Las palabras grandilocuentes de los populistas de derechas no son más que aire, y hoy en el Congreso Santiago Abascal lo ha demostrado con creces. En medio de una crisis como la que está viviendo España, en medio de una crisis sanitaria en la que el personal de la sanidad está dejando literalmente su vida para salvar vidas, el dirigente ultra ha decidido sacar un discurso patriotero, un discurso electoralista que no tenía otra intención que la de ganarse el voto de esa derecha oculta que aún no se ha quitado la costra del franquismo.
Abascal ha iniciado su discurso echando en cara al Gobierno que no se les hizo caso con el cierre de fronteras y ha acusado al gobierno de negligencia y de usar el coronavirus para repartirse el botín del poder.
Por otro lado, el líder del búnker ultra ha reprochado la manifestación del 8M pero se ha olvidado de que Vox realizó un mitin en el Palacio de Vistalegre en el que Javier Ortega Smith, ya con el virus dentro del cuerpo, no dudó en saludar con la mano y ni en dar abrazos.
Para Abascal hay tres amenazas. Por un lado, la sanitaria, en la que ha echado en cara la falta de medios de los profesionales sanitarios o en las residencias de ancianos. La segunda amenaza, la económica, ha dicho Abascal que es necesario garantizar el suministro sin pagar impuestos. Finalmente, la tercera amenaza para Abascal es la política, espacio que ha dedicado a criticar al vicepresidente Pablo Iglesias y a poner el temor de que si Pedro Sánchez enfermara podría ser el líder de Unidas Podemos.
No sorprenden las palabras de odio en referencia a Cataluña y el «ya llegará el momento de pasar facturas». Además ha solicitado la aplicación del 155 para destituir a Quim Torra.
Además, ha pedido la dimisión de los ministros de Sanidad, Salvador Illa, y del director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón.
Finalmente, ha propuesto a Pedro Sánchez que si no puede con la crisis que dimita y que forme un gobierno de concentración…el mismo gobierno de concentración que ya propuso el general Armada el 23F.
