Seguimos con la Cocina de Resistencia, intentado que los platos sean variados, y apetitosos. En invierno, cuando el frío apremia, necesitamos más calorías para recuperarnos de las bajas temperaturas.
A quienes sentimos pasión por la cocina, nos cuesta poco preparar comidas variadas sin ser esclavos de los fogones. Permitan que sus hijos entren y se ensucien las manos pelando cebollas, buscando las especies que necesitemos. Lo digo por experiencia. Prueben, son recuerdos a por vida. Mis 9 hijos, mis 16 nietos, mi biznieto son todos amantes del buen comer.
Solomillos de cerdo confitados
2 solomillos de cerdo.
Una cebolla con dos clavos pinchados -de especie-.
1 cabeza de ajos. Aceite de girasol.
1 hoja de laurel. Sal. Pimienta. Mostaza. Miel.
Acostumbro aliñarlos los solomillos la vigilia, resultan más apetitosos.
Untar los solomillos con mostaza y miel. Salpimentar. Colocar los solomillos en una fuente y cubrir con aceite. Añadir la cebolla entera con los dos clavos, la cabeza de ajos y el laurel.
Mantener al menos dos horas, a fuego suave, para que se confiten lentamente.
Escurrir y servir enteros. Cortar en la mesa. En salsera aparte servir el aceite de cocción
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Acompañar con puré de patatas.
Una patata por comensal.
Hervir las patatas peladas y cortadas 20 minutos, con una cebolla, sal y un chorro de aceite.
Escurrir y chafar con un tenedor. NUNCA con batidora. Añadir una yema de huevo, un poco de mantequilla y pimienta. Colocar en fuente para hornear. Entrar unos 8 minutos, en el horno precalentado a 180º, antes de llevar a la mesa.
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Manzanas al horno
Lavar las manzanas y colocarlas en una fuente, sobre papel de aluminio.
Asar en el horno unos 30 minutos a 180º.