Cuando los políticos de este país decidan dejar de mirarse el ombligo y salir del bucle irresponsable en el que se han metido por voluntad de crear confusión, o quizá porque son así de ineptos; ese día, demostrarán que los ciudadanos les interesan algo.

Hasta ahora, su ineficacia, su falta de inteligencia y el hecho probado de que estamos en un país muy inculto y vergonzosamente sumiso; han sido los factores clave para llegar a este nihilista estado de cosas.

Si no saben, como parece obvio, ejercer la política bajo todos los prismas necesarios del oficio, que se vayan.

Por favor, que se vayan.

Todos esos que nadan entre la estulticia y el saqueo, sobran.

Adiós, hasta nunca…

Cuando van a Bruselas, se dirán los de otros países:

«Ya han llegado los bandoleros, cuidado con las carteras».

Como si España sólo fuera un submundo corrompido.

Y hasta ahí podíamos llegar.

Todos los españoles no somos unos ladrones, mentirosos y embucadores; también hay muchos decentes, honestos e inteligentes.

Estos filibusteros están ofreciendo una imagen de España nefasta en todos los sentidos; y con ello dañan nuestra economía y muchas cosas más.

Luego, eso sí, se las dan de patriotas mientras desmantelan y hunden el país.

Que se vayan ya.

Porque sólo les interesa su poder personal, su fortuna a costa del pueblo; y porque nos toman indecentemente el pelo.

Quizá algún día la gente despierte de este sueño para idiotas.

Mientras tanto, que se vayan, cambiemos de caras y eficiencias.

Hasta nunca, adiós…

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