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Sr. Rajoy, vaya usted con Dios

Desde Cataluña con amor

Manuel Bueno
Manuel Bueno
"Jurista, licenciado en Derecho y Geografía por la UAB, especialista en derecho administrativo y Seguridad pública. Posgraduado en liderazgo político y políticas sociales, y en medio ambiente. Cursos de doctorado en seguridad pública. Profesor de derecho y medio ambiente de la UAB. Durante años fue concejal socialista de Sant Celoni donde fue teniente alcalde y otras responsabilidades (Seguridad ciudadana, juventud, Servicios generales, Recursos humanos y Economía, y también presidente del Consejo de Pueblo de la Batllòria), fundó las juventudes socialistas del municipio en 2003. Y formó parte de la candidatura de José Montilla por el PSC en las elecciones al Parlamento catalán de 2006. Dejó la militancia en el PSC en el 2014 para votar libremente en la consulta del 9 de noviembre. Actualmente forma parte del movimiento socialista de Avancem y militante d’Esquerra Repúblicana de Catalunya, ha formado parte de la candidatura de ERC al Congreso de los Diputados de 2015, 2016 y 2019. Es vicepresidente de Súmate. Nacido en Barcelona, hijo de andaluces y criado entre Cataluña y Granada. Sus valores: Pluralismo y diversidad, es suma de la dignidad "
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análisis

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La historia y el tiempo pone a todo el mundo en su sitio, eso decía mi abuela, y es la pura realidad. Quien le iba a decir el ya expresidente del Gobierno de España, que una vez aprobados sus presupuestos generales del estado para el 2018 con el apoyo incondicional del PNV, en menos que canta un gallo – una semana- pasaría a ser historia de este país.

Por cierto, protagonista con su corte de un episodio de la historia reciente de los más negros y humillantes en autoritarismo, en represión, en recorte de derechos civiles y sociales, defensores del catolicismo retrógrado de la España bajo palio de la posguerra, y sobre todo, del mangoneo y del robar a manos llenas de las arcas del estado.

Claro que, todavía no sabemos quién es M.Rajoy, porque el exexcenlentísimo presidente no lo conocía. Igual que tampoco reconoce responsabilidad alguna, se ve que la corrupción no iba con él. Se robaba a manos llena a su lado, pero él no sabía nada. Se daban sobres, pero él no sabía nada. Los jueces le decían a su señoría que no eran creíbles sus palabras, pero da igual, es que ya se sabe, estos jueces opinan mal.

Muchos son los que dicen que se cierra una era en la política española y que se abre un nuevo ciclo. Yo no aventuro tantos cambios, pero de lo que podemos estar seguros, es que para hacerlo peor que el PP en estos últimos años, se debe de correr mucho.

Hemos tenido un gobierno de Berlanga, que en vez de ministros parecían protagonistas de películas en blanco y negro de la España franquista. Un ministro de Interior que, en vez de pacificar y democratizar los cuerpos de seguridad, se unía al grito de guerra “a por ellos”, y como si de niños se trataran, les preparó su propio parque infantil con aquel barco del piolín. Una vicepresidenta del gobierno todopoderosa, que quería aparentar a lo Jaqueline Kennedy lo que no era. Una ministra de defensa súper preparada, cuyo objetivo era el espionaje ruso, como si estuviéramos en plena guerra fría y fuese de la CIA. Un ministro casi marqués de educación, que cada viernes nos recitaba en tono chulesco y castizo los acuerdos del Consejo de Gobierno. Un ministro de Justicia que casi le parecía bien la sentencia machista de la manada “es que 9 años son años!!!”. Y un presidente del Gobierno que se dirigía a los españoles como Franco en el Nodo, a través de pantallas de plasma.

Un gobierno, que vistió de semana santa, con mantillas y de negro para cantar en Málaga ante el cristo de los legionarios “el novio de la muerte», y en vez de sacar la cabra de la legión, sacó su mejor mascota, el Borbón más cañero jamás visto. Que supo hacer muy bien de vocero del reino y portavoz de un gobierno moribundo.

Quien le iba a decir al Sr. Rajoy, que aquellos que en su día se abstuvieron para que se convirtiera en presidente, hoy lo mandarían a las cloacas del Estado. Y es que el Sr Rajoy no supo elegir bien a sus compañeros de viaje. Por un lado, alimentó a unos jóvenes indefensos a creerse salva patrias. Y por otro lado, creyó enterrado y sepultado a un Pedro Sánchez resucitado que ascendió de los infiernos con alas de ángel caído para decapitarlo.

Quizás, Sr. Rajoy, si hubiese mirado hacia Cataluña, y hubiese dialogado con el pueblo catalán, que le pedía poder hablar, simplemente eso, poder opinar que quería ser de mayor, quizás aún sería presidente de su gobierno. Y quizás hubiese pasado a la historia, por ser el presidente del diálogo y negociante, al estilo David Cameron, y no que pasará como un presidente represor, sin talante y autoritario, incapaz de buscar soluciones a un derecho legítimo y fundamental del pueblo catalán.

Ahora que tendrá mucho tiempo para reflexionar y pensar, quizás se dé cuenta del daño y dolor causado a un pueblo que solo quiere decidir democráticamente su futuro. Quizás se dé cuenta, que apalear, que enjuiciar, que encarcelar, son acciones de una era ya vivida, y por cierto, donde se derramó mucha sangre inocente. Y quizás se dé cuenta, que el Régimen del 78 hay que superarlo, que el constitucionalismo no es dogma de fe, sino que debe ser una realidad jurídica cambiante y adaptable a una sociedad moderna y global.

Y quizás, esta gran lección de la historia, también la reflexione el flamante presidente del Gobierno. Porque sr. Sánchez, los trenes y las oportunidades pasan una vez, coja usted el tren de la democracia, del diálogo, del progresismo, de la negociación, y mire con los ojos bien abiertos a Cataluña, no pestañee ni un instante, observe todo, escuche y escuche que le dicen los catalanes, porque a través de la dignidad de tanta gente, verá que Cataluña tiene razón, y que la solución catalana será la propia regeneración del Estado. Y defienda la constitución como ha defendido la biblia en su toma de posesión, no como dogma sino como una realidad cambiante.

Sr. Sánchez, no se quede en un gobierno de Hollywood, sino que hable con aquellos que le han llevado a la Moncloa, hable sobre todo con aquellos que creen en la República como modelo de Estado, como modelo de vida. No se ponga lazos si quiere, pero no permita más daño y dolor a un pueblo que le sobra persistencia y mucha dignidad.

Los catalanes somos pacientes, y nos gusta el diálogo, por eso no desaproveche, Sr. Sánchez, sus 100 días de gracia, porque ya sabe lo que pasa, castillos grandes caen y gobiernos también. Y sepa una verdad, mientras la política española no mire hacia Cataluña los gobiernos se irán yendo sin más pena y sin más gloria.

Pero la historia siempre torna, quien le iba a decir al Sr. Rajoy, que dejaría de ser presidente por los votos de los que consideraba sediciosos y rebeldes, y que el mismo día que su gobierno dejaba de gobernar, el gobierno catalán- después de meses de represión de ustedes- volvía a entrar en el Palau de la Generalitat.

Desde Cataluña, con mucho amor, Sr. Rajoy, vaya usted con Dios.

Y como decía Labordeta

Habrá un día

en que todos

al levantar la vista,

veremos una tierra

que ponga libertad.

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