¿Si no fuera siempre culpa del otro?
¿Y si, en realidad, nosotros también colaboramos para que eso saliera como salió, para que el resultado fuera ese y no uno mejor, porque evidentemente estábamos allí? ¿Y si en lugar de hablar mal del profesor la próxima estudiamos un poco más? ¿Y si dejamos el sillón del quejoso y nos imponemos crear alguna cosa? ¿Y si en lugar de seguir llamando a esa chica, que claramente nos dijo que no y que no, nos animamos a olvidarla? ¿Y si no nos quedamos esperando que nos llame ese chico y lo llamamos nosotros? (llamalo vos, que te gusta a vos, a mí no, pero llamalo) ¿Y si nos invitásemos a ver qué fue lo que tuvimos y lo que no tuvimos en cuenta para que el trabajo no estuviera terminado, para que la elección la ganase el partido X y no el partido Y? ¿Y si eso que hizo que nos enojáramos, que nos enfadásemos, en realidad no era tan importante o era importante en ese momento pero este momento es otro y entonces esos motivos perdieron fuerza hace ya unos años y no nos habíamos dado cuenta? ¿Y si dejásemos de perder el tiempo? ¿Y si nos despojáramos de la idea de que el poder lo tiene solo el otro y nosotros no pudimos hacer nada, no supimos hacer nada, no hicimos nada? ¿Si dejásemos de declararnos inoperantes de una manera tan continua y patética y nos dejara de pesar el culo para cambiar lo que nos parece que podría ir mejor? ¿Y si, ahora que lo pensamos, no estuvimos tan bien aquella vez, si dijimos algo fuera de lugar, si fuimos demasiado duros? ¿Y si reconociésemos nuestros errores, que diligentemente vamos poniendo a un costado para que no salgan en la foto?

¿Y si pidiésemos disculpas?

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