(Un poema, prometido hace ya meses, para Nico Rosberg. Se lo ha ganado tras su carrera en Sepang: Ningún siempre es para siempre)

 

Tigre tigre.

Silencioso sobre sus pies almohadillados
de ninguna nacionalidad concreta
tigre tigre
paso a paso
en la obscuridad
en la selva
Nico Rosberg ha ido avanzando
cuando ya los monos se reían
y cantaban su epitafio las hienas.

El gran felino es negro y rápido,
te va a comer
como te ha comido siempre.
Cantaban los monos
reían las hienas.

El tigre rayado
masticando odio y frustración
incapaz de no comportarse
siempre siempre siempre
como un caballero.

El sinvergüenza se lleva siempre a al chica
el guapo se lleva siempre a la chica
consigue la victoria.
Siempre siempre siempre.

Despacio
concentrado en cada carrera
como si fuera la única y la última de su vida
como si fuese a morir la noche siguiente
sobre sus ruedas almohadilladas
Tigre tigre.

Era nueve de octubre
era otoño
era Japón
era la venganza de una vida entera.

El superdotado
el que nunca trabajó
-no le hacía falta-
pierde la gran carrera.
El silencioso
sobre sus pies sus patas sus ruedas
gana.

Le quieren todas las chicas
incluso la más esquiva
la gran Gloria
que ahora le sonríe y pone ojitos
si aguantas -le promete-
seré tuya. Tuya para siempre.

Si aguantas
tigre tigre
apenas cuatro
pequeñas más carreras.

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