España es el país en el que las élites y la clase política que sustenta y defiende los intereses de los poderosos tienen derecho de pernada para incumplir la Constitución cuando quieran y eso se está demostrando en cómo Isabel Díaz Ayuso, junto con sus aliados naturales de la ultraderecha, están haciendo promesas electorales que, de llevarse a efecto, irían en contra del espíritu de la propia Carga Magna. Nadie ha levantado la voz, más allá del análisis económico de esas propuestas, ni, por supuesto, nadie ha requerido al Tribunal Constitucional a que dictamine si esas promesas electorales están dentro del marco que el PP tanto defiende pero que no tiene problema en vulnerar.  

Según el Banco de España y el Instituto Nacional de Estadística, el PIB de la Comunidad Autónoma de Madrid es de 215.397 millones de euros en el año 2020, lo que la sitúa como la primera economía de España. En cuanto al PIB per cápita, que es un indicador de la calidad de vida, fue de 35.913 euros, frente a los 23.690 euros de PIB per cápita en el conjunto de España. Por tanto, los ciudadanos madrileños son los que mayor riqueza y calidad de vida tienen de España.

Las actuales elecciones autonómicas están demostrando que los planteamientos de los diversos partidos políticos comprenden dos concepciones claramente diferenciadas:

  1. Rebajar impuestos, recaudando aquella cantidad necesaria para cubrir los servicios mínimos esenciales, sanidad, educación y protección social, incluso incumpliendo la Constitución y los principios de solidaridad interterritorial que emanan de Europa. Esta es la postura de Isabel Díaz Ayuso y de su partido «hermano» de la extrema derecha.
  2. Mantener, incluso aumentar los impuestos, para hacer frente a unos servicios mínimos esenciales que estén cubiertos plenamente para que puedan darse en calidad y cantidad suficiente. Esta es la propuesta de los partidos progresistas.

Sin embargo, Isabel Díaz Ayuso no tiene en cuenta que la libertad fiscal que ella proclama es tan inconstitucional como los intentos de declaración unilateral de independencia en Cataluña. En la Constitución hay dos artículos fundamentales para poder entender cuáles son los criterios fiscales de armonización y solidaridad que emanan de la misma:

Artículo 31. «Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad que, en ningún caso, tendrá alcance confiscatorio». Es decir, la Constitución proclama un sistema tributario justo, inspirado en los principios de igualdad y progresividad.

Artículo 40. «Los poderes públicos promoverán las condiciones favorables para el progreso social y económico y para una distribución de la renta regional y personal más equitativa, en el marco de una política de estabilidad económica. De manera especial realizarán una política orientada al pleno empleo». Es decir, la Constitución proclama la promoción de la justa distribución de la renta personal y regional.

El medio, tal como proclaman los dos artículos, son la armonización y solidaridad fiscal. Para ello pueden utilizarse políticas de reducción de impuestos para incrementar los ingresos fiscales. Ahora bien, cuando la reducción de impuestos conlleva una merma y deterioro de los servicios mínimos esenciales o la redistribución interterritorial de la renta, claramente se está planteando una situación absolutamente inconstitucional y este es el fin último de las propuestas de reducción de impuestos de Isabel Díaz Ayuso.

Es incoherente plantear una armonización de impuestos en todo el mundo, camino que están recorriendo tanto la OCDE como el propio Gobierno de los Estados Unidos, cuando entre las distintas comunidades autónomas existe un claro dumping fiscal planteado desde la batalla para favorecer un territorio concreto en contra del resto del conjunto del Estado español.

Eso lo sabe perfectamente Isabel Díaz Ayuso cuando plantea su reducción de impuestos, dado que, con solo estar empadronados en Madrid más de 186 días al año, se posibilita posibilitan declarar en dicho territorio. Esto genera una situación en la que las rentas más altas, con recursos suficientes para poder realizar dicho procedimiento de empadronamiento, puedan continuar residiendo en su territorio primigenio, y estar empadronados en otro para disponer de la rebaja fiscal que se les concede por obra y gracia del Partido Popular.

