Piensa que la política es “la forma que tienen las personas que viven en una sociedad de organizarse y buscar cuál es el modo de convivencia que quieren tener”. Y suspira, como va a suspirar durante toda la entrevista: “Va mucho más allá de la política que en los últimos años se ha identificado como lo que está en el parlamento, es algo que está en relación con la sociedad constantemente”.

Isabel Serra fue la política más votada en las primarias para liderar Podemos Madrid. Ese puesto lo ocupa Ramón Espinar porque la formación de Serra, Anticapitalistas, acudía unida a la lista del senador. Sin embargo, esta joven nacida en 1989, con residencia en Puente de Vallecas, activista y licenciada en Filosofía, obtuvo más votos que Espinar y que Rita Maestre.

 

¿Cuándo empezó a interesarse por la política?

A mis padres les interesaba la política y hablaban de política en casa. El tema estaba en el día a día de casa. Pero fue sobre todo cuando entré en el instituto Fortuny, que me empecé a interesar por las manifestaciones que había entonces reivindicando la universidad pública y el movimiento por la vivienda digna. En ese momento empecé a tener amigos y amigas a los que les interesaba y nos relacionábamos en ambientes en los que la política era cotidiana.

 

Tengo la sensación de que mi generación es hija del silencio. ¿Es la suya fruto del diálogo?

Creo que soy hija de una generación en la que parecía que todo estaba hecho

Creo que soy hija de una generación en la que parecía que todo estaba hecho y que, con solo estudiar una carrera –los que podíamos estudiar una carrera universitaria, que ni mucho menos era la mayoría de los jóvenes–, tendríamos un futuro asegurado. Y también una generación en la que la política no estaba a la orden del día, sino que era algo muy encerrado y compartimentado dentro del Parlamento, pero desconectado de la mayoría de la sociedad. No había ninguna necesidad de intervenir ni de hablar de política.

 

Y eso cambió.

El hecho de que a partir del 15M los programas de los sábados por la noche y las cadenas de máxima audiencia hablen de política es algo que ha cambiado radicalmente todo. Había una clara desafección hacia la política.

 

¿Sucedía eso porque creímos ser ricos? ¿Cómo ha influido la pobreza en ese cambio?

El 15M es una ruptura. En el momento en que se empiezan a aplicar políticas de austeridad, primero Zapatero y luego Rajoy, hacia un modelo cada vez más desigual, la gente sale a la calle para decir que ya basta y colocan en el centro de la política una serie de demandas. Esas demandas pasan a ser cuestiones centrales en la sociedad española. Además, con elementos que tienen que ver con la solidaridad y con la idea de que los problemas de la gente también te afectan a ti. Es decir, no todo el mundo sufría un desahucio, pero la lucha contra los desahucios es algo con lo que empatiza una mayoría social. Frente a lo que sucede en otros países de Europa, y ahora en EEUU, con respuestas de extrema derecha, en este país pasa algo asombroso: que la respuesta se da en términos de solidaridad.

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Sin embargo, vuelve a ganar la derecha.

Frente a la concepción planteada en Podemos de que a la primera podíamos ganar las elecciones generales, nosotros, desde Anticapitalistas, ya pensábamos, y así lo planteamos, que no era posible. Necesitamos ir construyendo más de abajo a arriba, ir consolidando movimientos sociales y darles estabilidad. Y construir la sociedad civil con elementos culturales. Ese salto no se puede dar de un día a otro.

 

¿Es bueno para Podemos no haber ganado “más”?

no haber ganado también nos da una serie de oportunidades

Yo creo que el mejor escenario hubiese sido ganar, porque nada nos dice que vayamos a ganar dentro de 3 años. Pero no haber ganado también nos da una serie de oportunidades para que a largo plazo podamos ser un proyecto más consolidado, que no se olvide a lo que venía, que sea coherente con el proyecto de sociedad que tiene, y que no se convierta en el día de mañana en otro partido más que trabaja para mantenerse en el poder.

 

RETROCESO

¿Cree que se están desvelando trampas de la Transición y de la Monarquía o no tanto?

Hemos avanzado mucho, pero también hemos dado pasos hacia atrás con respecto a hace dos años. Planteábamos entonces la necesidad de llevar a cabo un proceso constituyente que nos llevase a una ruptura con el Régimen del 78. Eso es algo que ya no está en boca de la gente ni en el orden del día.

 

¿Por qué ha sucedido?

pensamos que era más fácil conectar con un sentimiento de repulsa hacia el régimen político

En su día pensamos que era más fácil conectar con un sentimiento de repulsa hacia el régimen político. El discurso de que la Transición trajo democracia y libertad para todos ha pesado mucho, y no hemos conseguido darle la vuelta. Se ha avanzado, pero queda muchísimo que decir sobre lo que fue la Transición en realidad.

 

¿Qué fue?

También fue un proceso que, mediante la cultura del consenso, saltó por encima de muchísimas demandas de movimientos obreros, movimientos populares y movimientos feministas que planteaban ir en otra dirección, y fueron lapidados.

