La Mesa del Congreso de los Diputados ha dado hoy el visto bueno para que el expediente en el que se justifica la concesión de las medallas al ex policía conocido como Billy El Niño (Antonio González Pacheco) sea hecha pública. Lo que no conoceremos por vías oficiales será su hoja de servicios, algo que fue rechazado la semana pasada por la Junta de Portavoces del Gobierno.

Aquella noticia causó revuelo, precisamente porque Unidas Podemos votó en contra. Explicaron que su voto tenía que ver con cuestiones de forma, aspectos jurídicos, y no de fondo. No obstante, pidieron perdón por su votación y aseguraron que, cuando se volviera a presentar la petición, votarían a favor y actuarían en consecuencia para defender los derechos de las víctimas.

Fue así como John Iñarritu, diputado por EH Bildu, anunció que volvería a presentar una nueva petición sobre Billy El Niño, y esta vez ha contado con los votos favorables del PSOE y Unidas Podemos (que la semana pasada votaron en contra). El documento contaba con el visto favorable de los letrados de la cámara. En esta petición se solicita el informe completo sobre el expediente que detalla la actividad del «torturador franquista Antonio González Pacheco», un informe en el que se recogen las medallas, condecoraciones y premios que ha recibido Billy El Niño así como los servicios por los cuales fue reconocido con «honores».

Con la decisión que se ha aprobado hoy, el Congreso enviará al Gobierno la petición para que se proceda a la desclasificación del expediente solicitado, sobre el cual se basaron en su día para darle las medallas y condecoraciones (que conllevan además beneficios económicos en algunos casos).

Pero no se hará público todo el expediente, ya que la hoja de servicios, según presentaron en su informe los letrados, es materia que no puede hacerse público, porque no se puede publicar el historial de un funcionario. Hoy los votos al respecto han cambiado: mientras la semana pasada tanto PSOE como Podemos (junto a la derecha de Vox, Cs y PP) votaron en contra, Podemos ha cambiado de postura y ha votado a favor.

¿A qué se debe el cambio de postura de Unidas Podemos?

Como ya explicamos en su momento, la formación morada tenía dudas sobre cuestiones jurídicas a la hora de solicitar la publicación de un historial de un funcionario. Tenían en contra el informe de los letrados del Congreso, y ante las dudas, votaron junto al PSOE. Sin embargo, el aluvión de críticas y un análisis más a fondo les ha hecho modificar el rumbo: el pasado lunes desde la Vicepresidencia de Derechos Sociales que dirige Pablo Iglesias se han encargado distintos informes jurídicos sobre la materia. Y según alguno de ellos, ninguna norma impediría publicar el historial del policía franquista. Prevalece en este caso el derecho a la información, siempre y cuando sea evidente el interés publico frente al derecho a la intimidad, algo que el propio Tribunal Constitucional ha reconocido en distintas sentencias. Además, en este caso no se estaría hablando de derechos especialmente protegidos del afectado.

¿Qué hizo (supuestamente) Billy El Niño?

En esta pieza de El País se relata el caso de Antonio Chapero, quien recuerda cómo el inspector de la Brigada Político Social «lo torturó y utilizó a su hijo para presionarle».

Le detuvieron la primera vez por tener maquinaria para propaganda en su domicilio. Y como ya estaba señalado, tanto él como su mujer, decidieron marcharse de Madrid y comenzar una nueva vida en Valladolid. Allí trabajaba en la administración de una fábrica y continuaba su activismo comunista. Un día, en su trabajo, se presentaron Billy El Niño y El Gitano para llevarle detenido. Y lo metieron en el coche hasta llevarle a Madrid. Durante el trayecto escondió como pudo su alianza de casado, para evitar así que fueran a por María y a por su hijo. Pero no hubo suerte, porque también los encontraron y los utilizaron para intentar que Antonio diera nombres de sus compañeros, algo que no consiguieron a pesar de las palizas, torturas, «aguadillas» e inducciones al suicidio.

Según se cuenta por el diario El País, «en la sala de comisaría donde Billy El Niño torturaba a Antonio Chapero, uno de los policías entró con un niño. Era su hijo. «Hazlo por tu hijo, al menos por tu hijo», le gritaban. De todos los golpes que le habían dado, de las patadas, los puñetazos, aquel era el que más le dolía. Ver a su niño pequeño en manos de sus torturadores. Amenazándole con una pistola. Antonio Chapero había sido detenido por pertenecer al Partido Comunista. En su relato, Antonio recuerda a Billy El Niño como un sádico. «Su trabajo era torturar a opositores a la dictadura», afirma. Cuenta también que durante las torturas a los detenidos, «cuando se les iba la mano, los policías tiraban a los detenidos por las ventanas para ocultar pruebas».

Pero hay más. Hay mucho más. Son al menos 39 los casos en los que se han denunciado torturas por parte de este ex policía en su trabajo. Siempre contra los mismos: activistas, militantes y simpatizantes de izquierdas. Antifranquistas. Luchadoras y luchadores por la libertad, en definitiva.

Lidia Falcón, referente en la izquierda y en el feminismo, fue también torturada por él. Mientras le gritaba «ya no parirás más, puta», Lidia era golpeada, insultada y vejada. Le acusaron de un atentado que ella no había cometido, del que no tenía nada que ver. La detuvieron en Barcelona y le trasladaron a Madrid tres días después del atentado. Era la excusa que tenían para ir a por ella. Estuvo nueve meses en prisión y sufrió torturas durante nueve días a mano de Billy el Niño y Roberto Conesa.

