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El Manifiesto

 

Los expertos en Enseñanza de la Unión Europea han decidido que este año que acaba de comenzar esté dedicado a la Educación de Adultos bajo el lema “El poder y la alegría de aprender”. La conmemoración se ha llevado a cabo con el fin de potenciar estas enseñanzas en todo nuestro continente a propuesta de la Asociación Europea para la Educación de Adultos.

Conscientes de la importancia que tiene este aprendizaje en nuestro mundo actual, han publicado el Manifiesto para la educación de adultos en el siglo XXI. En él se recogen los ejes que deben vertebrar y justifican estas enseñanzas. De este modo, se contempla que la formación a lo largo de la vida contribuye a extender entre la ciudadanía valores como la equidad, la cohesión social, la creatividad o la innovación. Fomenta, asimismo, al retorno al mercado laboral ya que sirve para mejorar competencias y mejorar cualificaciones. Debe ayudar a reducir la escandalosa cifra de los 80 millones de europeos con bajo nivel de competencias, en relación con el objetivo de que haya 20 millones de personas menos en riesgo de pobreza y exclusión.

En el Manifiesto se contemplan ocho aspectos concretos en los que el “Aprendizaje a lo largo de la vida” incide y que conviene potenciar:

-La sostenibilidad, es decir, en la consecución de acuerdo con la Agenda de Lisboa, de un crecimiento sostenible y respetuoso con el medio ambiente.

Migración y cambio climático, pues favoreciendo su formación, se contribuye a la solución de las actuales crisis demográficas desde la integración. Se destaca también que el aprendizaje intergeneracional beneficia tanto a los jóvenes como a los mayores mediante la solidaridad.

Empleo y digitalización, ya que, como se indica, todo aprendizaje es bueno para el empleo, especialmente si se consideran las nuevas tecnologías, cuyo desconocimiento determina incluso exclusión social.

La cohesión social, la equidad y la igualdad, dado que sirve no solo para mejorar la vida de las personas, sino para crear sociedades más justas.

Las habilidades para la vida de las personas, activando inquietudes culturales y estilos de vida más saludables.

Una ciudadanía activa, democracia y participación, en relación con la defensa de los valores europeos.

Desafíos y respuestas, como herramienta para hacer frente a problemas como la xenofobia, el desempleo juvenil o el cambio climático que sirva para conseguir ciudadanos participativos y activos, con las habilidades y conocimientos necesarios hasta una edad avanzada.

El poder y la alegría de aprender constituye finalmente el lema de este manifiesto y por lo tanto de este Año de la enseñanza de personas adultas porque seguir aprendiendo a lo largo de la vida, continuar disfrutando de la enseñanza, debe ser considerado un derecho.

Merece la pena leer el documento completo en la siguiente dirección http://www.eaea.org/media/policy-advocacy/manifesto/manifesto_es_no-marks.pdf . En él, no solo se desarrollan cada uno de los principios recién citados, sino que se van acompañando con ejemplos concretos de buenas prácticas llevadas a cabo en diferentes centros educativos de la Unión Europea.

Para conseguir estos objetivos tan ambiciosos como necesarios se plantea la necesidad de que los distintos gobiernos y administraciones realicen un esfuerzo destinando más recursos materiales y humanos a estas enseñanzas.

Conseguir visibilizar, poner en valor, dar a conocer la Enseñanza de Adultos entre la ciudadanía, constituye otro de los grandes objetivos de este año 2017. Por ello, se recomienda la realización de campañas y actuaciones que promocionen este aprendizaje.

Vistas las recomendaciones que llegan de Europa, cabe preguntarse en qué situación se encuentran estas enseñanzas en el Estado español y si son conocidas y apreciadas por los ciudadanos.

Desde luego, nuestro sistema educativo, tan cambiante en las últimas décadas, recoge y reconoce claramente la Enseñanza de Adultos. Después, cada comunidad autónoma ha articulado, desarrollado y organizado este aprendizaje dentro del marco de las sucesivas leyes orgánicas.

De este modo, en la actualidad, encontramos que son los Centros de Enseñanza de Personas Adultas (CEPAs) los principales encargados (aunque no los únicos) de impartir los diferentes programas de aprendizaje a lo largo de la vida. Desgraciadamente, en los últimos años los recortes educativos han afectado de forma especial a estos centros tanto desde el punto de vista de los recursos materiales como del profesorado asignado. Explicar su funcionamiento, sus problemas y el empeño con el que los vienen defendiendo sus profesionales merecen un artículo aparte.

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