Foto: Tobias Kochk | Twitter CDU

El primer ministro de Nordrhein-Westfalen, Armin Laschet, será el sucesor de Angela Merkel al frente de la Unión Demócrata Cristiana de Alemania. Este hecho garantiza que la línea política sea continuista a la que lleva defendiendo el partido conservador alemán, es decir, la marcada por figuras por Konrad Adenauer, Ludwig Erhard, Kurt Georg Kiesinger o la propia Merkel, es decir, como un partido democrático de centro, demócrata cristiano, liberal y conservador.

La CDU alemana se ha caracterizado en los últimos años por un enfrentamiento con los partidos de extrema derecha y neonazis. Laschet garantiza la continuidad con las líneas trazadas por Ángela Merkel por su apuesta por el mantenimiento del rumbo centrista como única arma para acabar con la ultraderecha. «La Alemania que imagino es europea. Necesitamos mantener unida a la sociedad», dijo ante los delegados del partido.

Además, ha sido un defensor de la integración de las diferentes minorías en Alemania, hecho que llevó a que le apodaran como «Armin el Turco».  

Este paso de la CDU alemana contrasta claramente con el cambio de rumbo del Partido Popular español desde que ganara las primarias Pablo Casado y, sobre todo, desde el momento de la irrupción de la extrema derecha en las instituciones.

Mientras los conservadores alemanes afianzan su mantenimiento en posiciones de defensa de los valores democráticos, el PP español va virando cada día más hacia las posiciones defendidas por los ultras, con la intención de recuperar a los votantes que les abandonaron en todas las elecciones que perdió Pablo Casado. Nombramientos de personas como Cayetana Álvarez de Toledo o Isabel Díaz Ayuso, por citar a dos, son la muestra del perfil que se le quiere dar al partido conservador español, algo que, inevitablemente, tendrá consecuencias, como ya las tuvo para Albert Rivera cuando olvidó su raíz neoliberal para pasarse al lado oscuro de las estrategias ultras.

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