Lidia pasó cuarenta años sin contar lo sucedido. Hasta que se armó de valor y decidió presentar una denuncia ante la embajada Argentina en Madrid, para adherirse a la querella argentina.

Fue el 16 de septiembre de 1974 cuando la BPS se presentó en el despacho de Lidia para detenerla y llevarla a Madrid. Le acusaban de haber participado en el atentado de la Cafetería Ronaldo en Madrid. Pruebas no había ninguna contra ella. Pero eso dió igual. Junto a ella, también se llevaron a su bija y a su pareja. Doce horas de viaje en el que no pararon ni para poder ir al baño.

Tres días estuvieron dándole golpes en el estómago y en el riñón, estirándole de los brazos. «Parecía que se iban a salir», dice Lidia al recordarlo. No le dejaban dormir. Ni le daban de comer. Ni de beber. Mientras tanto, la tortura psicológica contándole que su hija estaba en los calabozos y que «quizás se echaría novio allí». A las 72 horas apareció el juez para tomarle declaración. Al día siguiente, Consea y Billy aparecieron de nuevo para colgarla de unas esposas que colgaban del techo: como Lidia era delgada y sus huesos menudos, se caía una y otra vez. La ataron con cuerdas y comenzaron a darle golpes y puñetazos en el abdomen, en el estómago y en el hígado. Por si todo esto no fuera suficiente, Billy le decía mientras tanto: «Ahora no parirás más, puta».

Cuando Lidia terminaba por desmayarse, la descolgaban, la tendían en el suelo y la despertaban echándole un cubo de agua encima. Era cuando llegaba el médico, le hacía un «reconocimiento» y pedía a los torturadores que la dejasen «descansar un rato».

Al sexto día tuvieron que contenerse, porque el destrozo era tal, que Lidia se desmayaba continuamente y se ve que para los torturadores no era tan «divertido» tener que reanimarla continuamente.

Al noveno día llevaron a Lidia a la Prisión de Mujeres de Yeserías de Madrid. Iba con los tendones supraespinosos de los brazos rotos y rasgados; la matriz destrozada, como los músculos del abdomen.

Cinco han sido las operaciones que ha tenido que sufrir Lidia para intentar paliar los destrozos de aquellas torturas. Lidia coincide con Chapero en catalogar al ex policía como un sádico. Y los dos recuerdan bien sus ojos, borboteantes de emoción mientras les torturaba.

Al intentar encontrar el expediente de su detención y alguna pista sobre lo sucedido, no ha quedado rastro. Todo ha sido eliminado. Solamente consiguió encontrar un documento que recoge la conversación entre dos policías que afirman que «todo ha sido eliminado». La «magia potagia» de la transición española.

Lidia nunca fue juzgada. Pasó nueve meses en prisión y nadie fue juzgado por aquel atentado que fue atribuido a ETA.

A partir del minuto 23 Pablo Iglesias pregunta a Lidia sobre estas cuestiones

 

Todo esto puede sonarnos lejano. Pero las víctimas están peleando para que no caiga en el olvido. Precisamente el pasado mes de julio, una de las víctimas acudió a denunciar las torturas, y en sus manifestaciones públicas, con el objetivo de que se haga justicia y memoria.

 

El conocido periodista Paco Lobatón también ha hablado públicamente de las torturas que sufrió a manos de Billy El Niño. Cuando Lobatón trabajaba como cartero, mientras estudiaba Ciencias Políticas en 1972, participó en una asamblea de profesores a quienes iban a pedir solicitar solidaridad en un boicot de exámenes como protesta ante 20 detenciones que se habían producido.

En el momento en que iba a entrar en la asamblea, Billy el niño fue a por él con una pistola en la mano, la puso en su sien. Lobatón, con poco más de veinte años, no supo cómo reaccionar y no pensó que la pistola fuera auténtica. Caminó sin tomar en serio la situación, pero finalmente le detuvieron. Le acusaron por desórdenes, atentado contra la fuerza pública, por lo que fue juzgado ante el Tribunal de Orden Público, por lo que le pedían 5 años de prisión.

Le llevaron a la Dirección General de Seguridad detenido, y en ese trayecto, en «la lechera» iba detrás Billy El Niño con una porra en la mano. «Lo empleó a fondo contra mi pecho hasta que llegamos» recuerda. Y señala que «pasando por el Parque del Oeste, le dice al conductor: «para, para que a este le vamos a liquidar aquí mismo». Recuerda que el coche llegó a parar, pero siguió adelante».

Rosa María García, Jesús Rodríguez, Chato Galante, Adolfo Rodríguez, Willy Meyer, Felisa Echegoyen cuentan aquí cómo fueron las torturas que sufrieron a manos de Billy El Niño.

La Hoja de servicios que no quieren hacer pública, fue filtrada en 2018 por El Diario.es

En esta pieza puede acceder a la hoja de servicio «del agente más temido del franquismo». Un expediente que, según señalan en el diario.es, había sido secreto hasta entonces y que revela que el Estado gratificaba con reconocimientos públicos y premios en metálico la detención y retención de estudiantes y comunistas. Aquí puede consultarla de manera directa.

 

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