Suele decirse que es más aceptado cuando decimos a las personas algo que no saben, pero menos soportable informarles que están equivocadas. En esta España de saltimbanquis y tahúres, con una cohorte de aplaudidores y xenuflexos regularmente pagados, y dispuestos a confirmar con sus escritos y alocuciones, que Venecia está en El Cabo y Nueva York en Dunbai. A quienes conocemos algo de geografía le resulta inaceptable dar conformidad a esas barbaridades. Acallar las voces críticas en grupos mediáticos muy comprometidos con los beneficiados de este Modelo, no les funcionará. Hay muchas vías por la que difundir la noticia: hay otro Modelo diferente.

La maquinación está adquiriendo dimensiones tales que, quienes observamos atentamente los fenómenos políticos, económicos y sociales, no sólo de España, sino del mundo, apreciamos con claridad el núcleo director que impulsa con todos los medios posibles, a la consolidación de estos gestores. O de otros similares. Porque, pongamos en claro que la cuestión no tiene qué ver con que prosiga como jefe de Gobierno Mariano Rajoy Brey. Este hombre no deja de ser un pequeño peón en el verdadero tablero del juego que está desarrollándose desde la Transición, y aún antes en nuestro país.

Ese juego, fue el que permitió que Francisco Franco muriera luego de cuarenta años de terrible dictadura. Período que los personajes que han seguido sus huellas, pretenden seguir enterrando en el olvido. Desde entonces, de lo que se ha tratado es de la aplicación de un modelo económico, que se pudo implantar gracias a un sistema político y social que tuvo como fin el permitirlo. Que las tensiones territoriales tienen más causas económicas mal gestionadas, que un verdadero deseo de fragmentar a este país. Utilizar el miedo y la violencia es antiguo en nuestra historia. Las conspiraciones y traiciones., financiadas por grupos y hermandades, en torno a los grandes negocios, no han dejado de ejercerse ni de tener en nómina a sus operadores políticos y mediáticos.

Los “modelos”, conceptualmente hablando, son esquemas generales que permiten, desde las políticas que, para sorpresa de muchos, sí contiene la Constitución vigente, puedan desarrollarse acciones de gobierno en consonancia con los valores que dice defender. Porque un “modelo” se apoya en un conjunto de valores. Como el respeto al prójimo. Como la Solidaridad. Como la Libertad. Como la Igualdad. Como la Justicia. Definitivamente, pareciera que estamos comprobando que, este gobierno en funciones, mucho de lo que llevó a cabo en toda la legislatura de su mayoría absoluta, podría ser anticonstitucional. Tal vez por ello requiera influir en el Tribunal Constitucional, para que le “afinen” sus consultas. Tal vez también, esa sea la razón central que los obliga a no dejar el poder. Deberían dar cuentas.

El Modelo vigente ha fracasado. Ha resultado ineficiente e injusto y no ha avanzado en la resolución de ninguno de los problemas por los que pasa la vida de la gente. Además, la carga de los errores por gestiones políticas, económicas y sociales, pueden ser objeto de revisión por los Tribunales europeos o mundiales. Los fallos que ya se han producido al respecto, dentro del estilo de este equipo gestor, cumple con la práctica del desprecio, la aplicación del desdén o la directa formulación de las mentiras, frente a realidades contumaces que lo han dejado en evidencia.

En este panorama, luego de cuatro años nefastos de obediencia ciega a Bruselas y Berlín, va siendo hora de decir que es posible detener esta sangría por la transferencia de las rentas medias y bajas a las más altas. Que ya es hora de corregir el abuso discrecional en decisiones tan cuestionables como los nombramientos de Wert, Trillo o Soria, aunque no los únicos, en destinos dorados. Que una reforma laboral justa y otra fiscal equitativa forman parte de ese nuevo Modelo.

Si la Justicia cumpliese su labor con la plenitud que exigen los principios constitucionales, tal vez se podría haber puesto coto al abuso de poder y a la proliferación de la corrupción, que hemos escuchado en grabaciones y documentos.

El Modelo en vigor exige que se lleve a cabo un repliegue del control del Estado en todos aquellos organismos e instituciones. Recordemos que sus cometidos fueron pensados para evitar los abusos y producir transparencia en la gestión de los recursos estratégicos que nos pertenecen. Auditar la gestión interna de los oligopolios financieros, energéticos y similares, es imprescindible.

Eso es democracia. Como lo es también comprobar la estructura del gasto y de los ingresos. Quizá nos llevemos la sorpresa de que no todo es tan patriótico como anuncian los portavoces de los “españoles, mucho españoles”. Tal vez descubramos que nos han estado timando desde mucho antes de la muerte del dictador.

En definitiva. Puede que lo que está en desarrollo en este momento sea la pugna no de partidos o personas. Puede que simplemente ha llegado la hora de decir a aquellos que hablan y hablan del bien de España, que no se trata de repetir esa propuesta vacía de contenido. Que ya no resulta “venezuelear”.

Los analistas políticos y los medianamente informados conocen la historia de la célebre frase de James Carville, asesor de Bill Clinton, cuando dijo “es la economía estúpido”, para vencer al candidato republicano, George Bush, padre, que seguía volcándose en los éxitos de la política exterior estadounidense como el fin de la Guerra Fría o la Guerra del Golfo Pérsico, olvidándose de los problemas cotidianos y de las necesidades más perentorias de los ciudadanos.

La respuesta a los problemas de los ciudadanos es el cambio de Modelo, no sólo de Gobierno. El otro Modelo, el que quieren que aceptemos, se funda en la única obsesión de seguir con los recortes presupuestarios para, según mienten, rebajar su deuda. En realidad, lo que llevan a cabo es una privatización general del sistema del bienestar.

De aquí que lo que llaman “bloqueo” en la formación de gobierno, se trata simplemente de profundizar el austericidio. Repito, como le dijeron a Clinton en su momento, refiriéndose a la economía, que “se trata de cambiar el Modelo, estúpido!!”

¿Qué parte no quedó clara?

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