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Absuelta una mujer de Cáceres a la que pedían 2 años de cárcel y 1.500€ por mentir en un juicio oral

La acusada fue denunciada por falso testimonio y absuelta al no coincidir la versión de los testigos.

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análisis

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El Juzgado de lo Penal Nº 2 de Cáceres ha dictado una sentencia absolutoria confirmando la inocencia de una guía turística que fue denunciada por la competencia, a un delito de falso testimonio, ya que, según la acusación, el día de aquel juicio oral, la que también era denunciada mintió con el lugar y horas en donde supuestamente se encontraba.

Los hechos se remontan al año 2018, cuando un incidente turístico en la localidad cacereña de Trujillo terminó en los tribunales. La denunciante, una guía turística sin licencia, comenzó una discusión con un grupo de visitantes que se disponían a realizar un paseo cultural en la ciudad amurallada. La que en su día fue denunciante, al cruzarse con el grupo de turistas comenzó a increpar al legítimo guía, teniendo que interceder la Guardia Civil.

El día del juicio por un delito leve de amenazas, la denunciante refirió que en el lugar de los hechos estaba, quien era su competencia en la ciudad y con quien tenía una manifiesta enemistad. La denunciada, no sólo negó las amenazas, sino que aportó un justificante médico de que no se encontraba en el lugar que la denunciante refería. Además, el día del juicio acudió un testigo que negó que la denunciada estuviera en la trifulca.

La jueza de instrucción de Trujillo dictó una sentencia absolutoria, por este delito leve de amenazas. Sin embargo, la acusación, en una torticera manipulación jurídica, en lugar de recurrir en apelación esta sentencia absolutoria, como correspondería en derecho, decidió denunciar a la guía turística por los delitos de: falso testimonio, y falsedad documental.

Ante lo kafkiano de la situación, el juzgado de instrucción x de Navalmoral de la Mata, aceptó la denuncia e incoo lo que se conoce como diligencias previas. Fuentes jurídicas refieren que esto fue debido a la amistad existente entre miembros de la acusación y una reconocida fiscal del municipio.

La denunciada compareció a declarar, afirmándose en lo dicho en el juicio oral celebrado meses atrás, alegando; primero, que el día del juicio era su derecho constitucional a no declararse culpable, y en segundo lugar se ratificó en que no estaba en el lugar donde ocurrieron los hechos. El juzgado de instrucción, no satisfecho con esta declaración, imputó y citó en calidad de investigados a trabajadores de la clínica en donde la denunciada había estado a las horas de la supuesta disputa.

La acusación buscaba cambiar el fallo de una sentencia absolutoria, cuyos hechos probados se entendían ocurridos y firmes, y que, por la sorprendente vía, de un nuevo juicio penal.

Así se llegó hasta el juicio oral acusados de falso testimonio y falsedad documental y con una petición de 2 años de cárcel. Para el juicio oral, los acusados contaron al despacho penalista ubicado en Madrid Ospina Abogados.

Todos los acusados negaron a responder a las preguntas de la acusación, ratificándose en lo dicho en su día en el juicio de delito leve de amenazas. En su informe final, el abogado penalista, Juan Gonzalo Ospina refirió; la paradoja de la situación, ¿cómo era posible decir que eran falsos unos hechos recogidos en sentencia firme? Sin más prueba que una denuncia. Para el penalista, los hechos eran atípicos, es decir, no revestían de apariencia penal, por un lado, todo acusado en un proceso penal tiene derecho a no confesar contra sí mismo, por lo que la guía, no debía estar acusada de un delito de falso testimonio, ya que incluso la ley la protege de no tener la obligación de decir la verdad. En segundo lugar, y aún refiriendo no tener la obligación de probar lo contrario, Ospina se ratificó en que lo sucedido en el juicio leve de amenazas había sido veraz.

Finalmente, el juzgado de lo penal Nº2 de Cáceres confirmó las tesis de la defensa en un sentencia rigurosa y meticulosa en la que absuelve a S.R.C de los delitos por los que venían acusados, declarando de oficio las costas causadas.

Ospina Abogados es un despacho penalista ubicado en Madrid y cuyos casos de éxito en 2019 y 2020, le han ubicado dentro de los mejores despachos penalistas de la actualidad de nuestro país.

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