1714: ¿Casualidad o pitorreo? El porqué del cabreo del Govern

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El 11 de septiembre de 1714

Posiblemente para usted este año, el 1714 no signifique nada especial. A no ser, que usted sea catalán independentista, porque en este caso, esta cifra la sabe identificar perfectamente.

No pretendo hacer ningún estudio histórico sobre esta fecha, pero que al menos le sirva al lector para entender de qué va el cabreo que, posiblemente con razón, tienen en el Govern de la Generalitat.

Cada 11 de septiembre Cataluña celebra la Diada: la fiesta nacional que curiosamente, recuerda y conmemora una derrota. Sí, estos catalanes son sorprendentes porque eligen como fecha de su nación la de una derrota que se produjo dentro del marco de la guerra de sucesión española. Sorprende cuando no sabes quiénes y cómo se encargaron de defender la ciudad. De qué manera miles y miles de ciudadanos barceloneses salieron a las calles a ponérselo bastante difícil al ejército borbónico. Porque cuando conoces la historia, cuando te suena un poco el nombre de Casanova, empiezas a entender ese orgullo que le sale a los catalanes por sus antepasados: los que salieron a dar la batalla con las milicias gremiales. Pero no me adelanto, vuelvo al contexto.

España tenía que elegir un nuevo rey, y hubo tortas (y mucho más) entre quienes consideraban que la legitimidad del trono correspondía a Carlos II de Habsburgo y entre quienes consideraban que el que tenía que ponerse la corona era Felipe de Anjou. En Barcelona defendían al primero y aguantaron una batalla de 14 meses que finalmente perdieron, cuando el 11 de septiembre de 1714 los soldados de las tropas borbónicas de Felipe V arrasaron la ciudad, quedando la corona en manos del Borbón.

Aquel 11 de septiembre más de 20.000 soldados asaltaron Barcelona: para defender la ciudad, las milicias gremiales -o sea, el pueblo- se organizó para defender la ciudad y obligaron al Ejército borbónico a tirar, incluso, de las tropas de reserva que tuvieron que pelear calle a calle, plaza a plaza hasta conseguir la victoria.

Esto supuso el fin de la guerra de sucesión y que todos los que hubiesen sido partidarios de Carlos, cayeran en desgracia.

Y claro, al Borbón no se le había olvidado de qué lado había estado Barcelona, por lo que lo primero que hizo fue abolir las instituciones catalanas tras la promulgación de los Decretos De Nueva Planta en 1716.

No fue hasta 1888, un siglo después, cuando se celebró la primera diada un 11 de septiembre. Y continuó celebrándose, hasta que en 1914 se celebró el bicentenario con una importante celebración. Del 23 al 30 del pasado siglo fue Primo de Rivera quien la prohibió. Así que se puede imaginar el lector las ganas reprimidas durante estos siete años, y que, cuando volvió la segunda república, se celebró con intensidad. Hasta que… ¿lo adivina? Evidentemente, con la llegada del golpista Francisco Franco se volvió a prohibir.

En 1976, recién fallecido el dictador, tras cuarenta años de machaque a todo lo que sonase a identidad catalana, la Diada se volvió a celebrar, aunque con muchos obstáculos. Por ejemplo, no dejaban hacer el acto conmemorativo en la capital, en Barcelona, y tuvieron que trasladarlo a Sant Boi de Llobregat, donde fuera Rafael Casanova.

¿Y quién fue Casanova? se preguntará usted. Pues fue uno de los líderes de la resistencia del sitio de Barcelona, a quien en 1988 le hicieron una estatua como homenaje y a quien se recuerda de manera especial cada 11 de septiembre.

Rafael Casanova fue elegido Conseller en Cap de la ciudad en noviembre de 1713 y durante el sitio, él que era partidario del diálogo, en vista de que no había muchas posibilidades de conseguir la victoria de una manera más o menos civilizada, organizó a las tropas y se lanzó a la calle con ellas. Eran las milicias gremiales las que se encargaron de defender la ciudad.

