Un seísmo de 6,3 grados de magnitud en la escala abierta de Richter se registró esta madrugada en el mar de Alborán y se sintió especialmente en Melilla y Málaga, aunque los efectos del seísmo pudieron percibirse en toda Andalucía. El movimiento sísmico se ha producido exactamente a las 5,22 horas de hoy lunes 25 de enero, con epicentro en el mar del Alborán, cerca de la población marroquí de Alhucemas, a diez kilómetros de profundidad, según los datos del Instituto Geográfico Nacional (IGN), y se ha sentido con mayor intensidad en Melilla, pero también en sesenta poblaciones y puntos de Andalucía (Almería, Málaga, Granada, Jaén, Córdoba, Sevilla, Cádiz), Ceuta, Murcia y Madrid.

Según ha informado el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa), el servicio de Urgencias del Hospital Comarcal de Melilla atendió hasta las 7:55 horas a quince personas por heridas menores como consecuencia de los temblores y todas han sido dadas de alta. Los atendidos presentaban traumatismos, cortes y algunas lesiones leves.

Tras el terremoto, y hasta las 8 de la mañana, se han registrado nueve réplicas más de entre 2,9 y 4,6 grados de magnitud.

El movimiento sísmico, según las primeras informaciones, no ha causado daños personales, aunque sí en algunas viviendas, sobre todo en Melilla, ha informado a Efe la Delegación del Gobierno en Andalucía, que precisó que se ha sentido en toda la región.

En la ciudad autónoma se han registrado daños en fachadas de inmuebles y desprendimientos de cornisas y elementos ornamentales, y los bomberos han desalojado viviendas ante el temor de derrumbes.

Grupos de melillenses, que dormían en el momento del seísmo, han salido a la calle por el temor a que se agraven los daños con las réplicas que se han ido sucediendo. En Melilla, además, se han suspendido las clases para evaluar el estado de los centros educativos.

El presidente de Melilla, Juan José Imbroda, ha pedido tranquilidad también a través de Twitter, y ha aclarado que «no son ciertas» las «noticias anunciando nuevos terremotos», dada la imposibilidad de predicción en la Sismología.

Pese a todo, el temor se ha extendido entre los melillenses desde que se registró el primer temblor, y no pocas familias han salido de sus casas con la maleta hecha, muchas para dirigirse al Pinar de Rostrogordo, la zona más alta de la ciudad, donde no hay edificaciones, salvo un cuartel militar y un complejo deportivo. También hay mucha gente en las plazas y lugares sin edificios próximos.

El 112 ha recomendado a los ciudadanos que eviten utilizar su coche particular para facilitar la circulación a los servicios de emergencia, que desde primera hora se han visto «desbordados», con más de 200 llamadas en poco más de hora y media desde que se registró el primer temblor.

La Delegación del Gobierno y la Ciudad Autónoma han constituido un Comité de Evaluación, en el que participan el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, el vicepresidente primero del Gobierno melillense y consejero de Medio Ambiente, Manuel Ángel Quevedo, el consejero de Seguridad Ciudadana, Isidoro González. También están presentes los directores generales de Fomento y Seguridad Ciudadana, y los jefes del Cuerpo de Bomberos y la Policía Local.

Todos los efectivos de Bomberos están revisando el estado de edificios de viviendas que han sufrido daños, como la caída de cascotes, la aparición de grietas y el desprendimiento de parte de la fachada, como ha ocurrido en el caso del edificio Estrella Polar, en el Barrio de la Victoria, que ha sido desalojado.

Melilla ya registró el pasado jueves un seísmo de 5.1 grados en la escala de Ritcher, aunque en aquella ocasión solo hubo daños materiales en dos edificios, a diferencia de lo que ha ocurrido hoy, donde los Bomberos han tenido que acordonar varias calles, sobre todo en el centro, por la caída de cascotes.

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