El Real Instituto Elcano ha presentado el informe: “El futuro de la Unión Europea”, un documento que pretende ofrecer un diagnóstico adecuado de los principales retos, y proponer alternativas realistas sobre el rumbo y contenido de los cambios que debe afrontar la UE. El acto ha contado con la participación de la ex ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, que ha destacado que “Trump no es una aberración, sino un síntoma”.
Emilio Lamo de Espinosa, presidente del Real Instituto Elcano, ha asistido a la presentación, junto al exvicepresidente de la Comisión Europea y comisario Joaquín Almunia, la exministra de Asuntos Exteriores de España y exdiputada del Parlamento Europeo Ana Palacio, y los coordinadores del Informe, Carlos Closa, profesor de investigación del IPP-CSIC, e Ignacio Molina, investigador principal del Real Instituto Elcano.
A pesar de las diversas crisis que han afectado a la integración europea desde hace al menos diez años, la reacción de los 27 al Brexit ha permitido abrir una pequeña ventana de oportunidad para afrontar las reformas que los actuales desafíos requieren. En el contexto de la reflexión que se está llevando a cabo en toda la UE, el informe “considera que la Unión Europea debe estar al servicio de sus ciudadanos”.
El propósito de este informe es contribuir a la reflexión en marcha sobre el rumbo y contenido de los cambios que debe y puede afrontar la UE. El documento pretende identificar cuestiones fundamentales para el diseño de la UE, “partiendo de la premisa de que la Unión debe estar al servicio de sus ciudadanos y sus necesidades” afirman sus autores. Cualquier reforma “debe mantener esto como su objetivo”.
La exministra de Asuntos Exteriores de España Ana Palacio, se ha preguntado ¿Para qué Europa? “Hay que actualizar los objetivos primigenios de la UE —prosperidad para la paz— para incorporarlos al relato”.
Palacio ha señalado que “Trump no es una aberración, sino un síntoma: debemos admitir que, en la realidad, el orden liberal internacional no es tan virtuoso”.
Joaquin Almunia, exvicepresidente de la Comisión Europea y comisario se ha referido a la defensa europea, “tenemos que pensar en nuestra propia defensa para ver cómo ponemos en marcha un sistema defensivo que nos proteja», y se ha preguntado “¿Están los europeos dispuestos a pagar esa defensa”.
“Dábamos los valores europeos por conseguidos y blindados, pero hoy vemos su deterioro en varios Estados miembros”, apunta. Para Almunia, Europa es mucho más para España que la política de cohesión.
El exvicepresidente se refiere a la política migratoria, “África puede convertirse en un socio importante para la UE y dejar de ser el origen del miedo que azuzan populismo y eurofobia”. Para Almunia es “necesario que la Unión Europea se dote de una agencia Europea de asilo y refugio, con unas normas claras para facilitar la integración“, ha señalado.
Carlos Closa identifica 3 líneas de división en la UE: “Un Desequilibrio constitucional al establecer normas de política económica, una disputa entre defensores y negociadores de la complejidad y pone como ejemplo las fronteras. Y por último un paralelismo entre concentradores de poder y pluralistas.
La selección de temas del informe se ha centrado “en ciertas cuestiones imperativas e ineludibles”, han señalado en la presentación. Para los coordinadores del informe, “otros temas podían haber nutrido la agenda, pero los que están son inexcusables”.
El Documento pretende contribuir desde un prisma español y con una voz generada en España al creciente debate sobre el futuro de la UE. El Real Instituto Elcano ha considerado ineludible su presencia en la discusión a fin de reflexionar sobre preocupaciones comunes a toda la UE. Aun así, los autores han querido aclarar que el documento “no trata de los intereses o necesidades de España, sino de los intereses y necesidades comunes”.
El informe comienza con unas reflexiones de José Fernández-Albertos, que diagnostica la percepción de la ciudadanía europea sobre la UE después de la crisis. El diagnostico habla de la necesidad de atender prioritariamente a los más desfavorecidos por el proceso de integración.
Por su parte Miguel Otero, presenta una concepción de la UE y del euro que desafía la comprensión ortodoxa. Otero nos recuerda que el euro, como cualquier otra moneda, “es un instrumento para fijar valor y esto sólo puede ocurrir cuando existe un poder político que la respalde”, señala.
Andrés Ortega y Federico Steinberg conecta estrechamente con el diagnóstico sobre las percepciones de la ciudadanía y la necesidad de atender a los más desfavorecidos. “En el contexto postcrisis existe la necesidad de que las políticas de la UE actúen proactivamente para contener, paliar y reducir la desigualdad y divergencias crecientes creadas dentro del proceso de integración”, señala en el documento.
Gemma Pinyol escribe sobre la política migratoria de la UE. Partiendo de la premisa de que las migraciones no son circunstanciales sino permanentes en un contexto de globalización, se trata de transitar de políticas centradas, fundamentalmente, en el control de fronteras a otras que consideren las necesidades tanto de los países receptores (esto es la UE) como los países emisores y de tránsito. Pinyol señala certeramente que el diseño de las políticas migratorias contribuye a definir el modelo de sociedad al que se aspira.
Carlos Closa reflexiona sobre la preocupación con la defensa de los valores de la UE y los los desafíos actuales de la UE. “Frente a los crecientes desafíos de regímenes que se declaran abiertamente liberales y que llegan a exhibir proyectos cuasi autoritarios, la UE ha reaccionado hasta el momento con tibieza”. El informe señala que se debe a la inadecuación de instituciones (como los procedimientos del artículo 7 del Tratado) que requieren el concurso de instituciones (Parlamento Europeo, Comisión y Consejo) que siguen lógicas de acción muy diferentes”.
Ignacio Molina reflexiona sobre la reforma de la Unión Europea, un elemento constante en cualquier reflexión sobre su futuro. En el documento “El futuro de la Unión Europea”, se discute las posibles reformas de la arquitectura institucional y las posibles reformas que deben abordarse con un sentido funcional y realista, huyendo de plantillas sobre el modelo ideal de la UE.
Luis Simón y Ulrich Speck dejan constancia de la disolución del orden liberal internacional y los enormes desafíos que esto plantea a la UE. Su diagnóstico incide en la voluntad de los poderes europeos de delegar competencias/poderes que constituyen el dato básico para una construcción realista de la política exterior de la UE.