Sería en 1977 cuando en Barcelona se celebró una de las diadas más multitudinarias hasta entonces. El lema entonces fue «Libertat, Amnistia i Estatu d’autonomía». Y a las calles salieron a gritarlo más de un millón doscientas mil personas «de las de entonces», que eran tiempos donde el franquismo todavía vivía sin disimular. Imagínese si no disimulaban que la Policía Armada disparó un pelotazo a la cabeza de Carles Gustavo Frecher Solana, que tenía 28 años y tras cinco días de muerte clínica, dejó de respirar. Que le mataron, vaya. A Rosario, que tenía entonces 15 años casi le cuesta la vida estar en aquella celebración, pero tuvo más suerte que Carles Gustavo.

Fue en 1980 cuando el Parlament de Catalunya declaró el día Fiesta Nacional catalana en la primera ley que aprobó. En el Estatut de Autonomía del 2006 también se señala la Diada como la fiesta de Catalunya y se marca el 11 de septiembre en el calendario.

A partir del destrozo que hizo el Constitucional al Estatut, muchas cosas han pasado. No me voy a poner aquí a contárselas porque no es momento ni lugar. Pero lo que está claro es que la Diada cada año ha sumado a más y a más gente, bajo lemas de Independencia y Libertad.

La hora clave: las 17.14

Fíjese si los catalanes están al detalle que durante la diada, el momento fundamental de la concentración dura un minuto. Algo que sorprende la primera vez que vas a una. A las 17.14 es cuando se aplaude, cuando se conmemora y se celebra. Porque esa hora simboliza el año: 1714

Los catalanes se conocen bien el número. Tan bien tan bien, que los culés, en cada partido que juega el Barça, cantan y vitorean en el minuto 17:14 de cada partido. Sí, de cada partido.

Si usted es aficionado al futbol, seguramente lo spea. Y si no lo es, estará alucinando. Normal. Porque en cada partido de los culés en el Camp Nou, en el minuto 17, segundo 14 se oyen los gritos de «Independencia».

¿Es o no es el uno siete uno cuatro un número lleno de significado para los catalanes y, sobre todo, para los independentistas? Bien, pues ahora entenderá mejor lo que ha pasado y por qué se ha cabreado tanto el Govern.

¿Casualidad o pitorreo?

Durante el pasado fin de semana el Gobierno de España repartió mascarillas por todas las comunidades autónomas. Adivina adivinanza cuántas mascarillas se destinaron a Cataluña. Piense en un número. ¡Bingo! a Cataluña llegaron un total de 1.714.000 mascarillas. Ni una más ni una menos.

Puede ser casualidad, claro que si. Como también puede ser una broma macabra, un jueguecito «sutil» que pretendía lanzar un mensaje subliminal.

Y precisamente por eso, el Conseller Buch hoy en su rueda de prensa ha llamado la atención sobre el asunto. Y ha avisado de que espera que el próximo envío no sea 1.939.000 guantes o lo que sea…

14 COMENTARIOS

  1. Muy de acuerdo con tu artículo aunque para mi la respuesta está clara : no hay manera de justificar un envío tan exacto con ningún dato demográfico o de fabricación. Resulta evidente que está escogida para fastidiar. Una bromita o gamberrada infantil en tiempos tan graves para echarse unas risas en Moncloa sobre su ingenio. Y una nota, no hace falta ser independentista para no gustarte lo llevado a cabo por Felipe V en Catalunya respecto a los derechos políticos, jurídicos, sociales y lingüísticos de los catalanes. Seguro que el rechazo al Infame Decreto de Nueva Planta en Catalunya supera el número de independentistas.

  2. Aquí viene otra : la campaña de carteles identifica al virus en color amarillo, mientras que el eslògan en negro es “ Esto lo paramos Unidos” Han fichado en el comitè de expertos a un experto en publicidad subliminal?

  3. No todos en Cataluña eran partidarios del Archiduque, no todos los que defendían Barcelona eran catalanes. Los fueros, de ninguna manera se pueden comparar a las modernas constituciones democráticas.

