Las Estatinas son un fármaco que se ha demostrado eficaz para disminuir el Colesterol en sangre. Prácticamente todas las personas que padecen esta dolencia están tomando estatinas. Pero tiene un efecto secundario: dolor muscular y en las articulaciones. Esto lleva a limitar el movimiento normal de las personas y en muchos casos estos pacientes consultan con su médico la posibilidad de disminuir la dosis, e incluso sustituir el fármaco para erradicar dichos dolores.

Ahora, investigadores de la Escuela Icahn de Medicina de Mount Sinai, en Nueva York (Estados Unidos), han descubierto que las personas que han sufrido un infarto y abandonan las estatinas por sus efectos secundarios sufren un brusco aumento de riesgo de sufrir un segundo evento cardiovascular.

Así se desprende de los resultados de un nuevo estudio publicado en la revista ‘Journal of the American College of Cardiology’, que incluyó a más de 105.000 pacientes de más de 65 años que habían sufrido un infarto, y quienes no podían tolerar estos fármacos tenían hasta un 50 por ciento más de probabilidades de tener un nuevo infarto.

«Se debe hacer todo lo posible para tomar la estatina, ya que estos compuestos han demostrado que reducen los eventos cardiovasculares (ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares), las muertes cardiacas y la mortalidad en general», ha defendido Robert S. Rosenson, autor del estudio.Todos los pacientes incluidos en el estudio estaban cubiertos por el Medicare, el programa federal de cobertura sanitaria para mayores de 65 años y se les había prescrito un tratamiento con estatinas: Atorvastatina, o Simvastatina.

El equipo de Rosenson comparó las tasas de infarto recurrente, otros eventos de enfermedad coronaria y la muerte por cualquier causa en aquellos pacientes que al menos se tomaban la medicación en el 80 por ciento de las ocasiones, frente a quienes habían reducido la dosis o habían dejado de tomarlas. Menos del 2 por ciento de los pacientes no podía tolerar las estatinas, y más de la mitad fueron capaces de mantener el tratamiento.

En comparación con los pacientes que tomaban sus estatinas la mayor parte del tiempo, los que no podían tolerar las estatinas eran 50 por ciento más propensos a tener otro infarto y también tenían un riesgo un 51 por ciento mayor de sufrir otro evento cardiovascular, como obstrucción en las arterias coronarias.

«Los hallazgos del estudio actual demuestran claramente que hay graves consecuencias mórbidas de dejar de tomar las estatinas y por eso apoyamos una estrategia agresiva para que los médicos eviten estas situaciones», ha destacado Steven Nissen, de la Fundación de la Clínica Cleveland en Ohio.

En ese sentido, los pacientes deben saber que hay varias opciones disponibles si experimentan efectos secundarios de la terapia con estatinas y que, incluso si no toleran varios de estos fármacos, hay un arsenal terapéutico suficiente para reducir su riesgo de segundos eventos, ha añadido David Saxon, investigador de la Universidad de Colorado que no ha participado en el estudio.

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