 

¿Hay miedo? ¿Hay un miedo nuevo o no se ha ido del todo el miedo que llevó a esa Transición?

Hay miedo relacionado con la precariedad y el paro

Yo creo que no se ha ido del todo. Lo que pasa ahora es que hemos tenido 30 años de neoliberalismo atroz que ha devenido en una sociedad muy individualizada que no se plantea sus problemas como derivados de un modelo social, económico y político, sino que creen que tienen que ver con una incapacidad de la persona para tener un buen trabajo. Ahí hay un proceso de culpabilización de la gente por tener la vida que tienen. Los problemas no son individuales. Proceden de unas élites económicas, pero también de unas elites políticas que se han dedicado a robar y a instaurar el régimen político y económico que ha dado lugar a esos mismos problemas. Hay miedo relacionado con la precariedad y el paro. Vienen más políticas de austeridad, y el riesgo es que nos acostumbremos a un sistema y modelo y forma de vida individualizada, y con una precariedad cada vez mayor.

 

NO SE COMEN A LOS NIÑOS

¿Cómo ve el retrato que hacen de ustedes los medios de comunicación?

Supone mucho desgaste, pero es algo con lo que tenemos que contar. Es muy difícil comunicar a la sociedad que no eres un proyecto que se quiera comer a los niños ni que quiera robarle las casas a la gente, ni que nuestro modelo sea la Unión Soviética. Es lo que constantemente dicen.

 

¿Cuál es su modelo?

La sociedad que queremos construir no la conocemos

Desde luego no es un modelo social como el capitalista, que se basa en la depredación de los derechos de las personas y la depredación del planeta, y en generar desigualdades y aumentarlas. La sociedad que queremos construir no la conocemos, no tenemos una idea clara del punto exacto al que queremos llegar, pero sí tenemos experiencias del pasado que nos dicen qué cosas se han hecho bien y cuáles mal, y hacia dónde queremos tirar. Sabemos que el modelo capitalista no nos gusta y sabemos que hay alternativas, ¿cómo no va a haber alternativas?

 

¿Están preparados para llevarlo a cabo?

Estamos preparados para trabajar por ello e intentarlo. La cuestión es que vivimos en una sociedad en la que partimos de muy atrás. No solo porque el neoliberalismo haya generado una forma muy individualizada de entender la vida y nuestras relaciones, sino porque no podemos cambiar el régimen económico y político de un único país. Ya hemos visto la experiencia de Grecia.

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No veo un movimiento, por llamarlo así, europeo.

En los últimos años, en la periferia ha habido movimientos de respuesta, por ejemplo, en Grecia, Portugal o Italia, pero desde una perspectiva nacional. A pesar de que, en muchos ámbitos, como en Podemos, entendemos que el marco es europeo. Pero la respuesta siempre ha sido nacional. También porque la Unión Europea actual, basada en la desigualdad económica y en el euro, y no en los derechos sociales, hace que esas diferencias se agraven y compitamos entre unos países y otros.

 

¿De donde viene el retroceso que vive la UE?

La respuesta en muchos países no ha venido por parte de la izquierda, sino por parte de alternativas excluyentes, xenófobas, que identifican los problemas de la gente como si viniesen más del que tienes al lado, como los inmigrantes, que de las élites económicas y financieras, que son las que realmente se benefician de la crisis y de las políticas de austeridad.

 

¿Cuáles son sus armas para luchar contra eso?

Saber estar con la gente y construir con el colectivo. Siempre me ha encantado estar en movimientos sociales, porque creo que la única forma de cambiar es de forma colectiva.

 

¿Y las mejores armas de Podemos?

Tienen que ver con ser una herramienta nueva que no ha caído en los problemas de los partidos tradicionales o de muchos proyectos de la izquierda que se basan en la competición y en entender los partidos políticos como una empresa en la que se promociona a gente basada en buscar el poder individual.

 

¿Y el mayor enemigo interno?

El problema de los cargos públicos y los cargos políticos es precisamente que se autonomizan

Convertirse en uno de los partidos tradicionales, donde hay una competición entre diferentes personas por el poder. Hay que poner los mecanismos para evitarlo. Estamos en ello, pero necesitamos muchos más mecanismos que lo eviten, que nos sigan conectando con la realidad de la gente. El problema de los cargos públicos y los cargos políticos es precisamente que se autonomizan. Viven la profesionalización de la política y se alejan de los problemas de las personas, de la realidad.

 

En las elecciones de Madrid, usted es la que saca más vosotros, y por lo tanto Anticapitalistas. ¿Eso refleja algo?

Eso refleja que el proyecto político que planteamos, para la Comunidad de Madrid en este caso, es un proyecto por el que la gente que ha votado y al que se sienten vinculados, y piensan que tenemos que seguir trabajando en esa línea para el próximo periodo.

