Días atrás renunció a la Vice Presidencia de la República Oriental del Uruguay Raúl Sendic, hijo del histórico jefe de la guerrilla urbana Tupamaros, Raúl ‘Bebe’ Sendic.

Sin dudas que su caída, provocada por el propio peso de sus acciones, cierra un círculo iniciado con su acceso a la candidatura para acompañar a Tabaré Vázquez en las listas del Frente Amplio (FA) por el apoyo del ex Presidente, y compañero de armas de su padre, José Mujica.

Sendic hijo fue Presidente de la petrolera estatal ANCAP durante los últimos mandatos presidenciales, y desde allí utilizó fondos públicos para gastos personales, amén de haber usurpado títulos sin haber completado los estudios, todos causales que en un político de la derecha causan horrores pero que sin embargo cuando pasan en uno cercano se buscan atenuar. Así lo hizo el propio Mujica quien sostuvo que había un ensañamiento en contra de Sendic, cuando en realidad el ensañamiento es del propio renunciante contra los valores y las prácticas que encarna y profesa la mayoría del FA, con el Pepe a la cabeza.

El Diputado Caggiani, vicepresidente del Parlamento del MERCOSUR, afirmó por ejemplo que la renuncia de Sendic es ‘una actitud ética digna’ y que ‘la preservación del proyecto político Frente Amplio está por encima de los intereses particulares’. No, no es así. Para preservar el proyecto político del FA no debería haber robado, no debería haber intentado justificarse, hacerse el distraído y cuando lo tienen acorralado hacer un ‘renunciamiento histórico’… porque comenzó queriendo emular a su padre en su mítico ‘Soy el Rufo y no me entrego’, y terminó renunciando ante el Tribunal de Ética de su Partido quien señaló que su accionar ‘compromete su responsabilidad ética y política, con incumplimiento reiterado de las normas de control’ y es lapidario en su conclusión al sostener que ‘el cuadro general que presentan los actos reseñados del compañero Sendic no deja dudas de un modo de proceder inaceptable en la utilización de dineros públicos’.

Frente a esto Sendic optó por renunciar a su puesto de gobierno y para algunos, Caggiani por ejemplo, ‘que un compañero renuncia a la Vice Presidencia del país porque existen cuestionamientos (…) habla bien del compañero’… no, no es así, lo que habla bien de un compañero es que no se lo cuestione porque es un tipo honorable, no habla bien que se lo señale por ladrón, la renuncia es sólo la consecuencia de algo que no debiera haber pasado nunca. Aunque en rigor de verdad, es algo inusual en América Latina que aún haya quienes defiendan el honor y actúen en consecuencia como lo hizo el Tribunal del FA, muy por el contrario lo más común es buscar vías alternativas para escapar a la Justicia, y del honor ni se preocupan.

Esto marca dos caminos de acción en el seno del FA, por un lado aquellos que buscan matizar el accionar de Sendic, minimizándolo y planteando que no es un tema de extrema gravedad, como si hubiera una graduación de deshonestidad, y por el otro el de quienes prefieren mantener en alto los principios y los valores sin importar quién es quien es pasible de ello.

Para muchos Raúl Sendic era parte de la renovación política del Frente Amplio, y por ello Mujica lo aupó a la vicepresidencia pese a la oposición de gran parte del Partido, el tiempo y sus acciones demostraron que no fue así.

Tras su caída, asumió la Vicepresidencia de la República Lucía Topolansky, por ser la segunda senadora más votada (el primero fue Pepe Mujica, pero no podía asumir como Vicepresidente por haber sido Presidente el período anterior, tal como lo prescribe la legislación uruguaya), quien además es la esposa del ex Presidente Mujica.

Al menos esta vuelta a las bases, a los históricos del Movimiento de Paarticipación Popular en desmedro de los hijos de papá, de los que son portadores de apellido trae consigo una garantía, como el Pepe y Lucía no tienen hijos, no hay posibilidad alguna de un nuevo tupamarismo hereditario.

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