Después de extender el manto de la sospecha sobre la imparcialidad del sistema judicial y sobre la profesionalidad de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que él aún dirige, y después de que todas las asociaciones de jueces y fiscales arremetieran en bloque contra estas acusaciones de falta de independencia, el ministro del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, se ratifica en sus acusaciones y asegura que no cree “en la espontaneidad ni en la casualidad” respecto a que los numerosos casos de corrupción que salen a la luz pública en estas últimas semanas solo afecten al Partido Popular.

Sus palabras han sido recibidas con estupor e indignación tanto por los jueces como por los guardias civiles y policías que investigan estos casos de corrupción. El portavoz de Jueces para la Democracia, Joaquim Bosch Grau, ha calificado la terquedad del titular de Interior en funciones como una “enorme falta de respeto institucional. En su cuenta de Twitter, asegura del ministro en funciones que “le molesta el Estado de Derecho. El ministro del Interior se sitúa fuera de la Constitución al atacar a jueces por investigar la corrupción”.

El ministro del Interior en funciones asegura que solo se acoge a su derecho a reflexionar “en voz alta” como parte del derecho a la libertad de expresión. Pero matiza al mismo tiempo advirtiendo que “no se puede dudar” de su “absoluto y escrupuloso respeto a la separación de poderes, sin los cuales no hay democracia”.

El ministro dijo en una entrevista televisiva que es “llamativo” que “los únicos casos que salgan en estos momentos tan sensibles son los que afectan al PP”. Tras tirar la piedra, el ministro recogió el guante: “Sólo digo eso, que interpreten como quieran”, añadió.

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