Parecía que no llegaba, algunos hasta dudaron sobre la posible intención de que la señora Díaz se fuera a decidir a dar el salto a la conquista de Ferraz. Pero llegó, y como las grandes artistas, que anuncian semanas antes su gira de conciertos, el séquito de Susana ha avisado dos semanas antes que la presidenta andaluza va a competir por lograr el sillón donde, antes que ella, se sentaron Felipe González, José Luis Rodríguez Zapatero y su querido Pedro Sánchez.

El liderazgo del PSOE sigue siendo como un tablero de ajedrez, porque aunque sean tres los candidatos, desde el minuto uno todos sabíamos que la lucha se disputa entre el PSOE tradicional frente a un socialismo que quiere renovarse apoyado en su no a Mariano Rajoy y el sí al cambio, ese sector que se siente traicionado porque el PSOE ha abrazado más de una vez al “fantasma” neoliberal. Susana versus Pedro.

Susana trae tras de sí el apoyo reconocido de algunos dirigentes históricos del Partido Socialista. Con claridad se ha pronunciado el expresidente Zapatero, su apoyo es para la andaluza. Sin embargo, otro de los que nunca callan, como es Felipe González, se está manteniendo al margen, aunque en el fondo todos sabemos que a Felipe le tira su paisana, al menos de entre los que se presentan. También las baronías territoriales van adhiriéndose a una u otra posición, la más contundente la del presidente Lambán, que no tuvo reparo en recurrir al más puro estilo barroco para expresar: “Susana es un trianera tocada por los dioses del socialismo” – ahí es poco –. Sin duda alguna, Susana, está mucho más fuerte que Pedro en estos terrenos, incluso Patxi López tiene más líderes regionales a su favor que Sánchez. Pedro, por el contrario, cuenta con el apoyo de unas bases enfurecidas que, para colmo, acaban de conocer una ponencia económica más liberal que socialdemócrata, más de eso que no quieren represente su partido – lo cual es lógico –.

Pero el hecho de que Pedro no cuente con apoyos en los aparatos regionales puede suponerle un impedimento claro, puesto que los engranajes pueden buscar la manera de que la militancia de agrupaciones dé el definitivo apoyo a Susana Diáz. La lideresa ha salido a la palestra como si le hubieran suplicado resolver el problema que sus compañeros no logran descifrar. Susana es, en esta clase, la preferida de los profes – si es que a los actuales barones se les puede llamar así –.

El camino se le ha puesto un poco más complicado al exsecretario general, que va a tener que lidiar y buscar la manera de lograr un número de avales fuerte, frente los que la gestora y los aparatos puedan facilitarle a Susana y a Patxi. Puede que esta sea una de las razones por las que Pedro ande levantando el puño, ¿querrá mostrarse como uno más de los que sienten que su partido les ha engañado?

Más cercana está la fecha y aún no sabemos si habrá algún otro candidato listo para dar la batalla por la dirección del partido socialista, mientras tanto, esperemos deseosos el discurso de Susana el 26 de marzo en Madrid. Con un poco de suerte, explica a los andaluces que esa historia de su compromiso con Andalucía tenía fecha de caducidad. A lo mejor el sur de España se le ha quedado pequeño, ¿le quedará grande ser la líder del gran Partido Socialista Obrero Español?

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