Durante las primarias a la secretaría general de 2014 los sanchistas, que en aquella época eran el aparato del partido, no pusieron demasiadas pegas a José Antonio Pérez Tapias para lograr los avales necesarios para pasar a ser considerado como candidato. No fue sencillo en todas y cada una de las federaciones del partido, pero no hubo grandes pegas porque interesaban tres candidatos. Desde el sanchismo se entendía que la opción Tapias restaría votos a Eduardo Madina. Incluso la noche del recuento de avales, la bronca entre la gente de Madina y la de Tapias fue bestial. Miraban al milímetro cada aval de la candidatura de izquierdas. No pusieron atención cuando debían y se la colaron.

En esta ocasión ninguna de las dos candidaturas piensa dejar que exista un tercer competidor. No quieren que les hagan un Tapias. Patxi López y sus alegres huestes están convencidos de que la jugada actualmente está al 33% para las tres candidaturas. Entienden que están empatados técnicamente con los demás posibles candidatos. Se apoyan para esta afirmación en su posicionamiento en Madrid, País Vasco y el posible apoyo que obtengan en una Cataluña contra Susana Díaz pero no a favor de Sánchez. Piensan que van a dar la sorpresa por descarte de las demás opciones. Por eso tanta insistencia en la campaña en positivo que comenzó desterrando el término traidor. Porque evidentemente López habría traicionado a Sánchez de manera directa.

Desde el susanismo y el sanchismo han transmitido que esta guerra se tiene que ganar batalla a batalla. Por este motivo no piensan dejar suelto ni un solo aval libre. Tanto Díaz como Sánchez se reprochan el uno al otro, de forma sibilina, el tipo de proyecto que desean. Durante su mitin en Granada, Sánchez manifestó que el PSOE estaba en una encrucijada entre dos modelos de partido “el de «la gestora que defendió la abstención para la investidura de Mariano Rajoy, y el suyo, por el que he tenido que pagar un alto precio». Patxi ¿dónde queda? Evidentemente en la abstención o en la nada, que también es posible. Díaz por su parte siempre ha defendido el modelo de partido “ganador”. Que es el suyo y no el de Sánchez que palmó dos elecciones.

Los susanistas ya están preparando el terreno, algunos adelantándose a los acontecimientos, otros intentando conseguir que la condesa-duquesa de San Telmo salga con miles de firmas de ventaja. Los sanchistas llevan ya algún mes que otro “controlando” las plataformas de apoyo para que en el momento en que se produzca el 8 de abril la confirmación del calendario de primarias, reunir todas las firmas que puedan. Aquí es donde se encuentra la batalla actual. Ni uno ni otra van a dejar a Patxi inmiscuirse en la batalla final. De momento le dejarán hacer porque resulta simpático, pero que se olvide de conseguir los avales. Por cierto cantidad que se desconoce actualmente y que deberá pactarse en el Comité Federal del 8 de abril.

Las gentes de Patxi confían en reunir los avales suficientes pero es algo complicado. En el País Vasco veremos cuántos pueden obtener a pesar de que Idoia Mendía apoye a Patxi. Que es lo mismo que el apoyo que tiene en Madrid con Sara Hernández. Son secretarias generales pero a punto de caer y sin apoyos masivos. Igual Óscar López le consigue siete en Ponferrada y César Luena quince en La Rioja. Pero la militancia socialista no está ya para bromas como la de López. O bien están con el dimitido Sánchez, o bien están con el poder del partido. López molesta y mucho. Tiene el sambenito de traidor a Sánchez, como las personas que le acompañan, y todo el mundo recuerda que también pactó con el PP y hundió a PSE.

Y el poco cariz pacífico que pudiera tener López lo está gastando contra Sánchez en cada intervención que realiza o mediante intermediarios como Eneko Andueza. El portavoz adjunto del PSE en el parlamento vasco atacó a Sánchez y a gente de su equipo en una tribuna de opinión del diario vasco. Haciendo amigos que se suele decir. Parece que el enemigo para los patxistas también es Sánchez y la izquierda del PSOE. Ya le ha respondido Odón Elorza en las páginas de Diario 16 dejando bien a las claras que los “ánimos de venganza” están en ese otro lado.

Difícil y complicado lo tiene López. Cuando hay batalla y grande, como la que se presume en el PSOE, los medrosos suelen salir derrotados a las primeras de cambio. Tanto gritar “unidad” desde el atril suena a cortejo de perdedor. O a los Adventistas del Séptimo Día. Sólo le falta a las huestes de vasco llevar la chapita con Elder Patxi. Lo que está claro es que Susana necesita todos los apoyos para derrotar a Sánchez porque se juega su carrera política. Y esta situación excluye a López porque no tienen claro que quite voto a Sánchez. Ya lo advirtió de forma sibilina Mario Jiménez en el programa televisivo de Ana Rosa, “cuando consigan los avales serán candidatos”. Sin avales no hay candidatura y veremos si López llega.

De momento los golpes del aparato han sido para Sánchez por estar crecidito. Ahora también comenzarán a atizar a López. Si pretenden utilizarle contra Sánchez perderán porque él le quita votos a la andaluza. Sólo tienen que utilizar la lógica. Ni los sanchistas de la base, ni las gentes de izquierda que se han sumado a Sánchez votarían a Patxi López porque ni lo consideran de izquierdas, ni lo ven como futurible por traidor. ¿A quién quitará votos? A Susana Díaz evidentemente. Y si intentan reeditar un pacto del Betis, ya pueden ir buscando oficio porque el beneficio del cargo lo perderán rápidamente.

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