Hay novelas que no deberían pasar desapercibidas, aunque no lleven detrás el respaldo de ningún gran grupo editorial. Sin duda una de ellas es “Tal vez Dakar”, del escritor canario Pablo Martín Carbajal, publicada por M.A.R editores. Una ambiciosa obra que realiza un profundo trabajo de documentación histórica, que desarrolla una trama apasionante, que despliega recursos literarios de escritor consagrado, y que trata un tema tremendamente desconocido en nuestro país: la cultura africana, a través de la cultura senegalesa.
Martín Carbajal sabe de lo que narra, es Director General para asuntos africanos del Gobierno de Canarias, y lleva casi veinte años viajando a ese continente. Martín Carbajal demuestra ser ser un excelente observador, es fantástico que los políticos sean observadores, y que pretendan entender la realidad en la que trabajan tan con la humildad y devoción que demuestra el autor de esta novela.
Su protagonista, Álvaro, se desplaza a Dakar en una misión comercial en busca de nuevas oportunidades para la empresa familiar, que está siendo azotada por la crisis económica en España. Al llegar al hotel se encuentra con una bella mujer senegalesa que vende arte africano, él se interesa por una máscara que ella no le quiere vender. Averiguar el porqué nos trasladará en el tiempo,a principios del siglo XX, cuando el arte africano cambió la mirada de Pablo Picasso y le inspiró nada menos que Las señoritas de Aviñón, el cuadro que dio origen a la pintura moderna. Álvaro, en su peripecia, nos va mostrando la influencia del arte africano en las vanguardias, en los primeros intelectuales negros, como Leopold Sedar Senghor de Senegal, o Aimé Césaire de Martinica, quien desarrolla su movimiento de defensa de la raza negra, la Negritud, el discurso contra el colonialismo, las independencias africanas, las complejidades que afrontan desde entonces hasta la actualidad.
Tal vez Dakar es historia, es cultura, es lucha, es identidad, es economía, es misterio, es intriga, es vertiginoso baile de personajes, tanto los creados con mano nabokoviana por Martín Carbajal: Álvaro que vive el viaje como una oportunidad, Mariama, la poderosa y enigmática chica senegalesa, Musa, el empresario local que decide “adoptar” a Álvaro para enseñarle a ver Senegal con otros ojos, Fatow Sow, la viajera de personalidad arrolladora junto a la que se sienta en un avión, junto a ersonajes reales: Picasso, Tzara, Breton, Senghor, Césaire, Sartre, perfectamente ambientados y documentados, capaces de hacernos trasladarnos en el tiempo a aquella época como en aquella película de Woody Allen, Midnight in Paris.
El conjunto, manejado con gran habilidad narrativa, se vertebra sobre la historia de Álvaro en primera persona, y deja desarrollar la parte histórica en tercera. Una máscara y un ejemplar de la revista National Geographic que se encuentra el protagonista en el avión son los recursos que el autor ha utilizado para pasar de una época a otra, y que poco a poco va mezclando hasta alcanzar algunos momentos pletóricos, entre los que cabe destacar el capítulo en que Álvaro está visitando una exposición de fotografías sobre el cincuenta aniversario de la independencia de Senegal y el novelista Pablo Martín Carbajal combina los tiempos, las conversaciones, los personajes, con suma habilidad. Paralelismos certeros como la reflexión que realiza entre la crisis producida tras el crack de 1929 y la crisis actual de 2012. Imágenes y bellísima prosa, como en el capítulo en que Senghor es hecho prisionero. O sentimientos en los que cualquiera puede reconocerse en álvaro, el protagonista, cuando recuerda a su hija Sara, de cinco años.
Las culturas africanas, la modernidad frente a la tradición, la racionalidad frente a la irracionalidad, la magia, los espíritus, la colectividad frente al individualismo, los sistemas políticos adaptados a la realidad africana. Infinitos aspectos sobre las sociedades africanas que Martín Carbajal conoce a la perfección y nos muestra, instructivo y entretenido al mismo tiempo, en esta estupenda novela.
