Tras cinco años de guerra, y pese a todas las muestras de solidaridad internacional, la brecha ente las necesidades humanitarias de primera emergencia y la financiación comprometida no ha hecho más que aumentar: hoy por hoy esta diferencia es del 44%, mientras que hace tres años era solo del 30%

Acción contra el Hambre pide a los más de 70 gobiernos que acudirán a la conferencia copresidida por Reino Unido, Alemania, Kuwait, Noruega y las Naciones Unidas que cubran la brecha entre necesidades y fondos comprometidos en los llamamientos para Siria y la región el Syrian Humanitarian Response Plan (HRP) y el Regional Resilience Response Plan (3RP), dando prioridad, y con carácter de urgencia, a las necesidades básicas en materia de agua, alimentación y refugio a las personas más vulnerables

“Es importante que, mientras las potencias implicadas negocian una salida al conflicto, los líderes mundiales se sienten para afrontar las necesidades básicas de la población en Siria y la región, pero nos preocupa que en esta conferencia se trate de desviar el foco hacia necesidades a medio y largo plazo cuando 13,5 millones de personas no tienen aún cubiertas las inmediatas: agua segura, alimentación, saneamiento básico y refugio para niños, mujeres y hombres”, explica Manuel Sánchez Montero, Director de Incidencia y Relaciones Institucionales de Acción contra el Hambre.

“Es urgente colmar estas necesidades, constatadas por las organizaciones que trabajamos sobre el terreno, pero es crucial también que las cifras que se reflejen en la foto de los líderes con las chequeras abiertas en Londres lleguen a tiempo al terreno, haciéndose efectivas preferentemente a través de las intervenciones humanitarias profesionales y basadas estrictamente en las necesidades y  en los principios de humanidad, neutralidad e independencia”, continúa Sánchez-Montero.

La llegada de sirios a Europa cruzando el Egeo no es más que la punta del iceberg: a punto de cumplir cinco años de guerra hay más de 6,5 millones de desplazados internos en Siria y casi 4,6 millones de refugiados (el 95% en los países vecinos). Mientras los países europeos debaten las condiciones de integración de las pocas centenas de refugiados que están consiguiendo asilo,  las necesidades en la región se han duplicado. “En Líbano nuestros equipos sobre el terreno dan cuenta del desgaste tras cinco años lejos de casa: sus posibilidades de endeudamiento se han agotado, cada vez es más difícil conseguir un permiso de residencia y acceder a oportunidades de trabajo y vemos mecanismos extremos de supervivencia como el trabajo infantil. Están exhaustos y desesperados, de modo que muchos están optando incluso por volver a Siria, arriesgando sus vidas en medio del conflicto”, explica Jean-Raphaël Poitou, responsable geográfico para Oriente Próximo.

“Más allá de la lectura bélica, de las pérdidas de vidas humanas y los daños materiales, cinco años de guerra se han extendido en la región como una mancha de aceite que afecta ya a toda la población, con una presión creciente sobre los medios de vida y los recursos naturales de los países de acogida. Hace ya muchos meses que sabemos que el criterio de vulnerabilidad no puede ser únicamente la condición de refugiado y que también las poblaciones de acogida, especialmente en países como Líbano, necesitan ayuda”, apunta Sánchez-Montero. Hoy por hoy uno de cada tres habitantes de Líbano es un refugiado.

Hambre en tiempos de guerra

En Siria se estima que más de tres millones de personas, especialmente niños, no pueden cubrir sus necesidades nutricionales y 8,7 millones viven en inseguridad alimentaria. “Todavía hay poca información disponible en muchas zonas inaccesibles y tememos encontrar escenarios aún peores”, explica Poitou.

Acción contra el Hambre, una de las pocas organizaciones internacionales que trabaja dentro de Siria, está proveyendo alimentación, agua segura, saneamiento básico y apoyo psicológico a más de 3,5 millones de personas en la región.

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