Hay imágenes que retratan mucho más de lo que se puede apreciar a primera vista. En esta fotografía, tomada en la localidad burgalesa de Miranda de Ebro este lunes 8 de mayo se ve al fondo a todo un ex presidente del Gobierno de España en un acto ante una audiencia ridícula, insignificante, avergonzante… Pongan el calificativo que deseen después de contemplar con detenimiento durante unos segundos la foto. El auditorio prácticamente vacío para escuchar las palabras de José Luis Rodríguez Zapatero, todo un ex presidente de este país durante ocho años. Predicando en el desierto.

En la reciente recogida de avales para las primarias, el equipo de Pedro Sánchez se impuso al de Susana Díaz en Castilla y León por más de 500 firmas. Esa puede ser una de las explicaciones de por qué está tan solo Rodríguez Zapatero hablando entre amigos de los parabienes de la candidata andaluza. Toda una leyenda de la historia reciente de un partido con 137 años que apenas cubre una cuarta parte del aforo de un teatro, y precisamente cuando el PSOE vive uno de los momentos más trascendentales de toda su existencia. ¿Apatía? ¿desapego? ¿ira? ¿desaire? Probablemente haya un poco de todo ello con una generación de políticos –súmenle otros nombres ‘históricos’ como Felipe González, Pepiño Blanco– donde lo ruin, rancio y siniestro se aúnan en un cóctel explosivo que degenera hasta la evidencia que muestra esta imagen reveladora.

El pueblo da la espalda sin tapujos a una forma de entender el socialismo en este país, y no es nada casual este vacío atronador. De aquellos polvos estos lodos. Felipe González emprendió una senda en la que lo siniestro se encumbra por deméritos propios frente a la cacareada consecución de un ficticio Estado del bienestar nunca llevado a cabo.

Díaz se rodeó en su presentación en Madrid el pasado 26 de marzo de las caras que lo fueron todo en el partido en las últimas décadas. De ahí partía precisamente el descomunal error de su campaña, de enarbolar orgullosa la gestión nefasta y desilusionante de dos líderes en los que la ilusión de millones de españoles quedó encomendada sin más razón de peso que el endiosamiento por el endiosamiento. Y así llegamos a esta imagen ridícula de Miranda de Ebro, con todo un ex presidente de España predicando en el desierto por el supuesto futuro de un partido sobre el que se ciernen nubes más que borrascosas.

5 COMENTARIOS

  1. Este señor es el que nos vendi´ño a la banca. Diga lo que diga, traicionó a sus votantes. Y Aznar, diga lo que diga, nos metió en una guerra para su propio beneficio. Tal vez no tengamos pruebas de todo esto, pero todos lo sabemos, conocemos la corrupción de los de derechas y la tendencia a la traición de los de izquierdas.
    Traidores y corruptos fuera del Gobierno. Queremos gente decente. Al menos un poco decente. Que no nos hagan avergonzarnos de ser españoles.

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