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Urnas, democracia y manipulación

Cristina López Nieto
Cristina López Nieto
Licenciada en Derecho y CC Políticas. Especialista en Derechos Humanos. Miembro de Somos Izquierda
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análisis

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Ante los últimos acontecimientos repletos de violencia y sinrazón, vividos en Cataluña y observados por el resto de España, los ciudadanos se ven abocados a posicionarse apelando a sus instintos más básicos, unos llenos de sentimientos patrióticos nacionalistas españoles, otros con estos mismos sentimientos nacionalistas, pero catalanes. Están creando bandos, recordando los tiempos en los que las tensiones ideológicas llevaron a nuestro país al odio extremo y la violencia y que deberíamos haber superado o al menos estar en el camino de hacerlo.

Durante estos días he asistido estupefacta a la manipulación conceptual de unos y otros, en la que los catalanes salen a votar a lo Che Guevara en un referéndum sin ninguna garantía democrática, alentados por el govern catatán en base a un supuesto acto de liberación y desobediencia, mientras que el gobierno del Partido Popular y en buena medida el Psoe, hablan de Estado de Derecho y asalto a la legalidad, alentando el sentimiento nacionalista que subyace en los futboleros del Bernabéu y la España más cañí. Tanto unos como otros están manipulando flagrantemente a la ciudadanía española, pues tanto el gobierno español como el catalán están manchados por una ingente corrupción, que a día de hoy se sigue investigando en los tribunales. Los independentistas catalanes de CIU han pactado y apoyado al Partido Popular cuando les ha interesado, y han evocado el sentimiento catalanista a la par que engrosaban sus cuentas en Panamá gracias al desfalco de la sociedad a la que pretenden liberar de la opresión. De chiste.

Ambos bandos nos hablan de democracia y legitimidad, resulta curioso y aún más, indignante, cómo cada uno hace uso de estos conceptos a la medida de sus intereses, unos para conseguir gobernar una república independiente y tener controlada la economía de una de las Comunidades más prolíficas de España, otros para no abandonar el status quo que les ha permitido apropiarse de su trozo de pastel de esta España expoliada. En medio, los ciudadanos que quieren decidir sobre su destino, desean una mayor participación en los asuntos públicos, una democracia más directa, más efectiva, pero no sólo los catalanes, aunque sean sus representantes los que han hecho más ruido en los últimos años. Ante estas circunstancias ¿son la solución las urnas en Cataluña, ignorando al resto de comunidades, ignorando los procesos garantistas? Diría que las urnas a veces no sólo no son la solución, sino que en ciertos casos como este, llegan a ser la trampa, la trampa de la democracia en la que se nos enseña que por depositar una papeleta en una urna cada x años, estamos decidiendo algo, cuando lo único que estamos haciendo es hacer un traspaso de nuestra soberanía y poder de decisión en favor de representantes públicos que han demostrado velar más por su economía personal que por el bien común, que ni siquiera tienen obligación legal de cumplir con su programa electoral, que toman cientos de decisiones sin consultar con los ciudadanos. Eso sí, cuando nos dan a elegir entre dos opciones: sí o no (ya decidirán ellos luego el cómo…) ya parece que estamos participando. Definitivamente nos queda mucho que aprender para poder hablar de Democracia auténtica en España.

En estos momentos nos toca reflexionar, profundizar en la situación política que estamos viviendo y en la que está por venir, no distanciarnos en bandos ni pelearnos entre nosotros, no ponernos etiquetas ni discutir con violencia e intolerancia. Estos días he escuchado con tristeza cómo miembros de familias catalanas se han dejado de hablar por este problema, cómo matrimonios se han separado, cómo algunos aprovechan para sacar banderitas y ponerse a difamar y provocar a quien no piensa como él/ella, cómo se han puesto carteles con la imagen de alcaldes que se han negado a desobedecer al Constitucional, señalándoles como traidores y vulnerando así sus derechos. Lo que más me duele de esta situación, son las personas que han resultado heridas por la desmedida fuerza policial que han ejercido algunos, y digo algunos porque me parece importante distinguir a las personas que dentro de un cuerpo se seguridad saben dónde está la medida y que respetan los derechos humanos, de las que están en el cuerpo para aterrorizar a sus ciudadanos y no para protegerlos como es su deber, estos últimos, deberían ser despojados urgentemente de sus funciones y sancionados con toda la dureza de la Ley. La estampa de más de 800 heridos, un hombre infartado, ataques de ansiedad, porrazos indiscriminados ante niños y ancianos, todo ello nos debe llevar a pensar, primero, que la violencia no es la solución ante una demanda social y política, y segundo, que no merece la pena que nos pongamos en peligro si no vemos una situación clara, alentados por los políticos de turno, que estoy segura que porrazos, ellos no han recibido ninguno. Mejor que pacten y debatan en los parlamentos, que para eso cobran y además un sueldo demasiado generoso, y si no lo hacen, les echemos, y votemos a partidos que sean capaces de cambiar realmente las cosas, que propongan una reforma constitucional, para que entre todos decidamos sobre nuestra forma de estado, sobre su organización territorial, una reforma en la que se incluyan principios de democracia directa, garantías de cumplimiento para los políticos, de forma que quien incumpla su programa y su deber, se enfrente a sanciones y/o revocaciones, en la que la igualdad sea efectiva y en la que los que no hemos podido votar la Constitución del 78, podamos ser parte, porque ya toca señor@s. Olvidémonos por un momento de votar y empecemos a botar, políticos corruptos y partidos enquistados que no aportan soluciones a esta España necesitada de un nuevo rumbo con urgencia.

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1 COMENTARIO

  1. Soy catalana y no me creo a estos políticos que solo miran por sus intereses, sean españoles o catalanes reclamando la independencia, la realidad es que los ciudadanos de a pie, la gente, siempre somos los perjudicados y ahora que? Cancelamos nuestras cuentas del caixabanc o el Sabadell pues son todos una panda de ladrones a los que el pueblo les importa un pimiento, como si no tuviéramos bastante con su corrupción, amiguismos, limosnas de 400 € a parados, una pensión de mayores que nos quieren quitar, y un largo etc, menuda panda de podridos e ineptos, a seguir manipulando, engañando que de eso saben un buen rato

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