Sostengo que Felipe VI es el eslabón más débil de la crisis política que estamos sufriendo. A resultas de esta idea expuesta en público, y también de una carta primero cerrada y después abierta que dirigí a Pablo Iglesias, siendo las 22:29 del 27 de febrero recibí el siguiente wapp de JDPR:
“Cada loco con su tema… Tú empeñado en que Podemos organice un referéndum y yo empeñado en que las próximas elecciones hagan un recuento paralelo igual que hizo ERC… ☺.
Respondí a las 09:16 del 28 de febrero:
“Vale, yo apoyo a muerte tu propuesta de recuento paralelo y tú a muerte la mía de movilización demoscópica (no “referéndum”). Lo conseguiremos todo.”
Me respondió a las 09:33:?.
A las 10:14 busqué algún emoticono de apretón de manos para sellar el acuerdo pero como no lo encontré, le envié este: ?
Él y yo no nos hemos visto nunca la cara. Seguro que vivimos a cientos de kilómetros de distancia. Hace tres o cuatro meses, para comprobar si ambos dos éramos de verdad, hablamos por teléfono y terminamos discutiendo sobre lo mismo que nos enfrentaba en los foros de noticias: un agua todavía empantanada sobre decisiones adoptadas en el pasado reciente por políticos importantes.
No hemos vuelto a intentar lo verbal, pero por escrito nos seguimos “wasapeando” cada cierto tiempo.
Quizás coincidimos por primera vez con ocasión de unos artículos de denuncia sobre la posible manipulación del CERA en Castilla León para las elecciones generales del 20D 2015. Con aquel asunto, y contando con la ayuda de más amigos y de Convocatoria Cívica de Baltasar Garzón, hicimos morder el polvo a Fernández Díaz, el de “la fiscalía te lo afina”, pero no conseguimos que se lo tuviera que tragar. Se vio obligado a emitir un comunicado el día 7 de octubre de 2016 corrigiendo la información oficial de los resultados electorales que su Ministerio estuvo ofreciendo ¡¡durante casi diez meses!! Sin dar más explicaciones, nos contaron la milonga de que los descuadres en los censos no habían afectado a los resultados en las urnas, pero quien se fía tras tanta financiación ilegal del PP y tras manipulaciones de los censos electorales como la demostrada en el caso MAPAU, en Baleares/Formentera.
Así que cumpliré mi parte del acuerdo y le apoyaré a muerte a JDPR en lo de un recuento paralelo para las próximas elecciones. Será un esfuerzo sobrehumano para una jornada electoral con miles de mesas de votación. Comienzo aportando las siguientes tres ideas.
La primera es que para esa acción Podemos invite a participar a todos los partidos que no estén implicados en un gobierno que, si nada cambia, seguirá siendo monocolor PP. Una vez que Iglesias y Rivera han sido capaces de reunirse, precisamente para hablar de cambios en la Ley Electoral, no creo que la alianza ocasional y eficaz que estoy proponiendo aquí constituya un reto insuperable.
La segunda es sobre la solución tecnológica que me parece más adecuada. Consiste en realizar fotografías a cada una de las actas electorales, una vez firmadas, y enviarlas inmediatamente a un centro de gestión documental en la nube donde automáticamente se traducirán a su valor numérico contable los resultados escritos a mano por los vocales de cada mesa electoral. De esta forma, el recuento paralelo podría aportar información sobre los resultados en tiempo casi real, incluso antes que el Gobierno, y conseguiría una gran relevancia en los medios. A parte de forzar la comparativa acta por acta con el recuento oficial, que no es poca cosa. Desde luego, disuadiría desde el principio cualquier mala intención.
La tercera se refiere a los censos, asunto antes citado. Si alguien se plantea un pucherazo electoral lo cocerá mucho antes de las urnas, clandestinamente, desde el poder, y mediante la manipulación de los censos, especialmente del CERA y mediante el desplazamiento de votos cautivos entre diferentes circunscripciones.
