Ayer por la tarde llegó a Sol una mujer con su hijo de 11 años, tras ser agredidos por la expareja de ella.

Al parecer la expareja cogió del cuello al menor amenazándole con unas tijeras mientras gritaba que le cortaría el cuello y le tiraría por la ventana.

Además en una sola hora, la mujer había recibido 22 llamadas telefónicas y el agresor se había personado en su casa llamando insistentemente al timbre. Previamente también había sido agredida por él pero se metió en la agresión un vecino por lo que no llegó a más.

Gloria, Susana y Sara han marchado a la comisaría para denunciar los hechos.

Previamente han llamado al SAMUR para que evaluasen a ambos y estos se han puesto en contacto con la policía que a los pocos minutos ha aparecido (policía local).

Los agentes les han explicado que no tenía derecho a un abogado ni a una protección especial porque hacía 10 días «se habían leído la ley» y han sacado a la mujer de la carpa para mantener la conversación, cuentan las mujeres. “Eso no puede hacerse, ella ya tiene miedo, está asustada. No puede sacarla para que todo el mundo la mire. Lo suyo es entrar en la carpa, así está más protegida” relata Gloria.

Tras ello han ido a comisaría.

En la denuncia anterior (en la comisaría de Vallecas) nadie tramitó que era violencia machista sino al menor.

Por ello Gloria ha interpuesto una denuncia.

Tras la declaración de la madre en comisaría han determinado el caso como «extremo».

El caso extremo es el peor de todos y son muy pocos los que llegan a ese nivel. Aquí encontramos las cifras de los tres últimos años.

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