PSOE: división interna y alejamiento de la ideología original

Como hemos visto en los anteriores artículos, el Partido Socialista Obrero Español ha tenido siempre división interna debido, sobre todo, al respeto a la discrepancia ideológica que tradicionalmente se tuvo, salvo en los últimos tiempos donde el disenso se traducía en purgas sistemáticas. Sin embargo, ¿por qué un partido hegemónico, un partido que ha gobernado durante 21 años, un partido que implementó el Estado del Bienestar en España se encuentra en la situación que está actualmente?

En primer lugar, el alejamiento de la realidad de la ciudadanía tras los años de gobierno. Los partidos socialistas/socialdemócratas han sufrido una especie de síndrome de Estocolmo respecto al poder que les ha llevado a pensar que la realidad era la que se veía desde la atalaya. Cuando se tienen responsabilidades de gobierno las relaciones suelen centrarse en un círculo de personas que representan a las distintas élites de un país. Rodearse de esos círculos provoca que el gobernante tenga una visión de la realidad distorsionada por los datos fríos y por los intereses de esas élites. De ahí que se llegue al convencimiento de que la responsabilidad de Estado coincide con los intereses de la élites, intereses que suelen ser antitéticos respecto a los de los ciudadanos de a pie. Este hecho puede ser entendible en un partido conservador/liberal pero es imperdonable en un socialista quien, por ética y por respeto a su programa máximo, debe gobernar siempre mirando por los intereses del pueblo, es decir, proporcionando el bienestar en los de abajo para que éste se convierta en beneficios para las clases más altas. Nunca al revés. El PSOE, en sus años de gobierno tomó demasiadas decisiones equivocadas por esta razón, por alejarse del ciudadano y, evidentemente, la gente se ha ido alejando del proyecto socialista.

el PSOE no supo en su momento interpretar que los modelos socioeconómicos estaban cambiando con la revolución tecnológica y con la crisis económica de 2007

En segundo lugar, la crisis de la socialdemocracia y la falta de interpretación de los nuevos retos de la sociedad actual. Al igual que el resto de partidos europeos, el PSOE no supo en su momento interpretar que los modelos socioeconómicos estaban cambiando con la revolución tecnológica y con la crisis económica de 2007. El proyecto socialista/socialdemócrata siempre se caracterizó por procurar que el reparto de la riqueza fuera justo y que los beneficios del capitalismo fueran reinvertidos en el Estado del Bienestar. Sin embargo, ha quedado demostrado que ese proyecto está siendo incapaz de generar riqueza, de generar nuevas oportunidades o de abrir caminos a la esperanza a las clases trabajadoras, precisamente a quienes deberían dirigir sus políticas. Esta falta de respuesta es la que ha generado que esas clases trabajadoras, tanto de rentas medias como de rentas bajas, hayan encontrado salida en opciones populistas tanto de extrema derecha como de extrema izquierda.

En tercer lugar, y en relación con las dos anteriores, la indefinición ideológica y el simplismo del mensaje de los dos últimos años. En un primer momento se quiso llevar al socialismo hacia esa quimera del centro izquierda que, tal vez, funcionará en países como Alemania o Suecia, países en los que hasta los más conservadores y los neoliberales más fanáticos tienen a su Estado del Bienestar como patrimonio nacional, países en los que el mercado de trabajo no está basado en la precariedad y tienen un tejido industrial suficiente como para sostener la economía. Tanto se ha querido ir hacia el centro que la ciudadanía tiene la sensación que hay muy poca diferencia entre lo que hace el PSOE cuando llega al poder y lo que podría realizar un partido de centro-derecha. Esta indefinición ideológica ha hecho que el Partido Socialista haya perdido el apoyo de uno de los sectores más afectado por la crisis: menores de 45 años. También ha perdido el apoyo en las zonas urbanas por la misma razón.

la ciudadanía tiene la sensación que hay muy poca diferencia entre lo que hace el PSOE cuando llega al poder y lo que podría realizar un partido de centro-derecha

En cuarto lugar, se cometieron errores que aún pasan factura en el desapego de los ciudadanos. José Luis Rodríguez Zapatero, viendo lo que se venía encima en 2009/10 debió haber disuelto las Cortes y adelantar las elecciones y que fueran otros los que afrontaran los años más duros de la crisis.

En quinto lugar, el PSOE ha carecido de liderazgo desde el año 1996, desde que Felipe González dimitió. Esa falta de un líder sólido, incluso estando en el gobierno, ha provocado que la división interna sea mayor y, sobre todo, que alguien tan nefasto como Pedro Sánchez alcanzara la secretaría general.

el PSOE ha carecido de liderazgo desde el año 1996

En sexto lugar, la falta de renovación es un lastre. No se trata de la edad de los dirigentes sino del entendimiento que tengan de la realidad y de cómo afrontar los problemas reales de los ciudadanos. Que en el actual Partido Socialista tengan tanto poder aún los viejos dirigentes provoca que se intente ir hacia un PSOE que ya no va a volver. También hay que citar a otros líderes que siguen pensando que se puede recuperar lo perdido para conseguir lo mismo que se logró en los años 80. Por eso la solución del PSOE no puede pasar por Susana Díaz ni por Patxi López ni, por supuesto, por alguien tan nocivo como Pedro Sánchez. No se trata tampoco de buscar soluciones de renovación en los mensajes de otro partido. El Partido Socialista jamás podrá ser una organización asamblearia. Dar voz a la militancia es fundamental, y esa voz tiene que tener mucho más peso para esa renovación pero las bases no tienen que tener el poder orgánico del partido porque el PSOE se cimenta sobre la democracia representativa. De igual modo, no se puede permitir que haya dirigentes que utilicen a los militantes como escudos humanos para protegerse y lograr sus fines personales.

A día de hoy, el PSOE es una organización política muy herida, tanto desde el punto de vista ideológico como desde el apoyo de la ciudadanía. Para poder resucitar del coma en que se encuentra actual tiene una solución: volver a los orígenes, volver a su ADN y acercarse a los ciudadanos, pisar la calle y no quedarse oculto en las instituciones aunque se esté gobernando. Ese, quizá, ha sido el principal error, la causa fundamental del desapego de la ciudadanía hacia el proyecto socialista: haberse escondido en lo institucional en los momentos en que se detentaba el poder. De ese error hay que sacar conclusiones y meditar sobre las mismas en el Congreso Ordinario de junio en el que no centrarse sólo en la elección de un nuevo Secretario General sino en debatir un programa marco de refundación del partido.

1 COMENTARIO

  1. Articulo realizado para que con la escusa de un seudoanalisis de la situación socialista lanzar un furibundo ataque al militante candidato preferido por las bases socialistas. Pedro Sánchez. Los militantes socialistas tenemos ya muchos callos para no ver cuando nos la quieren «clavar». Ya están entrando en campaña algunos opinadores.

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