Es como el grupo Bilderberg pero si tenemos en cuenta su posición en las finanzas mundiales mucho más poderoso. Es lo que se llama “la trilateral bancaria”. El pasado mes de mayo se reunieron en París con el propósito de unificar las estrategias de defensa ante las demandas colectivas que se presentan contra ellos en los tribunales de justicia.

Ha sido Bloomberg, gracias a una serie de fuentes anónimas cercanas a la reunión, quien ha descubierto esta iniciativa de la que forman parte Goldman Sachs, Barclays, Citigroup, Deutsche Bank y JP Morgan. Al parecer llevan diez años reuniéndose secretamente. Es por ello que la publicidad que se ha dado al último encuentro ha caído como un jarro de agua fría entre los miembros del “club”.

En especial a Eric Grossman, el jefe de los servicios jurídicos de Morgan Stanley que fue quien puso el asunto de las demandas colectivas legales encima de la mesa. En septiembre de 2015, Goldman Sachs, JP Morgan, Citigroup y HSBC se vieron obligados a pactar un acuerdo extrajudicial por valor de 1.890 millones de dólares en un caso de seguros de impago ante diversas organizaciones, como la Asociación de Empleados Jubilados del Condado de Los Ángeles, en los Estados Unidos.

La demanda se había presentado en Europa. Citigroup fue la primera entidad en ceder. Llegó a un acuerdo para pagar 60 millones de dólares y evitar, así, una investigación antimonopolio. La decisión de Citi provocó el efecto dominó. Las otras entidades demandadas se vieron obligadas a pactar. En total 600 millones en un principio, cantidad que posteriormente se vería triplicada.

El análisis de lo que está ocurriendo es muy sencillo. Los abogados que presentan demandas colectivas mantienen la estrategia del “divide y vencerás”. Pactan con un banco de los que son objeto de la acción judicial. Probablemente el que se encuentra en posición más débil. Y lo demás viene añadido. El resto se ve obligado a pactar. Y todo ello debido a lo que los economistas denominan “teoría de la responsabilidad solidaria”. Un sistema aplicado en Norteamérica que consiste en que la empresa declarada culpable es la encargada de pagar todos los daños y de exigir su parte a las otras empresas.

Y ante esta situación “los grandes” decidieron, en París, una estrategia común. No hubo reproches hacia el Citi por haber hecho semejante desaguisado financiero. Pero sí acordaron que, en el futuro, todos remarían en la misma dirección para evitar hechos como el planteado. Tal y como hacían en el pasado. Coordinar defensas para evitar que los astutos abogados que se hacen cargo de estas demandas colectivas les dividan. Y el acuerdo final, en resumen, consistió en que que todos los bancos que hayan sido demandados en la misma acción esperen, al menos, 60 días antes de tomar una decisión por su cuenta y que aguarden 48 horas antes de empezar a negociar un acuerdo con un demandante.

Y una cosa tan sencilla, pero en la que se juega mucho dinero, es lo que, en esta ocasión, centró la atención de los asistentes al encuentro. Un encuentro que, al parecer, propicia el abogado Robert Mundheim, ex decano de la Universidad de Pensilvania, también profesor, y ex asesor del Tesoro Federal. Mundheim también invitó a Credit Suisse, BNP Paribas, UBS y Standard Chatered. Todos estuvieron presentes.

Mundheim no ha querido comentar los asuntos tratados en esta reunión, ni tampoco ninguno de los presentes a los que ha sorprendido su filtración. Y es que ya se empieza a especular con la posibilidad de que en este tipo de encuentros se esté perfilando un nuevo “poder en la sombra”.

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