Esta guerra batalla por rebajar los impuestos iniciada por los gobiernos del PP en Madrid y continuada por Isabel Díaz Ayuso es la que impide que España tenga y disponga de unos criterios que están inspirados en la Constitución.

A principios de los años 90 del siglo XX, cuando la Unión Europea se planteaba criterios de armonización fiscal, fueron aplicados aquellos que impulsaron países como Alemania, Francia o Países Bajos dentro del desarrollo del Tratado de Maastricht. Dicha armonización fiscal, con todos los años que han pasado, todavía está en estudio por el principio que rige a las élites mundiales, es decir, piden ajustes a los demás y no los quieren para los países que exigen un mayor control fiscal en los Estados que reciben las rentas.

El mismo criterio europeo, el que imponen los países más ricos, es el que se aplica entre las distintas autonomías en España. Esto provoca que el principio de solidaridad y redistribución brille por su ausencia en cuanto que cada autonomía está haciendo y elaborando sus presupuestos bajo criterios absolutamente arbitrarios.

En consecuencia, el trabajo político y de los políticos es vertebrar la sociedad española y europea y no para desvertebrarla cada vez más, como hacen las políticas y las promesas de Isabel Díaz Ayuso. ¿Qué diferencia hay entre sus proclamas madrileñistas y las de los nacionalistas catalanes y vascos? Ninguna. ¿Cuánto falta para que Isabel Díaz Ayuso diga en un acto que «España roba a Madrid»? Si consiguiera mayoría absoluta, no duden en que lo utilizaría. Sin embargo, en este tipo de políticas no se ve un atisbo de favorecer la solidaridad y redistribución de la riqueza, más bien se trata de una especie de remembranza de la selección natural de las especies de Darwin, haciendo que el que más tenga, disponga de más y el que menos tenga, disponga cada día de menos. Como dijo aquel: «es el capitalismo, amigo».

3 COMENTARIOS

  1. La IDA es un peligro público. Su analfabetismo y su paranoia la llevan a creerse la salvadora de Madrid, y como España es Madrid fuera de Madrid, de su patria española. Realmente, escaparía a mi compresión que los barrios de los humildes no saliesen a votar en masa para que semejante «monstruo» inhumano jamás vuelva a poner sus posaderas en el sillón de la Presidencia de Madrid.

  2. Lo que los amigos de lo ajeno llaman “redistribución de la riqueza” es una de las expresiones grandilocuentes que se inventaron para justificar el atraco y el expolio en el que se basa su ideología.
    También gustan de auto proclamarse “progresistas” cuando todo el mundo sabe que progresista es a progreso lo que carterista es a cartera.
    Lo que de verdad no soportan estos demócratas de boquilla es que el 4-M los madrileños puedan elegir entre la ponzoña sociocomunista y Libertad. Por eso trataron de evitarlo.

    • Mario,tiene usted toda la razon por lo que dice de la redistribucion de la riqueza.Solo hay que fijarse el atraco y el expolio con los fondos buitres,la redistribucion de la riqueza que hace la banca,el gran capital,los latifundistas o la redistribucion de la riqueza que hace la mismisima iglesia catolica.Ya sabe usted a que responden estas gentes…pues a lo de esto es mio,aquello mio y si sobra algo tambien es mio..y tu,a la cola del hambre que eres un mantenido!!
      Ustedes,los facistas,me recuerdan mucho con su palabra libertad a los nazifascistas cuando a sus campos de concntracion les llamaban «casas de descanso».
      Ustedes los fascistas decis «libertad»,pero omitis continuar la palabra con la frase de «libertad..de hacer lo que me da la gana jodiendo a los que no piensan como yo ni son mis esclavos».
      Teneis un alma,si la teneis, en penumbra,anclada en la edad media…y ya sabe aquella frase de la transicion:»Jodete,fascista,que tu sangre es roja».

DEJA UNA RESPUESTA

Comentario
Introduce tu nombre