En abril de 1946 se proclamaba la República Siria tras la salida ese año de los franceses que tardaron 30 años en irse desde que junto con Gran Bretaña reconocieran en 1916 la independencia del país que fue sancionada mediante el acuerdo anglo-francés, aunque los turcos no lo abandonaron hasta 1918.

Pese al acuerdo entre ingleses y franceses, la presencia de éstos últimos no cesó hasta 1946. Previamente, en 1941, tropas británicas, australianas y de francesas libres se enfrentaron al Ejército de Vichy, derrotándolo y acabando así como la “tutela” gala del país al que había concedido la independencia.

Por tanto se cumple este mes de abril el septuagésimo aniversario de una independencia que desde su logro no ha conseguido pacificar el país.

Una de las consecuencias de la I Guerra Mundial (1914-1918) fue acabar con el Imperio Otomano, aliado de los alemanes, y con ello liberar países que se encontraban bajo la dominación turca, así como la creación de otros estados entonces artificiales pues no contaban con historia ni antecedentes. Jordania o Arabia Saudí entre otros.

Siria, sin embargo, contaba con una importante historia milenaria e incluso en la época de la Gran Siria estaban bajo su dominio Líbano, Jordania, Israel, los Territorios Palestinos.

De 1949 a 1963 se produjeron distintos golpes de Estado e intentos de golpe casi ininterrumpidamente hasta ese último año en el que el partido Baath Árabe Socialista impuso, hasta ahora, una dictadura disfrazada de falsa democracia.

Y, desde 1970, es la familia al-Hasad la que gobierna el país primero a través de  Hafez al-Asad, hasta 2000 y posteriormente su hijo Bashar al-Asad hasta la actualidad que como es sabido libra una cruenta guerra civil desde 2011, tras la Primavera Árabe. Bashar fue refrendado en unas elecciones en las que se presentó una única lista registrándose 94,6% de participación y 99,7% de refrendo de la candidatura.

Siria mantiene fronteras con Turquía por el norte, con Irak por el este, con Israel y Jordania al sur, y con Líbano y el Mediterráneo por el oeste, es decir se encuentra en el epicentro de una de las zonas más permanentemente convulsas del Mundo. La geopolítica, por tanto, no ayuda precisamente a ese país a lograr la paz y la estabilidad.

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