es claro que el PP conocía de antemano la decisión de los dos diputados«, que «había una estrategia planificada por parte de la derecha para comprar esas voluntades».
¿Tamayazo 2? En Madrid tuvieron más suerte con su compra. Realmente son maliciosos, oscuros como un cuervo y mentirosos como solo ellos, los de extrema derecha saben ser. Pero vivimos en un país donde la corrupción no se castiga lo suficiente. Desde luego esto no es Inglaterra. Las fiestecillas de su trump le costaran el cargo.
Ahora en serio: Se tendría que castigar con votos y con la justicia. La extrema derecha solo usa la democracia como lo hizo Hitler, para destruirla des de dentro.