Abro paréntesis de cursivas para solicitar a los investigadores que se trabajen el punto de inflexión de la curva poblaciones/censos electorales del año 2000. Como ante tanta corrupción dejé de fiarme de lo que han hecho los políticos durante esta Monarquía, comparé los datos de Censos Electorales (Oficiales Ministerio Interior) con los de Poblaciones (Oficiales del INE) y vean entre paréntesis los porcentajes correspondientes a cada año electoral de las Generales: 1977(65%), 1979 (71%), 1982 (72%), 1986 (76%), 1989 (77%), 1993 (80%), 1996 (81%), 2000 (85%), 2004 (81%), 2008 (78%), 2011 (76%) y 2015 (78%). Para alimentar las sospechas, 2000 fue el año de la mayoría absoluta de Aznar y el siguiente al del pucherazo MAPAU de las Autonómicas en las islas que decía.
Pero volviendo a lo de ahora, lo que le quiero decir a JDPR es que si él consigue que Podemos apruebe la parte que le toca del acuerdo bilateral que hemos “firmado” él y yo con emoticonos, estoy seguro que los de Iglesias se podrían ahorrar el recuento paralelo. La razón es que se habría recuperado la confianza en la gestión de las urnas. Me explico.
Parto de que unos cuantos amigos, algunos de los de siempre y otros nacidos en las redes, están a favor de que Unidos Podemos, junto con todas las organizaciones políticas y sociales que quieran apuntarse, convoquen una gran movilización demoscópica en ejercicio de la libertad de expresión. Su fin es permitir que toda persona que lo desee pueda dejar constancia de su opinión sobre si este país debe seguir con una monarquía o construir una república. Se haría en un día determinado y con urnas en todas partes para garantizar el secreto, como en las convocatorias electorales oficiales. Pero no se implicaría a instituciones pagadas por todos ni se emplearían sus recursos. Aquí está explicado con detalle: https://diario16.com/podemos-la-atencion-pablo-iglesias/
Si esta movida se organiza bien y se convoca con tiempo suficiente se producirá un gran debate en los medios, lo que es también una parte de la deuda pendiente desde el 15 de junio de 1977 que la clase política de este país ha contraído con la sociedad que dirige.
Y si esta acción se lleva a cabo, cosa que solo depende hoy de una decisión de Podemos, estoy convencido que Felipe VI se dará cuenta que la Monarquía es un factor de división de la sociedad española que permanecerá mientras exista y, por tanto, decidirá abdicar, creando un periodo provisional sin reinado ni regencia ni nada coronado durante el que los políticos tendrán que someter a la voluntad popular la propuesta de una nueva forma de Estado que no implique rechazo para la mitad de quienes deberán sostenerla con sus impuestos. Quizás será necesaria una reedición de los Pactos de la Moncloa para construir lo nuevo, pero esta vez sin amenaza de golpes de estado tipo 23F y mientras muchos de los delincuentes comunes de los que nos han gobernado estarán huidos o en la cárcel. En esas circunstancias, los futuros procesos electorales serán los más limpios de nuestra historia y entonces, amigo JDPR, los recuentos paralelos no serán para nada necesarios.
A los españoles de hace 40 años se nos negó la oportunidad de votar por separado el símbolo principal de los directamente heredados del franquismo, y no sería necesario hacerlo si el tiempo hubiera demostrado que la Monarquía se ha convertido en algo indiscutible. Pero nada más lejos de la realidad.
Ya es hora, por tanto, de pedir opinión a quien tiene derecho, que hasta el CIS dejó de preguntar por la Corona a los encuestados, hace más de tres años, debido a los bajísimos porcentajes de satisfacción que proporciona a la sociedad cuya Constitución dice defender, pero a las órdenes de Gobiernos circunstanciales y llenos de sospechosos.
¿O seguimos manteniendo la Monarquía para entretener desde las páginas de color rosa y amenazar cada vez que el gobierno de turno sea incapaz de hacer la política que se necesita?
