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Se llamaba concordia

Ramón Riera
Ramón Riera
Es licenciado en Historia, músico tradicional y comunicador especializado en divulgación. Como conferenciante se ha especializado en los cambios politicos drásticos de la Península en los siglos XVII i XVIII. Director del proyecto “Buirac de Memòries, ESC”, ha publicado en los medios “Parlem de Sarrià”, “el Vallenc” y “Gavarres”.
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análisis

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Amigo preocupado (con todas sus letras) por el conflicto en Cataluña:

No te enfades: Los catalanes podríamos estar una vida entera esperando recibir la cordialidad sincera del resto de España, pero no va a ser así.

Podríamos esperar una vida entera un encaje que no es que sea difícil, es que simplemente LO HICIERON prácticamente imposible.

Es un pez que se muerde la cola casi desde el fin de aquella operación político-social llamada «Transición». Hoy es el muro con el que han topado tantos catalanes con amigos o familia dentro de España, que desde el octubre de 2017 se han negado a entenderlos o incluso les han negado la amistad. O viceversa. Quizás sea tu caso.

En estas líneas quiero explicarte algunas de las razones de esta situación. Quizá te escandalizes, pero la vida és así.

Todo empieza con la Constitución actual. Si la base de aquel inicio de régimen hubiera sido redactada y pactada con sinceridad y sin cuarteladas; si el sistema político hubiera nacido con HONESTIDAD; habríamos visto nacer un Estado (un Reino, si lo deseas), muy diferente de lo que desde el año pasado has ido descubriendo que teníamos.

Un estado saludablemente democrático y previsor hubiera hecho una apuesta seria para educar a la sociedad en tres temas clave:

1) La democracia

2) La multiculturalidad, la diversidad

3) La lucha contra la corrupción

Por aquel entonces cualquier ciego o memo era capaz de ver que, precisamente, fueron tres temas en que falló la República de 1931; y que con los medios e ilusión disponibles en 1978 se podrían haber cultivado con profusión.

En el tercer punto no me voy a extender, porqué cada día aparecen más escándalos, económicos o jurídicos. En cuanto a las otras bases, han pasado absolutamente desapercibidas en demasiados análisis.

Estas dos bases de la sociedad en un inicio fueron tratadas con cierta vacilación y ambigüedad. Al final, directamente despreciadas.

Y en tres campos clave: la enseñanza, los medios de comunicación, y la política (concretamente en el ejercicio de ésta).

Por desgracia, LA ENSEÑANZA ESPAÑOLA no es mucho más que una continuación estructural de aquella bestia franquista que se encargó de destrozar la obra de los maestros de la II República. No hablo del trabajo concreto de cada maestro, al contrario. Creo que tanto en Catalunya como en España hay muchísimos profesores con ilusión y con ideas que podrían hacer una escuela excelente; pero la estructura, el peso de la burocracia, los temarios controlados, la inopia de una sociedad que ha acabado incluso agrediéndoles, han creado unaestructura poco útil, como mínimo para crear una sociedad saludable.

No se enfrenta con éxito al machismo y la homofobia; no llega a disminuir el racismo; no ha cultivado el espíritu crítico y no ha servido para que los españoles de calle entendieran la “diferencia”, la riqueza de la “diversidad cultural” y sobretodo del “criterio personal”. La discrepancia y la diferencia se consideran amenazadoras.

Esto, no lo arreglará nadie, ni en Madrid ni en Barcelona. No te engañes. No entra en ningún programa.

En cuanto a la PRENSA y las TELEVISIONES y RADIOS PÚBLICAS y PRIVADAS huelga decir que en ningún momento se hizo ninguna apuesta fuerte más allá del «Sano Regionalismo Español» (la prehistoria rústica del «Café para Todos»). Con cuatro programas menores en horarios poco concurridos y con una programación (quizá con excepción en algún canal autonómico) que no invierte en pensamiento crítico, en educación, ni en analizar los problemas sociales, o revisar los valores democráticos; sino que ofrece telebasura y noticias al servicio del gobierno de turno, las corporaciones y el sistema, las 24 horas del día.

Aquí tampoco hay ninguna intención de cambiarlo. Bien… si: existe la intención de llevar a TV3 y la Corporación Catalana las maneras de hacer del territorio «nacional».

Finalmente, el tercer pilar, el de LA POLÍTICA. En este campo hay que decir que la ineptitud ha sido CRIMINAL. Incluso con algún modelo digno de ser enviado al tribunal de La Haya por delitos de odio: de difusión, de inyección y de explotación del odio. El tema autonómico primero se diluyó con la estrategia del «Café para Todos», pero a partir de ahí la política llorona, a la par que complaciente, del Pujolismo (siempre ambicioso de significarse en la política estatal); junto al uso imprudente y criminal del tema catalán por los partidos estatales y sus delegaciones regionales ( «han dado a los catalanes un cagarro, los extremeños queremos DOS!», etc.) alimentaron un odio que creció exponencialmente desde los años ochenta del siglo XX hasta hoy.

Abonaron un odio que ni en la enseñanza ni en los medios de comunicación nadie se preocupó de reconducir, o combatir. Ni tan siquiera sé decirte si se dieron cuenta (no sé si fue malicia o estulticia …). Llegados aquí … ¿podemos pensar que ningún partido estatal dejará de jugar con las concesiones y pactos con los catalanes (o los castigos) para sacar rédito electoral? … ¡Vamos!

Y es por eso que nos hemos encontrado aquellas roturas de amistad o de familia que relataba al principio. Es por eso que el sufrimiento de tantos catalanes ha generado tanto poca empatía, ante nuestra incredulidad. Es por ello que las Redes Sociales supuran tanto odio (a menudo inmoral e inhumano) contra nosotros. Finalmente, más gráfico: es por eso que se organizaron aquelarres como el del #Aporellos.

Es la educación patria, las creencias, es la esencia del pensamiento de demasiados españoles: para estos la “diferencia” es negativa y la “discrepancia” es un ataque. Es un sistema de pensamiento que choca inevitablemente con  el catalán (siempre un tanto anarquista, cabe decir…). En España hay gente despierta, hay librepensadores, gente de movimientos alternativos … lo que deseéis. Pero no son lo suficientemente significativos, ni libres, ni influyentes para hacernos de interlocutor o conseguir abrir los ojos al gran público. Es una lástima.

Así pues, amigo… por favor, empieza a usar tu sentido crítico para entender lo que está pasando. Si lo que pretendes ES UN ENTENDIMIENTO. Por la vía de la política tradicional del 78 no va a llegar nunca.

Y es que tras la polémica se esconde el cambalache, amigo. La discusión y la crispación han sido, son y serán SU NEGOCIO. Ahora también la IMPOSICIÓN. ¿O acaso no te da corte hablar en favor de lo catalán en público? ¿Eres libre de hacerlo sin confrontaciones?

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1 COMENTARIO

  1. Hace falta viajar más en ambos sentidos para ver a pie de calle que todos queremos lo mismo (vivir en paz, ser felices,…) y que todos los políticos (sobretodo los de las cúpulas) quieren lo mismo (que les voten diciendo lo que haga falta sin pensar en los votantes)

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