Las propuestas más o menos electoralistas surgidas en los últimos meses, en el sentido de aligerar y simplificar los trámites para constituir una empresa, implican el reconocimiento de las dificultades que surgen a la hora de llevar adelante tal idea. Pero esas dificultades se minimizan, según las consultas efectuadas por Diario 16, si el punto clave del proyecto, la actividad que vamos a desarrollar, se tiene clara.

Los expertos están convencidos de que, en la coyuntura actual, si se tiene una idea hay que ponerla en marcha inmediatamente y olvidarse de la burocracia. En estos momentos, los trámites para legalizar un negocio son una cuestión secundaria que sólo requiere tiempo. Pero lo primero es empezar.

Darse de alta en el Impuesto de Actividades Económicas, IAE, y en el Censo de Hacienda antes de empezar, “no es un requisito imprescindible como en anteriores ocasiones. Se pueden aplazar los trámites burocráticos y, una vez puesta en marcha la actividad, llevarlos a cabo”, reconoce un portavoz de la Agencia Tributaria.

Las diferentes administraciones tributarias han decidido flexibilizar las normativas, y dan un margen de tiempo para efectuar dichos trámites. El necesario para buscar, mientras tanto, un gestor o un despacho de abogados especializados que se encargue de tan tortuosa tarea.

No obstante, deberemos saber que la Declaración Censal de la Agencia Tributaria, no es otra cosa que una declaración de comienzo, modificación o cese de actividad. Están obligadas a presentarla todas las personas físicas o jurídicas que vayan a iniciar una actividad empresarial o profesional en territorio español.

Los pagos al Estado de un trabajador por cuenta propia se efectúan por medio de las retenciones del IRPF que practicamos en cada factura emitida, y mediante la declaración trimestral del IVA. Por ello, no nos deberemos olvidar de que, en cada factura que vamos a emitir, procederemos a descontar el pago a cuenta del IRPF, el 15% del importe si es un servicio profesional.

Del NIF, si somos personas físicas y la actividad no se desarrolla a través de una sociedad mercantil, tampoco hemos de preocuparnos ya que el que la AEAT nos va a asignar es el mismo que el que figura en el documento de identidad. En cuanto a las declaraciones del IVA, ya se ha dicho que son trimestrales lo que nos da cierto margen de tiempo para acudir a un profesional que se encargará de facilitarnos las gestiones ante Hacienda, los organismos públicos y las autoridades laborales.

Así pues, es muy sencillo poner en marcha la relación de un trabajador por cuenta propia con la Agencia Tributaria. En lo que respecta al IAE, impuesto que gestionan las autonomías, aunque es obligatoria su alta en el mismo, hay que recordar que, desde 2003, están exentas de su pago las personas físicas o sociedades mercantiles que tengan un importe neto de factura de negocios inferior a un millón de euros.

Y para los inicios hay que tener en cuenta que los trabajadores autónomos deben darse de alta en el correspondiente régimen la Seguridad Social. Actualmente, la cuota mínima ronda los 225 euros mensuales. Pero dicha cuota nos dará derecho a prestaciones sociales como el subsidio por desempleo para autónomos en el supuesto de cese de actividad.

Como se ha podido comprobar, estos primeros trámites son muy sencillos de llevar a cabo y apenas tienen coste económico. Los de Hacienda son gratuitos y los de Actividades Económicas pueden suponer un pequeño desembolso si hay que darse de alta dentro del grupo de actividades municipales.

La actividad de mayor demanda, es la distribución de consumibles informáticos a bajo coste, y reciclables. La inversión que requiere el montaje de una tienda de venta al por menor de este tipo de productos no es muy alta, en torno a los 45.000 euros. En realidad, el centro de trabajo requiere la instalación de un mostrador, estanterías, un PC con programas de existencias y precios, y poco más.

Otra de las actividades que están requiriendo mayor demanda de información es la referida a los servicios domiciliarios dirigidos a personas de la tercera edad, enfermos y discapacitados. El inconveniente es que la crisis económica y el fuerte recorte presupuestario, tanto de la administración central como de las autonómicas y locales, ha afectado de manera brutal a este sector que vivía de las ayudas públicas contempladas en una Ley de Dependencia, que prácticamente ha quedado en papel mojado.

En cambio, el negocio de las motos parece haber tomado fuerza en este país. No tanto en lo que se refiere a la vertiente de venta de estos vehículos, sino al mantenimiento y reparación. Talleres rápidos donde se ofrecen cambios de aceite y de neumáticos, reglaje y reparación de frenos, kits de transmisión y otros consumibles, han proliferado por toda la geografía española. Hasta tal punto que la cadena de franquicias Moto Service ha decidido incrementar las aperturas de nuevos centros para los próximos tres años, cuyo número estaba previsto, inicialmente, en 42 establecimientos. Los expertos en creación de empresas, recomiendan que se trabaje sobre proyectos modestos y en sectores donde la competitividad sea soportable. Lo contrario exigiría la captación de recursos que no se pueden permitir la mayoría de los emprendedores, sobre todo al principio, como es la contratación de personal.

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