Estamos accediendo estos días a la información, opinión y propaganda sobre las campañas políticas de los precandidatos. Un dato que me llama la atención respecto al anterior proceso de Primarias de 2014: en este proceso de Primarias que se está desarrollando en 2017 los medios generalistas sí se están haciendo eco de las inquietudes de muchos ciudadanos en relación con la limpieza y transparencia del proceso. Si bien, desde mi punto de vista, creo que todavía es necesario meter bastante más presión mediática para que cambien determinados comportamientos. Los medios de comunicación, en su función social de «perro guardián», deben insistir hasta que los candidatos hagan pública y notoria, no sólo en sus relatos, sino también de manera formal y real, sus compromisos con la transparencia y juego limpio mínimos que la democracia exige.

En primer lugar, hay más de tres precandidatos. Un elevado porcentaje de la población desconoce este dato. También este desconocimiento afecta de manera muy importante a los afiliados que van o pueden participar avalando y votando en este proceso de Primarias. Ya tenemos un primer «pero» a la democracia interna del PSOE. Manuel Pérez, Pedro Ibáñez, Aurelio M. Belando y José F. Moreno son cuatro precandidatos alternativos a los tres más conocidos que junto con muchas personas de las bases del partido y de los cuadros (me temo que de éstos algunos hasta se opondrían con argumentos de mal vendedor) dirían que el principio democrático de la «igualdad de oportunidades» no se cumple. Y yo añadiría que parece que a los grandes medios de comunicación de masas tampoco les interesa mucho que esa igualdad de oportunidades la tengan los siete candidatos, ni siquiera los tres más conocidos. Me temo que un análisis de contenido, no hace falta que sea tampoco muy exhaustivo, sacaría los colores a más de uno.

En segundo lugar, la cuestión del censo. Amparándose en la Ley de Protección de Datos la dirección del partido no tiene ningún rubor en dejar que se transmita al ciudadano bien informado la imagen de un proceso más próximo a una república bananera, que el que debiera corresponder a un país que muchas veces presume de estar entre los más avanzados del mundo. Que se comience el proceso de recogida de avales a partir de un censo provisional… ¡ufff! eso no se le ocurre ni a Teodoro Obiang Nguema. El censo, como bien saben los ciudadanos informados, es básico para el funcionamiento democrático. Tiene que ser fiable y neutral, me refiero a que ninguna facción puede beneficiarse de las condiciones que se puedan establecer para darse de alta, de baja o acceder a su información mínima necesaria. Me temo (y me consta) que aquí los que tienen acceso al censo de manera continua, es decir, los cuadros de las Agrupaciones y del Partido en general, tienen privilegios que pueden repercutir en beneficio de una u otra facción.

En tercer lugar, un cajón de sastre que deriva de la poca fiabilidad del censo; tiene más de desastre que de cajón. La recogida de avales no está plenamente garantizada y prueba de ello es el celo que ponen los responsables de los equipos de campaña de cada candidato en lo que hay que hacer a la hora de entregarlos: ninguno se fía de que el afiliado lo entregue directamente en su Agrupación correspondiente para que está lo remita posteriormente a las oficinas centrales para su registro y recuento. Cada candidatura tiene sus dispositivos para centralizar los avales recogidos en unos pocos puntos durante la campaña y posteriormente reunirlos para presentarlos en tiempo y forma en Ferraz. Ya dice mucho, y negativo, del autoconcepto  que tienen los candidatos de su propio Partido cuando ni siquiera se fían de sus estructuras orgánicas. Y creo que hacen bien, lo cual es muy triste. Efectivamente, el Comité de Ética y Conflictos estuvo más de adorno que de otra cosa en el proceso de 2014; ¿de qué sirve resolver a toro pasado, cuando se resuelve, pues muchas reclamaciones ni se contestaron?

Relacionado con el apartado anterior. Parece muy difícil publicar los porcentajes de avales que ha obtenido cada precandidato en cada agrupación. Sería una prueba de transparencia. Técnicamente no me parece muy complicado, entonces… ¿por qué no se hace? Quizá la respuesta sea más política que técnica. Pues ahí lo dejo, que la den los políticos a ver si son capaces de convencer a los ciudadanos. Y tres cuartas partes de lo mismo respecto a los resultados de las votaciones: ¿por qué no se publican esos resultados por agrupaciones? No sé, pero me da que a más de uno se le indigestaría esta propuesta tan elemental y técnicamente tan sencilla de llevar a cabo: que cualquier afiliado, y por qué no, también cualquier ciudadano, pueda acercarse a cualquier Agrupación o Casa del Pueblo a cotejar las actas, tanto de la recogida de avales como de la votación, ambas firmadas por el presiente, secretario, vocales e interventores designados por cada candidato para poder contrastarlas con la que publique la dirección del PSOE.

A veces pienso que no se quiere, por motivos espurios. Se puede eliminar el farragoso proceso de recogida de avales y pasar a un proceso de dos vueltas, mucho más sencillo, menos costoso en términos políticos y económicos y más igualitario.

A ver: ¿algún candidato se opondría a la democracia? No, ¿verdad?. Pues que lo demuestren. Feliz 1 de Mayo.

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