El mediático ex ministro de finanzas griego Yanis Varoufakis y otras personalidades internacionales como el economista y Premio Nobel Joseph Stiglitz, además de numerosos cargos relevantes de Podemos y otros movimientos ciudadanos como la líder de Barcelona en Comú, la alcaldesa de la capital catalana, Ada Colau, tienen previsto dar el pistoletazo de salida a una nueva formación antiausteridad que pugne en la Unión Europea contra las políticas impulsadas por la canciller alemana, Angela Merkel.

La cita de partida será en Madrid los próximos 19, 20 y 21 de febrero. A través de debates, grupos de trabajo y exposiciones se promoverán iniciativas ciudadanas que sirvan para luchar a nivel europeo contra las políticas de ajuste llevadas a cabo durante la crisis por la Unión Europea a instancias de Merkel y sus socios comunitarios.

Además de los mencionados, también firman la iniciativa el cineasta británico Ken Loach, el lingüista estadounidense Noam Chomsky, el economista sevillano Juan Torres (promotor del programa económico de Podemos), el relator de Derechos Humanos de la ONU, Alfred de Zayas, la expresidenta del Parlamento griego Zoe Konstantopoulou o el portavoz del comité internacional para la anulación de la deuda del tercer mundo, Éric Toussain, entre otros.

Los promotores de la iniciativa hacen un “llamamiento para construir un espacio de convergencia europeo contra la austeridad y para la construcción de una verdadera democracia”. Según los firmantes, en julio de 2015 se asistió a un “golpe de Estado financiero” ejecutado desde la Unión Europea y sus instituciones contra el Gobierno griego condenando a la población griega a seguir sufriendo las políticas de austeridad que ya habían rechazado en dos ocasiones a través de las urnas.

Este supuesto golpe ha intensificado, según los firmantes de la iniciativa, el debate sobre el poder de las instituciones de la Unión Europea, “su incompatibilidad con la democracia y su papel como garante de los derechos básicos exigidos por los europeos”.

La crisis griega y el pulso que el Gobierno de Alexis Tsipras mantuvo con la UE y que motivó la dimisión de Varoufakis ha sido la chispa que ha provocado esta iniciativa internacional contra las políticas de austeridad, aunque también se insiste en que no se trata de la formación de un nuevo partido político al uso, sino una confluencia de iniciativas de izquierdas procedentes de toda Europa para luchar contra la uniformidad de las políticad de austeridad promovidas por Berlín y Bruselas.

“Sabemos que existen alternativas a la austeridad”, argumentan. Estas posibilidades no exploradas pasan por iniciativas como “Por un Plan B en Europa”, “Austerexit” o DiEM25 (Democracy in Europe Movement 2025). A través de ellas se denuncia “el chantaje” del tercer memorando de entendimiento impuesto a Grecia, el fracaso económico que supondrá y el carácter antidemocrático de la UE. Una peculiaridad reconocida por el mismo presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, quien declaró: “No puede haber decisiones democráticas contra los tratados europeos”.

Los manifestantes se sienten “testigos de la respuesta insolidaria (en ocasiones hasta xenófoba), de las instituciones europeas y de los Estados miembros ante la llegada de refugiados procedentes de Oriente Medio y África, y ante el drama humano que ello conlleva. Remarcando la hipocresía del discurso de la UE respecto a los derechos humanos, que de forma indirecta, a través de la venta de armas o con políticas comerciales, es un actor clave en los conflictos que han provocado las recientes crisis humanitarias”.

Este conglomerado antiausteridad asegura que existen “muchas propuestas en marcha para acabar con los recortes, como por ejemplo una política fiscal justa y el cierre de paraísos fiscales, sistemas de intercambio complementarios, la remunicipalización de los servicios públicos, el reparto igualitario de todos los trabajos incluidos los cuidados en condiciones de dignidad, la apuesta por un modelo de producción basado en las energías renovables, y reformar o abolir el pacto fiscal europeo (formalmente Tratado de Estabilidad, Coordinación y Gobernanza en la Unión Económica y Monetaria).

La crisis surgida en 2008 y enfrentada solo con políticas de austeridad de la UE a instancias de Merkel, supone para este nuevo movimiento la privatización de los bienes comunes y la destrucción de los derechos sociales y laborales en lugar de hacer frente a las causas iniciales de la crisis; la desregulación del sistema financiero y la captura corporativa de las instituciones de la UE a través de los grandes lobbies y las puertas giratorias.

Según el nuevo movimiento encabezado por Varoufakis, la UE promueve soluciones “falsas” al negociar, “con gran opacidad y sin apenas control democrático”, tratados de comercio e inversión como el TTIP, el CETA o el TiSA, que eliminan lo que consideran barreras al comercio: los derechos y normas que protegen a la ciudadanía, a los trabajadores o al medio ambiente. “Es el golpe definitivo a nuestras democracias y al Estado de derecho, especialmente a través de los mecanismos de protección al inversor”, concluyen.

La actual UE, considera esta red antiausteridad, está gobernada “de facto” por una tecnocracia al servicio de los intereses de una pequeña, “pero poderosa”, minoría de poderes económicos y financieros. “Todo ello ha provocado el resurgimiento del discurso de la extrema derecha y de posiciones xenófobas y nacionalistas en muchos países de Europa. Los demócratas tenemos la responsabilidad de reaccionar ante esta amenaza e impedir que los fascismos capitalicen el dolor y el descontento de la ciudadanía, la cual a pesar de todo ha demostrado solidaridad ante la tragedia humanitaria que sufren cientos de miles de personas refugiadas”, apuntan en un comunicado oficial firmado por Plan B para Europa.

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