Cualquier español mínimamente informado, desde su sofá, puede observar con estupor la cantidad de sandeces que escuchamos de la boca de nuestros políticos en los últimos tiempos.

Para suavizar verdades utilizan sofismas que no sólo sorprenden, también molestan e indignan, sintiendo muchos de nosotros, que lo que aseveran no deja de ser un burdo y descarado atentando contra nuestra inteligencia. Algunas veces es tan evidente que en lugar de disgustar, provocan una amarga carcajada por lo absurdo de sus argumentos.

Lo cierto es que esto no es nuevo; solía venir de la derecha y de ese lado, ya nada sorprende. Si no fuera por la gravedad del contenido de sus declaraciones, podríamos pensar que estamos en el cine viendo una película de humor negro y hasta podríamos salir diciendo, ¡qué buena, oiga!.

Todo cambia de color cuando el ridículo viene de los tuyos; entonces el sentimiento cambia y lo que antes era contrariedad, se convierte en un profundo sentimiento de “vergüenza ajena”.

Esto lo llevamos viviendo en los últimos tiempos por parte de la dirección del PSOE una vez facilitado, con la abstención de la mayor parte de los diputados socialistas, el gobierno al Partido Popular.

“Los vamos a crujir desde la oposición” dicen con seguridad, creando hasta duda en los que no entendíamos cómo se había caído tan bajo, pero pronto observamos que no sólo no es cierto, sino que se están dedicando a disfrazar un apoyo tácito, o no tácito, al gobierno de Mariano Rajoy.

Nos cuentan que con una proposición no de ley han paralizado parte la LOMCE, las reválidas…y por otro lado nos enteramos de que el PP ha llevado la Ley al Constitucional con la nula intención de paralizar, modificar o derogar absolutamente nada.

Están dispuestos a apoyar el techo de gasto a cambio de la subida del salario mínimo interprofesional.

¡Una subida en el SMI!, cuando lo que han hecho es acordar con la más rancia derecha y en connivencia con la patronal, una subida del salario mínimo que no va a ser efectiva, ya que a día de hoy, los trabajadores no cobran en muchísimos casos ni tan siquiera eso, porque en España, al igual que en Alemania y otros países de la UE, estamos sufriendo el efecto del llamado “mini job”: trabajadores con contratos a tiempo parcial que cotizan por media jornada y como tal cobran pero trabajan bastantes más horas de las estipuladas en el acuerdo escrito con el empresario. ¡Indigno!. Además, si de verdad esta subida hubiera afectado a los trabajadores y por ende a la patronal, ¿se habrían quedado, como así ha sido, mudos los empresarios?, yo no les he oído, ¿tú sí?

Lo cierto es que no me extraña que muchos militantes socialistas y votantes del PSOE estén que trinan; lo contrario sería absurdo; ni es serio, ni se puede consentir esta tomadura de pelo.

Urge, como ya se ha dicho millones de veces, una nueva dirección en el Partido Socialista, se ha perdido contacto con la realidad o simplemente, los que hoy dirigen la línea política en Ferraz velan por sus propios intereses sin pensar, ni en el socialismo ni en los ciudadanos.

No son buenos tiempos para el socialismo, pero sí son buenos para que desde abajo, el PSOE recupere credibilidad, dignidad y gobierno.

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