Adiós a las mascarillas: El miedo a la cara descubierta

Hoy sábado desaparece la obligatoriedad de llevar mascarillas al aire libre, aunque hay quienes las seguirán utilizando

0

Hoy sábado desaparece la obligatoriedad de llevar mascarilla en los espacios abiertos, siempre que se pueda mantener la distancia de seguridad. Pero no todo el mundo recibe la noticia del mismo modo. El miedo a un enemigo invisible y la falta de confianza en los mecanismos de protección ante la Covid-19 suponen, a una parte de la población, argumentos para ser precavidos. Aunque, por otra parte, la mayoría espera con júbilo la relajación de las medidas sanitarias.

SIN MASCARILLAS

Las medidas de protección impuestas por las autoridades sanitarias no fueron bien recibidas, desde un principio, por todo el mundo. Consuelo Tomás, directora del centro que lleva su nombre y psicóloga con más de 30 años de experiencia en el ámbito de la psicología clínica detalla a

Diario16 los diferentes perfiles de las personas reacias a la utilización de las mascarillas: hay personas que directamente niegan la enfermedad. Por tanto, no consideran, en absoluto, necesario su uso; también hay personas que apelando a su libertad individual consideran que nadie les puede imponer que las lleven; y, por último, hay personas que no quieren utilizarlas porque consideran que llevarlas da una imagen de debilidad”.

FATIGA PANDÉMICA

La psicóloga recuerda que los mensajes iniciales no ayudaron mucho a la implantación de la obligatoriedad del uso de la mascarilla: “Hubo una ambigüedad muy grande en torno a las noticias, porque hasta que realmente se tuvo un abastecimiento de mascarillas no quedó claro si había que llevarlas o no”. Pero la relajación en el uso de mascarillas que entrará en vigor mañana se puede presentar, a priori, en el contexto actual, como un paso enorme hacia la normalidad: “La situación COVID ha generado ansiedad, problemas de sueño, conflictos familiares y dificultades a la hora de poder compaginar la vida laboral en casa con la vida doméstica. Se ha producido una fatiga pandémica y estamos cansados de las restricciones”, explica Consúelo Tomás.

PASAR PÁGINA

Pero, para la mayoría, el avance de la vacunación y la mejora de los datos sanitarios aporta la confianza suficiente para recibir con júbilo el quitarse la mascarilla. “Lo van a celebrar con alegría, sobre todo, los que tienen una necesidad muy grande de recuperar la rutina y pasar página”, continúa la psicóloga. Para ella, el impacto de llevar mascarilla “no se plasma solamente en nuestro estado de ánimo, sino también en relación a la forma de comunicarnos y de expresar emociones”. Para los profesionales, la comunicación mejorará con la retirada de la mascarilla en espacios abiertos: “Llevar las mascarillas no nos facilita el sentimiento de proximidad. Es decir, ver un rostro con una mascarilla es como no conocer a esa persona”.

ARREGLARSE MÁS

Con la mascarilla también ha llegado la dejadez, y la invisibilidad del rostro permite despreocuparse por una serie de hábitos que tienen que ver con nuestro cuidado de la imagen personal: “Vernos sin mascarilla hará que nos arreglemos un poco más. Por ejemplo, los hombres se arreglarán mejor la barba y las mujeres volverán a pintarse los labios y a ponerse colorete”, señala Consúelo Tomás, y continúa describiendo cómo el uso de la mascarilla ha llegado a limitar las actividades sociales: “Muchos hemos vuelto a casa más temprano con el deseo de poder quitarnos la mascarilla. La medida hará que queramos salir más a menudo, sobre todo ahora que viene el calor y la mascarilla puede dar una sensación de agobio”.

DESCONFIADOS

“Sentirse preocupado tiene que ver con la percepción del riesgo de contagio, la percepción de peligro”, afirma la psicóloga. La humanidad se está enfrentando en un tiempo récord a una pandemia que ha acabado con la vida de más de 3 millones de personas en todo el mundo. Los desatinos y el ritmo frenético de los avances sobrecogen a muchos: “Hay personas que dada la celeridad con la que se han sacado las vacunas tienen desconfianza y piensan que todavía faltan datos para saber cuál es su efectividad real”, continúa la profesional de la salud mental. Y señala otros perfiles de personas a las que puede afectar negativamente la medida: Por un lado los hipocondríacos: “Para ellos, quitarse la mascarilla va a contribuir para que sus niveles de ansiedad y de preocupación aumenten”;  y, por otro, están las  personas que han tenido contacto con la enfermedad: “Los que han tenido el COVID y han tenido síntomas muy graves; o las personas que han perdido familiares están especialmente sensibilizadas y pueden tener recelo a dejar de usar la mascarilla”.

ADVERTENCIAS

Los profesionales advierten, por un lado, a los despistados: “tenemos que tener cuidado cuando salimos al exterior de donde guardamos la mascarilla, porque ahora nos la vamos a poner y quitar constantemente”; y, por otro, a los incautos: “es importante que la gente no se deje llevar por las falsas noticias que aparecen en las redes sociales y medios de comunicación de todo tipo”.

DEJA UNA RESPUESTA

Comentario
Introduce tu nombre