El Reino Unido y la Unión Europea han llegado a un acuerdo este jueves para el Brexit. Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, instó al Consejo Europeo en Bruselas hasta el viernes a dar su respaldo político al texto legal sobre la mesa. Sin embargo, el Partido Demócrata de la Unión de Irlanda del Norte (DUP) no está convencido y es uno de los principales obstáculos para la aprobación del acuerdo en el Parlamento de Westminster.
“Cuando hay voluntad, hay acuerdo. ¡Tenemos un trato! ”Celebraba Juncker, que rechazó la idea de que podría ser necesario un nuevo aplazamiento. “Es un acuerdo justo y equilibrado para la Unión Europea y el Reino Unido, y es una prueba de nuestra determinación de encontrar soluciones. Recomiendo que el Consejo Europeo apoye este acuerdo”, agregó el Presidente de la Comisión.
«El Parlamento ahora tiene que lidiar con el Brexit el sábado para que podamos seguir adelante con otras prioridades, como el costo de vida, la atención médica, los delitos violentos y nuestro medio ambiente», dijo Johnson.
El acuerdo alcanzado con la UE no difiere mucho de lo acordado por Theresa May en noviembre del año pasado, es decir, sobre la protección de los derechos de los ciudadanos o las inversiones financieras.
“No es sorprendente, gran parte de este texto final está en el acuerdo que habíamos propuesto hace casi un año. Solo hay unos pocos elementos nuevos, particularmente sobre Irlanda e Irlanda del Norte, y la declaración política”, dijo Barnier.
Los principales cambios tienen lugar en el Protocolo para Irlanda, anexo al acuerdo. Según el nuevo protocolo, la aplicación de la cláusula de salvaguardia requerida por la UE para evitar un respaldo físico ya no está condicionada a la negociación de un futuro acuerdo de libre comercio entre el Reino Unido y la UE.
La nueva «cláusula» establece que Irlanda del Norte seguirá en línea con el marco regulatorio de la UE, respetando todas las reglas del mercado único y aplicando tarifas europeas para las exportaciones e importaciones. Pero al mismo tiempo, asegura que el Reino Unido podrá negociar sus futuros tratados comerciales sin restricciones, ya que el territorio de Irlanda del Norte seguirá integrado exclusivamente en la Unión Aduanera Británica.
Con este modelo, los controles aduaneros no desaparecen. La noticia es que, en lugar de tener lugar a lo largo de la línea entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda, serán arrojados a una nueva frontera en el Mar de Irlanda al este de la isla, un régimen que hace que el DUP sea muy incómodo, por ejemplo. temen que socava la unidad territorial de todo el Reino Unido.
“Todos los controles se realizarán a la entrada de Irlanda del Norte y no en la isla. Irlanda del Norte permanecerá en el territorio aduanero del Reino Unido y el Reino Unido puede aplicar aranceles a productos de terceros países siempre que dichos productos no corran el riesgo de ingresar a nuestro mercado único. Para aquellos que corren el riesgo de ingresar, aplicarán nuestras tarifas”, explicó Barnier.
Otra enmienda al protocolo se relaciona con los poderes otorgados al Parlamento de Irlanda del Norte. Según el nuevo texto, el DUP pierde cualquier derecho de veto cuando la Asamblea de Irlanda del Norte se reúne cada cuatro años para decidir si mantiene o revierte el sistema existente por mayoría simple.
Obstáculos en Londres
El gobierno británico ahora apunta a la Cámara de los Comunes, donde el acuerdo votará el próximo sábado, pero aún tendrá que convencer al DUP. En respuesta a esta declaración del primer ministro, los sindicalistas anunciaron que no aceptan el pacto que el Gobierno de Londres ha negociado con la Unión Europea tal como está, y dijeron que no respeta la estabilidad de los Acuerdos del Viernes Santo. (1998), que puso fin a décadas de conflicto en la isla.
“Participamos en conversaciones con el gobierno. Tal como están las cosas, no podemos aceptar lo que se sugiere sobre aduanas y otros asuntos relacionados”, dijo la líder del DUP, Arlene Foster.
Aunque los 27 validan el acuerdo de salida del Reino Unido, el principal obstáculo para Boris Johnson en la carrera hacia el Brexit está en Londres. Sin mayoría en la Cámara de los Comunes de Westminster, el gobierno conservador tendrá que romper los contactos para convencer a los unionistas democráticos de Irlanda del Norte, a los conservadores más euroescépticos, a los conservadores pro-UE, a quienes el propio primer ministro expulsó de su grupo parlamentario, e incluso defensores laboristas de abandonar el Reino Unido.
Downing Street programó una sesión parlamentaria extraordinaria el sábado para tratar de aprobar el acuerdo anunciado hoy por Johnson, y quiere evitar a toda costa que el evento se convierta en otra humillación para el Gobierno, que ha perdido casi todos los votos que ha votado. ya ha conducido a la cámara baja.
Las tres grandes derrotas de Theresa May , cuando presentó su acuerdo con los diputados, sirven de advertencia a Johnson, que tiene menos apoyo en estos días que su predecesor, y se enfrenta a una coalición entre partidos que aprobó una ley que lo obliga. pedir el aplazamiento del Brexit si el acuerdo se rechaza el sábado.
Sin mayoría en la Cámara de los Comunes, el resultado de una fuga conservadora para los demócratas liberales, Johnson ahora contará con el apoyo de unos 260 diputados, lejos de los 320 necesarios para aprobar el acuerdo.
