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Todos los Santos, Baroja, las tapias

Paloma Mª García Zúñiga
Paloma Mª García Zúñiga
Experta en Protocolo y Organización de eventos. Experta Gestión en Servicios Funerarios. 30 años de experiencia en el sector funerario. Presidenta y fundadora de las Asociaciones Fraternidad Cívica-Cementerio Civil y Asociación Cementerios. Fundadora de la Asociación Aquellos Jóvenes. Delegada en Madrid de la Fundación para la Cooperación APY-Solidaridad en Acción.
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análisis

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Cuando empecé a escribir estas “crónicas” mis amigos me decían que el tema no daría para mucho, ¡Se equivocan! esta semana he juntado temas coincidentes en la fecha, distintos sí, pero ¡en el cementerio todo acaba bajo rasante!

DIA DE TODOS LOS SANTOS O DÍA DE LOS DIFUNTOS

El 1 de noviembre, Día de Todos los Santos los cementerios se llenan de personas, familias enteras que acuden a visitar a sus seres queridos. Lo curioso es que esta visita la deberíamos realizar el día 2 que se conmemora el día de los Fieles Difuntos, pero ¡con la iglesia hemos topado!

Cada vez más ayuntamientos españoles aprovechan estos días de mayor afluencia para ofrecer visitas guiadas y mostrar el “otro contenido” de los cementerios: su gran valor histórico artístico y cultural. También aumentan los cementerios que ofrecen actos laicos, además de las misas católicas. Poco a poco los cementerios llegarán a ser sitios de acogida de todas las personas sin ningún tipo de distinción por religión.

LAS TAPIAS

En nuestras visitas a los cementerios lo primero que nos llama a la atención es su larga tapia, normalmente de ladrillos, de la que intentan escapar los cipreses.

Las tapias de la Necrópolis del Este están adornadas con cruces católicas pintadas en sus ladrillos. Esa tapia fue convertida en paredón para fusilar a las personas que “no comulgaban” con las ideas del franquismo. Curioso que el Régimen eligiera la tapias del católico y las fosas del mismo para depositar los cuerpos llenos de balas y no las del cementerio civil, el llamado “corralillo de rojos” ¡con la Iglesia hemos topado!

En estas fechas empatizo aún más con las familias de los fusilados. Mientras las familias limpian y adornan sus lapidas; las “otras” sus panteones; la mayoría de las familias de los represaliados del franquismo no tienen un lugar ni donde depositar flores, solo les queda “la tapia”, ladrillos “con cruces” que guardan los sonidos de los tiros; el ultimo lamento, más de rabia e impotencia que de dolor; las lagrimas de sus familias; un duelo abierto a carne viva.

PIO BAROJA

Morador del cementerio civil, ¡el de las tapias sin cruces! Cuartel 4b, manzana 29, letra B

Era 31 de octubre de 1956, Pío ya no necesitara la boina, la bufandilla ni su viejo abrigo, ya no paseara por el Retiro. Costó bajar su féretro hasta la calle y tuvieron que ayudar sus amigos: Cela, Val y Vera, Arteta, Pérez Ferrero.

En la calle Ruiz de Alarcón 12 esperaba la carroza fúnebre, la calle estaba llena de gente, pero no esperando al cortejo sino un rally deportivo que coincidió en el lugar.

La carroza fúnebre llegó al cementerio civil, si, al Civil. A pesar de la fuerte presión del franquismo, su sobrino Julio Caro Baroja, consiguió que se respetara el deseo de su tío de “ser enterrado como ateo” ¡gran escándalo de la España oficial!. ¡Aquí fue la Iglesia la que topó con la tapia sin cruces!

Dos Premio Nobel, acompañaban el féretro, Hemingway y Camilo José Cela. Sobre su ataúd cayeron tres o cuatro coronas. Julio Caro deposito un frasco lleno de magnesia.

Entre los asistentes se encontraba, vestido con su uniforme militar, don Carlos Martinez de Campos, en ese momento duque de la Torre, General de Estado Mayor y su compañero en la Real Academia Española. Veinte años antes (1936), siendo coronel, don Carlos puso en libertad a don Pio, salvándole de un seguro fusilamiento.

Don Pío, incoherente en política y en otros aspectos de su vida. Estudió y ejerció, pero no había nacido para ser médico. Tampoco empresario de panadería pero fue “un escritor de mucha miga” (le decía Rubén Darío). Baroja acarició el anarquismo por amistad, pero sin llegar a abrazarlo, en 1938 le denominaron “precursor español del fascismo”

Buscaba libros en la Cuesta del Moyano y en las orillas del Sena para su inmensa bibliografía. Encontraba enemistades entre sus vecinos al inspirarse en ellos para sus obras. Buscaba, creaba, y poseía una amplia colección de obras sobre oculturismo, brujería e historia del siglo XIX.

  1. Pio, antipático gracioso; misógino que gustaba a las marquesas; cruce de italiano-vasco; anarquista-burgués; artista-mal gramático

Su última polémica fue precisamente la elección de su último y perpetuo hogar: En el cementerio ¡pero en el que no tiene cruces en las tapias!: EL CEMENTERIO CIVIL DE MADRID

“Si quieres hacer algo en la vida, no creas en la palabra imposible. Nada hay imposible para una voluntad enérgica.”.- Pio Baroja y Nessi

 

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