Ni el “no” rotundo del alcalde de Zamora, Francisco Guarido, el único regidor de la federación de izquierdas en una capital de provincia, ni las reiteradas llamadas al Apocalipsis en caso de acuerdo con Podemos pronunciadas en los últimos días por el ex coordinador general Gaspar Llamazares, líder de la corriente minoritaria de Izquierda Abierta, han podido frenar el deseo mayoritario de las bases de Izquierda Unida para acudir en coalición con el partido morado a las elecciones del 26-J.

El 84,5 % de los afiliados de Izquierda Unida ha otorgado su apoyo a la candidatura común, pese a no conocer las condiciones concretas del acuerdo que aún están negociando ambos partidos estos mismos días. De hecho, uno de los principales escollos de las negociaciones son el encaje de los principales líderes de IU en las listas de Podemos. Aún está en el aire que Alberto Garzón acuda como número 2 por Madrid o lo haga por su provincia, Málaga.

El 13,1% de las 20.067 personas que han participado en esta consulta a las bases y simpatizantes de IU ha votado en contra, mientras que otro 2,4% se ha abstenido en una convocatoria que se ha prolongado durante tres días.

El censo previsto de la federación de izquierdas era de 23.000 militantes y otros 50.000 simpatizantes. El sí al acercamiento con Podemos ha sido auspiciado por el líder de IU, Alberto Garzón, y su predecesor Cayo Lara, además de por el histórico dirigente Julio Anguita.

De este modo, las cúpulas de Podemos e IU tienen en sus manos cerrar un acuerdo de coalición para acudir unidas a las elecciones generales del 26-J, con el objetivo prioritario de dar el ‘sorpasso’ al PSOE como segunda fuerza política, aunque el propio Garzón ha adelantado estos días que es posible disputar al PP ser la fuerza más votada. Mientras podemos obtuvo el 20-D casi 5,2 millones de votos, la federación de izquierdas rozó el millón de sufragios. El PSOE se quedó en 5,5 millones de votantes.

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