Y la Constitución se cambió en agosto

Aunque PP y PSOE evitaron durante lustros modificarla, la Constitución se reformó en plena efervescencia del 15M

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Desde la crisis de 2008, en Europa las sucesivas medidas de ajuste y las políticas de austeridad se han realizado sin consultar a la ciudadanía. El 23 de agosto de 2011 el entonces presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero propuso, con el apoyo de PSOE, PP y UPN, una reforma constitucional exprés.

El objetivo fue modificar el artículo 135 para introducir la “estabilidad presupuestaria”, además de la condición de que la deuda pública fuese lo primero a pagar frente a cualquier otro gasto del Estado en los presupuestos generales, sin enmienda o modificación posible.

Puesto que PSOE y PP tenían conjuntamente más del 90 por ciento de los diputados y senadores, y al tratarse de una reforma por proceso ordinario, pudieron evitar convocar un referéndum. Antes de España, la inclusión en una Constitución europea de un techo de gasto sólo estaba contemplada en Alemania, como “freno al endeudamiento”. En el 2011 se empezó a popularizar el debate sobre la regla de oro presupuestaria.

Esta regla de oro culminó en el Tratado de Estabilidad, Coordinación y Gobernanza en la Unión Económica y Monetaria, más conocido como Pacto Fiscal Europeo, firmado el 2 de marzo de 2012 por 25 estados miembros de la Unión Europea, menos el Reino Unido y la República Checa.

En el 2011 se empezó a popularizar el debate sobre la regla de oro presupuestaria

El presidente Zapatero intentó vender la reforma, que no gustó a gran parte de los diputados socialistas, como la única manera de “contentar” a Alemania y al Banco Central Europeo y evitar así la intervención. Pero la modificación constitucional no tuvo los efectos deseados a corto plazo, ya que en el 2012 la prima de riesgo llegaría a un máximo histórico de 658 puntos, y las amenazas de intervención acapararon las secciones de política y economía de todos los medios.

En la actualidad, el presidente del Gobierno Mariano Rajoy sigue comprometido con mantener la estabilidad presupuestaria y cumplir con la regla de oro a toda costa. Así se lo hizo saber en noviembre a Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, en su visita a España. Draghi declaró a los medios que es “absolutamente imprescindible que nadie plantee ahora la derogación de reformas que han funcionado y han servido para dejar atrás la crisis«.

 

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