¿Qué sucede de verdad en Venezuela? ¿Qué hay detrás de todas las fotos, los videos y los audios que van de un lado para otro en las redes sociales o en los informativos o en los periódicos?¿Qué no nos cuentan y no sabemos? ¿Quiénes son los buenos y quiénes son los malos? ¿Cómo identificarlos, si tanto en un lado como en el otro los razonamientos trazan líneas bien definidas en argumentos que se sostienen?

¿Cómo saber si Maduro es el gran líder anticapitalista (como el predica) que puede derrocar, en primer lugar, en Venezuela, y luego en todo el mundo, el sistema inhumano y genocida del tablero capitalista que nos ahoga y que desahucia nuestras vidas, y no otro fanático más, otro dictador incorregible y cegado por gestiones e ideales inconsistentes que solo él mismo cree, así como sus súbditos, aún más ciegos? ¿Cómo sumarse a la lucha de la oposición para armar y formar un futuro digno a la ciudadanía, y no creer que, en realidad, tampoco van a arreglar nada, solo están deseosos de poder, y desean aprovecharse del desastre, del desorden y del caos que emana Venezuela por todos lados? ¿Cómo colocarse en un lado o en el otro, si en ambos bandos las muertes son los escombros diarios de una realidad insostenible?

¿Qué no nos cuentan y no sabemos? ¿Cómo escribir este artículo si a cada palabra escrita, a cada pregunta acabada, son mayores las dudas?

¿Qué sucede de verdad en Venezuela? ¿Cómo se justifican las muertes y las torturas y las aberraciones sobre todo ser humano en ambas partes? ¿Con ideales? ¿Con los ideales de quién? ¿Con los ideales de otros? ¿Y qué ocurre con todos aquellos que solo desean vivir, sostener una vida digna con la que consolar toda pobreza? ¿Tienen que morir por las miserias y los ideales de otros? ¿Tienen que sufrir torturas y aberraciones cuando solo desean caminar tranquilamente en el tiempo que la vida les ha prestado?

¿Qué sucede de verdad en Venezuela? ¿Qué no nos cuentan y no sabemos?

 

 

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Escritor. En el 2003 publica el entrevero literario “El dilema de la vida insinúa una alarma infinita”, donde excomulga la muerte a través de relatos cortos y poemas, todas las muertes, la muerte del instante, la del cuerpo y la de la mente. Dos años más tarde, en 2005, sale a la luz su primera novela, “El albur de los átomos”. En ella arrastra al lector a un mundo irracional de casualidades y coincidencias a través de sus personajes, donde la duda increpa y aturde sobre si en verdad somos dueños de los instantes de nuestra vida, o los acontecimientos poco a poco van mudando nuestro lugar hasta procurarnos otro. En 2011 publica su segunda novela, “Historia de una fotografía”, donde viaja al interior del ser humano, se sumerge y explora los espacios físicos y morales a lo largo de un relato dividido en tres bloques. El hombre es el enemigo del propio hombre, y la vida la única posibilidad, todo se articula en base a esta idea. A partir de estas fechas comienza a colaborar con artículos de opinión en diferentes periódicos y revistas, en algunos casos de manera esporádica y en otros de forma periódica. “Vieja melodía del mundo”, es su tercera novela, publicada en 2013, y traza a través de la hecatombe de sucesos que van originándose en los miembros de una familia a lo largo de mediados y finales del siglo XX, la ruindad del ser humano. La envidia y los celos son una discapacidad intelectual de nuestra especie, indica el autor en una entrevista concedida a Onda Radio Madrid. “La ciudad de Aletheia” es su nuevo proyecto literario, en el cual ha trabajado en los últimos cuatro años. Una novela que reflexiona sobre la actualidad social, sobre la condición humana y sobre el actual asentamiento de la especie humana: la ciudad. Todo ello narrado a través de la realidad que atropella a los personajes.

4 COMENTARIOS

  1. La respuesta no es tan difícil. Preguntadle a la gente normal. A los que hacen colas para comprar algo en supermercados desabastecidos. A los que viven en el toque de queda impuesto por el hampa común. A los que necesitan varios (o muchos) sueldos mínimos para pagarse algo que valla más allá de lo indispensable, si es que lo consiguen. La respuestas, como es normal, no están en los medios, ni en los políticos, ni en los fanáticos, sino en la gente normal.

  2. Demasiada palabrería cuando es tan sencillo. Si en tu mesa no hay pan para comer, no hay discurso que llene tu estómago, mucho menos el de tu familia, sobre todo el de tus hijos. Con eso basta! Hay que cambiar el poder, porque un país rico, no puede vivir en miseria. No importa si es de izquierda, de derecha, comunista o anti-imperialista… no importa! los discursos sobran!

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