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Rumiando ‘Eternidades’

Juan Ramón Jiménez inicio hace un siglo con este libro una nueva etapa en la que se constituye como poeta de lo nuevo

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análisis

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Pasada la resaca del 17, el más evidente año de Juan Ramón (Jiménez, claro), por su variada e importante contribución a la literatura en ese año (Platero y Yo, edición completa; Sonetos Espirituales; Diario de un Poeta Recién Casado y Poesías Escojidas, su primera antología, escrita así, con jota) ahora, en este 2018, llega el turno al centenario de otra obra importante, Eternidades, rumiada en los años 1916 y 1917, en el inicio de lo que se ha dado en llamar la etapa intelectual del poeta, dejando así atrás la etapa inicial y sensitiva con la que aterrizó en una poesía transformadora y renovadora.

Es Juan Ramón poeta de lo nuevo, en quien ya han comenzado a fijarse los poetas jóvenes que buscan el sustento de la vanguardia rompedora

Es Juan Ramón poeta de lo nuevo, en quien ya han comenzado a fijarse los poetas jóvenes que buscan el sustento de la vanguardia rompedora. Y es lo que en aquel 1918 encarna el poeta de Moguer, en un momento en el que su rocambolesco matrimonio con Zenobia Camprubí le empieza dar estabilidad emocional y personal, lo que hace que pueda centrarse en la poesía que anhela y busca. No es extraño que el poeta dedicara su primer libro en matrimonio a quien será su ‘eterna’ acompañante. Y es ahí donde Eternidades muestra ese papel del cambio poético que se desarrolla en un momento de gran altura creativa. Él mismo narra su propia evolución poética:

 

Vino, primero, pura, / vestida de inocencia. / Y la amé como un niño. // Luego se fue vistiendo / de no sé qué ropajes. / Y la fui odiando, sin saberlo. // Llegó a ser una reina, / fastuosa de tesoros… / ¡Qué iracundia de hiel y sin sentido! / …Mas se fue desnudando. / Y yo le sonreía. // Se quedó con la túnica / de su inocencia antigua. / Creí de nuevo en ella. // Y se quitó la túnica, / y apareció desnuda toda… / ¡Oh pasión de mi vida, poesía / desnuda, mía para siempre!

 

Su verso tiene ya medida libre, abandonando viejos ropajes. Ahora hace de la mujer poesía, o de la poesía mujer, porque a ciencia cierta él viaja de una a otra y de otra a una, al estar pleno de amor teniéndolo cerca, sin necesidad ya de las ensoñaciones poéticas del amor deseado y buscado antes del 2 de marzo de 1916, cuando en una pequeña iglesia de Nueva York encuentra el Sí definitivo de Zenobia.

Eternidades lo escribe en esos dos primeros años de matrimonio y lo publica en 1918, en la Tipografía madrileña de Ángel Alcoy, tras su fértil etapa de Calleja, a la que pertenecen los libros anteriores, excepto la antología publicada por la Hispanic Society. Aquí está el resumen de su poesía, de lo sencillo a lo complejo, para volver otra vez a lo sencillo, pero ahora con la madurez de un poeta consagrado.

 

¡Intelijencia!, dame / el nombre exacto de las cosas / …Que mi palabra sea / la cosa misma, / creada por mi alma nuevamente. / Que por mí vayan todos / los que no las conocen, a las cosas; / que por mí vayan todos / los que ya las olvidan, a las cosas; / que por mí vayan todos / los mismos que las aman, a las cosas… / ¡Intelijencia, dame

el nombre exacto; y tuyo, / y suyo, y mío, de las cosas!

 

Unamuno, tan cercano a Juan Ramón, decía que “pensamos palabras”, lo que quizás debiera ser la insignia de esta poesía intelectual llevada al extremo por Juan Ramón. Eternidades viaja atada a la propia evolución del poeta, consciente del momento feliz proyectado en su iniciática vida en pareja. Todo lo ve en positivo “como un niño…”, en momento jubiloso personal de exigencia estética. El poeta moguereño creyó estar al filo de sus metas en Eternidades, pero aún le quedaba por hacer, antes de su exilio en 1936, donde giró nuevamente en su forma de sentir lo poético. Ahora está terminando Piedra y Cielo e iniciando Viajes y Sueños, amen de ir perfilando su Segunda Antolojia Poética. En definitiva, la lucha de Juan Ramón con la palabra. Ahora, 1918, cuando vio la luz sus Eternidades, que de momento solo son centenarias.

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1 COMENTARIO

  1. Llevo casi toda mi vida estudiando y trabajando la Obra de JRJ, he sido editor suyo y he publicado bastante sobre él, y me atrevo a decir que es el más grande de los escritores de los últimos siglos en España e, incluso, en América. Voy retirándome de él, porque en este papanático país la independencia se paga. Un abrazo y gracias por mover al Moguereño

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