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El tiempo dará o quitará razones

Eduardo Rivas
Eduardo Rivas
Licenciado en Ciencia Política
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análisis

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La corrida financiera en la que Argentina se encuentra inmersa, tuvo un nuevo capítulo el pasado martes cuando el Gobierno nacional anunció que iniciaría conversaciones con el Fondo Monetario Internacional a fin de obtener un préstamo por 30.000 millones de dólares con el objetivo de garantizar el crédito a fin de poder continuar con su plan de reformas.

Tal como era de esperar, dada la historia político-económica reciente de la Argentina, la mayoría del país manifestó su enojo con el anuncio presidencial puesto que, quizás por inercia, se tiende a pensar en que las condiciones que fija el organismo internacional para el otorgamiento de empréstitos provocarán contracción económica.

En términos generales no coincido con lo dispuesto por el Gobierno por cuestiones políticas, no económicas, puesto que entiendo que el Fondo Monetario fue corresponsable de varias de la crisis que enfrentó Argentina a lo largo de su historia, pero sin embargo no dejo de reconocer que muchos economistas, algunos de ellos muy prestigiosos y con mayor pragmatismo que el mío, entienden que este es el mejor camino que podía tomar el país para obtener financiamiento externo.

No eran muchos quienes ofrecían dinero a un país emergente como Argentina, y quienes lo hacían proponían condiciones más leoninas que las que dicen, porque aún no se conocen, propone el Fondo Monetario, y ante esta corrida financiera, el Gobierno Macri pretende blindarse… como tres lustros atrás.

Pero los analistas afirman que no es como en 2001 porque las condiciones externas no son las mismas, ni las condiciones del país son las mismas, ni el Fondo Monetario es el mismo… pero es un hueso duro de roer el tener que negociar con el Fondo. De hecho gran parte del país apoyó cuando Néstor Kirchner decidió pagar la deuda de 9810 millones de dólares al Fondo, aunque la contrapartida de ello haya sido el tomar deuda con la República Bolivariana de Venezuela a una tasa de casi el 16% anual.

Muchos, de los que dicen saber, sostienen que en términos económicos es una buena decisión y que es una forma de tomar crédito de manera menos costosa que si se exploraba otra vía… a mí me cuesta poder actuar con semejante pragmatismo.

Mientras tanto la población sigue viendo atónita como el dólar, que es la forma de ahorro de la mayoría de los argentinos que tienen poder de ahorro, aumentaba más de un 10% en menos de una semana y esto provocaba aumento de precios y una presión inflacionaria de cierta magnitud y el fantasma de una crisis como la de 2001 sobrevuela el país.

Sin embargo es claro que la situación no es la misma, aunque haya muchos que quieran hacernos creer que sí, entre ellos varios periodistas, medios de comunicación y políticos opositores… pero es que la historia reciente pesa y el temor vuelve a apoderarse de los argentinos.

¿Estaremos frente a un nuevo ciclo de crisis, recesión y empobrecimiento o efectivamente la realidad es otra y esto que hoy cuesta ver es efectivamente el inicio de un nuevo ciclo de crecimiento y prosperidad?

Cuesta verlo con claridad, el tiempo dará o quitará razones…

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