Llega el sábado y, después de una semana de trabajo, muchos padres y madres tienen que volver a madrugar para llevar a sus hijos e hijas a jugar el partido de futbol con su equipo del colegio, de algún club o escuela deportiva. Es una etapa bonita, donde tanto los padres y las madres como los niños deberían disfrutar de esos momentos juntos. A la vez, que aprenden la importancia de la responsabilidad de llegar puntual a los sitios; el significado del respeto al adversario y al árbitro; la trascendencia del trabajo y el esfuerzo en equipo para intentar obtener un buen resultado; el alcance de la disciplina en los entrenamientos y en los partidos; y el valor de practicar para ganar en confianza y poder cumplir los objetivos.

Pero desgraciadamente, y cada vez con más frecuencia, el ambiente saludable, de rivalidad sana entre deportista, está siendo desplazado por una rivalidad mal entendida y enfermiza donde los insultos, las faltas de respeto hacia los árbitros, los propios entrenadores, o hacia los niños y los padres de los otros equipos es lo habitual. Frases como ¡Cegato! ¡No tienes ni puta idea! referidas al árbitro; o ¡Que no pase, pártele la pierna! en relación a jugadores del otro equipo; o ¡saca ya a mi hijo que es el mejor inútil!, dirigidas al entrenador, retumban por los campos de toda España.

Un matonismo desde las gradas, que cuando salta la chispa acaba en peleas brutales entre padres, en agresiones a los árbitros y en enfrentamientos entre niños que creen tener barra libre porque sus padres y sus madres son los primeros que insultan, amenazan o agreden. Piensan que tienen en casa a Cristiano Ronaldo y desgraciadamente al primero que presionan es a su hijo. No dándose cuenta que lo importante es que su hijo disfrute y vaya mejorando.

Es sabido que aprendemos a partir de lo que vemos en nuestro entorno, y más cuando eres pequeño. Por eso, es más grave todavía el matonismo de la grada en estos espacios donde juegan niños y adolescentes. Porque están visualizando comportamientos que después tenderán a repetir. Y este tipo de comportamiento, que sale en los medios de comunicación cuando la violencia es física, tiene un repertorio constante más amplio. Me refiero a la violencia verbal, ya sean amenazas o insultos, o a la violencia psicológica, mediante el menosprecio, la ridiculización, la justificación de la violencia…

Por este motivo, entre todos, hay que poner fin a estos comportamientos. Es preciso que existan un conjunto de normas que deban conocer todos, desde los niños a los padres y las madres. Pero junto a ellas, es también necesario que se sancionen este tipo de comportamiento, para que los niños y niñas aprendan a respetarse y a que existen consecuencias de los actos que se realizan.

Hoy ha sido en Mallorca, mañana no sabemos dónde será. Pero lo que tenemos que hacer en plantar cara al matonismo de la grada. Con educación, con normas y con sanciones. Y aquí hay que destacar iniciativas como las 10 Reglas a los Padres (www.futbolconrespeto.com), donde se dan una serie de pautas que reproducimos a continuación: 1. Acompaña a tus hijos a los partidos y entrenamientos siempre que puedas. 2. Tu presencia, un aplauso o una mirada cómplice pueden ser mucho mejor que estar gritando todo el tiempo. 3. Colabora con tu club para que sea un referente de juego limpio. 4. Los árbitros son personas que aciertan y se equivocan ¡Respétales! 5. Evita conflictos con otros padres y ayuda a generar un clima positivo fomentando una buena relación, también con árbitros y entrenadores. 6. Recuerda a tu hij@ que el resultado no es lo más importante. Pregúntale si ha hecho amigos y si lo ha pasado bien. 7. ¡No l@ presiones! Lo importante es la diversión, el trabajo en equipo, la superación y la adquisición de hábitos saludables. Si tiene cualidades llegará lejos. 8. No es bueno castigarl@ sin hacer deporte. Busca otra manera de que cumplan con sus obligaciones. 9. Evita conductas inapropiadas en espectáculos deportivos y contribuye a la correcta utilización de las instalaciones deportivas. 10. Confía en los entrenadores, profesores y monitores. Está claro que una actividad física conlleva algunos pequeños riesgos, pero ellos son profesionales y están capacitados para minimizarlos. ¡¡¡Con Respeto Ganamos Todos!!!

O la guía “Deporte y valores”, presentada la semana pasada, y editada por la Fundación Mutua Madrileña y la Fundación Deporte Joven del Consejo Superior de Deportes (CSD). Y que pretende educar a los padres que acompañan a sus hijos cada semana a competiciones deportivas infantiles.

No vale la indiferencia. El cambio de comportamientos es necesario y posible.

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