    • Evidentemente que no todos eran partidarios del Archiduque pero si la mayoría, por muchos motivos. Cierto que no todos los que defendían Barcelona eran catalanes como no todos los que la atacaban eran castellanos, de hecho el asalto final lo hicieron granaderos franceses y el ejército estaba comandado por un inglés. Lo que tu llamas «fueros»; curiosamente, se llamaban «Constitucions», y si bien no pueden compararse con las modernas constituciones democráticas eran las leyes propias de Catalunya, que juraba el rey/conde al pueblo de Catalunya y en todo caso mucho mas avanzadas a las homólogas castellanas, ya que Castilla carecía de ellas por ser una monarquía absoluta.

    • Exacto, no se pueden ni comparar. Los «fueros» (els Furs o les Constitucions) eran mucho más que una constitución moderna. En primer lugar, porque el monarca debía prestar juramento para acceder y ser reconocido en el cargo. Sin dicho juramento no se le reconocía su autoridad, puesto que el poder era compartido entre el rei y los estamentos (la ley era negociada por el rei y las Corts y aplicada por la Generalitat). Su origen se remontaba a una tradición de gobierno que desde el año 1018 había derivado en un sistema primitivo de parlamentarismo pionero en Europa, con lo que tenía una tradición de 7 siglos (mucho más que cualquier constitución moderna), durante los cuales se habían ido actualizando y adaptando a las necesidades de la sociedad en cada momento. Y era la base del funcionamiento de una sociedad que se regía a si misma con la intervención/participación de todos los componentes de dicha sociedad, representados todos (aunque no existiera el sufragio universal) en sus correspondientes Cortes, y cualquier ley debía ser debatida en ellas.
      Por lo que significaban en esa época, eran mucho más que una «simple» constitución de un estado moderno.

    • No voy a discutir sobre el nivel de «botiflers» que había en Catalunya que apoyaron a Felipe V.
      Simplemente afirmar que el «gobierno catalán» (máxima representación del pueblo catalán) realizo un acuerdo con los Ingleses, lo que se conoce como el «Pacto de Génova»
      Es curioso que para según que cosas los historiadores hablan de tratados como el «Pacto de los Pirineos» o el «Tratado de Utrech» como evidencias irrefutables, pero prefieren ignorar otros tratados cono el «Tractat de Gènova»
      Por cierto la derrota de 1714 no fue realmente el final de la guerra de sucesión… puesto que el final de la guerra de sucesión fue en 1713 con el «tratado de utrech» en realidad fue la batalla final entre el último reducto de la «Corona d’Aragó» frente a las tropas castellano-francesas, y la derrota significo el final del imperio que había existido desde 1150 (Ramon Berenguer IV, Comte de Baracelona i Princep D’Aragó)

  4. Felicidades¡¡ Sólo una puntualización; la estatua d’en Rafel Casanovas, se realizó el año 1888.
    NO el año 1988. Mi abuelo, en plenoo franquismo, cada 11 de Setembre, se acercaba a la estatua y en una especies de homenaje, se sacaba el sombrero, haciendo ver que se rascaba la cabeza, y lo que hacía era rendir homenaje i respeto a ese gran hombre.

  5. Bea Talegon, con un lacito en su twitter, la que defendía la homeopatía para curar el cáncer, y que «los hombres de negro» lo ocultaban por intereses ocultos. La que acusó a la guardia civil de seguir a Puigdemont en bruselas y luego era gente disfrazada de guardia civil, como ella misma tuvo que reconocer (disculpándose de forma extravagante), la que leyó en El Mundo Today (diario sarcástico de ficción) que un obispo exorcizaba a feministas y se indignó por twitter creyéndoselo de pé a pá, la que se creyó el documental de ficción de Évole sobre el golpe de estado y Jose Luis Garci como si fuese en serio, la que decía que «Twitter y Rajoy» le «censuraban los mensajes» cuando en realidad estaba enlazando por error una «sex-shop» y le saltabanlas restricciones de twitter.
    En fin, una perla que nos viene a dar a todos lecciones de conspiraciones y de historia.

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