 

¿Qué proyecto?

hay que poner los mecanismos para democratizar esta organización

Un proyecto que se basa en decir que hay que poner los mecanismos para democratizar esta organización. Por ejemplo, con una limitación de cargos. Un proyecto que piensa que solo vamos a construir la alternativa a Cifuentes si construimos junto a los movimientos sociales y no nos aislamos, si seguimos siendo una herramienta vinculada a la sociedad y abierta, pero al tiempo que tenga capacidad de tener debates propios, y un proyecto que piensa que las instituciones no son un fin en sí mismo.

 

UNA VOZ NUEVA

Parece que los partidos tradicionales se han quedado sin voces nuevas. Quizás las tienen todas ustedes. No sé si demasiadas.

Creo que en Podemos hay muchas voces nuevas, pero creo que también hay muchas otras que están en movimientos sociales que no tienen por qué vincularse a Podemos.

 

Usted se ha convertido en un activo para Podemos. ¿Cómo lo vive?

Desde luego contenta, por todo el apoyo y por ver cómo todas las propuestas que teníamos desde Reinicia, algo más amplio que Anticapitalistas, han sido propuestas asumidas y vistas como útiles.

 

¿Es usted ambiciosa?

Lo soy. En el sentido de que la ambición te permite tener fuerza para seguir peleando por lo que crees que hay que pelear. No desde un punto de vista individual, sino político.

 

¿Se ve como presidenta de la Comunidad de Madrid?

No, no me veo. Creo que hay muchas personas capacitadas para ello. No sé si me gustaría. Me gusta trabajar con algunos temas más concretos, en este caso estoy en Políticas Sociales en la Asamblea. Me gusta ser parte de un proyecto y me gusta que, como Podemos, tengamos la capacidad de llegar al Gobierno. No sé si me veo con tanta exposición pública.

 

MACHISMO

Considero que Podemos es un partido con una base machista. ¿Cree usted que lo es?

El objetivo es construir un partido que se parezca más a la sociedad hacia la que queremos avanzar

Claro que creo que Podemos es un partido machista, como la sociedad machista en la que vivimos. Es imposible que un partido en una sociedad como esta no sea también machista. El objetivo es construir un partido que se parezca más a la sociedad hacia la que queremos avanzar que a la sociedad en la que vivimos. Sin dejar de tener los pies en el suelo. Creo que Podemos tiene mucho que avanzar en la cuestión del machismo. Al final o las mujeres somos capaces de empoderarnos dentro de este partido y criticar la estructura patriarcal del propio partido, o no vamos a ser capaces de cambiarlo.

 

¿Cómo se hace eso?

La única forma de cambiar eso es, no solamente ocupando espacios, sino creando herramientas feministas de cara a la sociedad y dentro del propio Podemos. Y construyendo espacios donde las mujeres tengamos voz propia, nos podamos relacionar entre nosotras, y ahí estoy de acuerdo en espacios que sean únicamente de mujeres. Ese es otro debate. Las formas de hacer política en el día a día que vivimos son machistas.

 

Además de crear espacios, qué otros mecanismos hay de lucha contra el machismo dentro de los partidos, y de Podemos.

Un movimiento político no puede ser feminista si no es democrático. Es imposible. Hay que cambiar el hecho de que no existan mecanismos por los que se sabe muy bien dónde se toman las decisiones. Sin eso, es imposible que las mujeres podamos exigir. Creo que en Podemos se ha avanzado. Sobre todo, en los últimos dos años se ha avanzado mucho. Hemos sido capaces de poner en el orden del día el feminismo y hacer que las exigencias feministas sean asumidas por todo el mundo. Pero cuando hablamos de feminización de la política hay una diferencia entre lo que plantean algunas mujeres de Podemos y lo que planteamos otras.

 

¿Por ejemplo?

No se basa en ocupar espacios de poder. Se basa en criticar la estructura patriarcal. Y no se basa en asumir los roles que una sociedad patriarcal nos asigna a las mujeres como algo positivo. No tenemos por qué ser sensibles, amables y cuidadosas. No tenemos por qué. El feminismo es impugnador de por sí y conflictivo de por sí. Lo que tenemos que hacer es deconstruir esos roles.

 

¿Podría ser que, entre los Iglesias, Errejón, Echenique, Urbán, Espinar… le votaran a usted también por ser mujer?

nos hemos convertido en un partido más normalizado

Podría ser también que Podemos es una fuerza nueva, que plantea una forma de hacer las cosas en política diferentes, y cuyo éxito reside precisamente en ser un partido diferente al resto… y en los últimos dos años eso ha dejado de tener tanto efecto. Básicamente porque nos hemos convertido en un partido más normalizado. Y eso juega en contra de nosotros, porque si algo ha sido característico del 15M no es el rechazo a las élites económicas, sino el rechazo a la clase política. Cuando Podemos se normaliza y las caras de Podemos se normalizan y empiezan a hablar como un político profesional, caras nuevas conectan quizás más con la gente. Creo que es importante que no dejemos de ser gente que habla como la mayoría de la gente.

2 COMENTARIOS

  1. Acerca de la muerte de Jose Luis Gordillo aparece la nota de su fallecimiento
    en el periodico publico.es pero con todos los comentarios cerrados ?????
    Fallece a los 46 años el periodista Jose Luis Gordillo

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