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Regeneración política y democracia

Una vez que todos los ciudadanos conocen la situación social y económica por la que atraviesa España, cabe preguntarse ¿Que hay que hacer ahora?

José Amestoy Alonso
José Amestoy Alonso
Escritor y profesor licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Zaragoza. Sus líneas de investigación son Climatología, Medio Ambiente y Tercer Mundo.
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análisis

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Lo lógico es crear otro sistema económico y social que beneficie a todos los ciudadanos (El BIEN COMÚN) y exista un control del sistema financiero que impida la especulación y la corrupción de empresarios, que impida la evasión de capitales, que controle los gastos planificando los mismos, que controle los sueldos de políticos (en la actualidad existen 445.568 políticos; según un estudio interno, desvela que España es el país europeo con mayor número de políticos con cargos públicos por habitante de toda Europa. Estos políticos se encuentran trabajando a todos los niveles de la administración. Existe duplicidad de cargos políticos, los Parlamentos de las CCAA han generado más Consejeros de los necesarios. Todo ello conlleva un gasto público excesivo, pues además se multiplica con el de los ¿Asesores? de los Consejeros y otros cargos. Tenemos 300.000 políticos más que Alemania, trabajando a costa del presupuesto, y el doble que Italia y Francia), de los empresarios, de los banquero, que se controle, asimismo, a los componentes de los consejos de administración de Bancos y que impidan que se auto pongan los sueldos, que desaparezcan las indemnizaciones por haber pertenecido a los mismos o al Gobierno de turno, que no existan sueldos vitalicios; que los políticos una vez terminado su mandato de dos legislaturas vuelvan a sus trabajos o busquen uno si no tienen.

Para ello se necesita que las ideologías no terminen por agonizar; hay que cambiar algunos partidos políticos con nuevas ideologías que busquen el Bien Común y el Bienestar social, por tanto, entre otras cosas, debe cambiarse el sistema electoral que permita a los partidos que hoy son minoritarios alcanzar un número de diputados lo suficientemente amplio para eliminar el turno de partidos, el bipartidismo (Cánovas del Castillo y Sagasta, por poner un ejemplo, practicaron el Sistema canovista, que no era ni más ni menos, que la alternancia en el poder; es decir, el “turno de partidos”, pero eso fue en el S.XIX, no olvidemos que estamos en el S.XXI).

Por otra parte, la Sociedad Civil debe tener una participación real en la vida política, social y económica. Según nuestro criterio, hasta que las izquierdas no se unan en España no se conseguirán los aspectos indicados más arriba. Se necesita una Regeneración política y democrática.

Debemos volver a Montesquieu y a la División de Poderes, para que exista realmente, no fictíciamente, dicha división; para que el Parlamento sea de verdad el poder Legislativo que emana del pueblo, el Gobierno el poder Ejecutivo y el poder Judicial sea totalmente independiente de los partidos políticos y no sean puestos los jueces a dedo por los partidos políticos sino por los propios magistrados para que, independientemente de quien haya cometido un delito, sea juzgado y sancionado con arreglo a las leyes y si la sanción es cárcel pues a ella y que devuelvan el dinero robado a los ciudadanos (repatriar el capital).

Volvamos los ojos un poco atrás: la deuda pública española se debe a la pésima gestión de Comunidades Autónomas y Ayuntamientos que no han sabido (a los Presidentes y Consejeros de CCAA, a los alcaldes y concejales de los ayuntamientos les falta unos buenos equipos asesores que les aconsejen qué se puede hacer y qué no; por ejemplo, carecen de economistas de valía, geógrafos para aconsejar en el desarrollo territorial, ingenieros, sociólogos, etc.), pero sí se han rodeado de gente muy bien remunerada, inepta y corrupta en algunos casos, o no han querido gestionar el Bien Común que favoreciera a todos los ciudadanos. Si esto último fuera así, sería muy duro, inaceptable.

La deuda de las CCAA y  Ayuntamientos de Barcelona, Valencia y Madrid son las que estaban a la cabeza. El Ayuntamiento de Madrid, por poner un ejemplo, tenía una deuda de más 7.000 millones de €; aproximadamente la mitad de la deuda pública es de los ayuntamientos, como es el caso de Madrid y Valencia. Para que veamos hasta donde llegan en su ineficacia, el ayuntamiento de Madrid regido por la Sra. Botella evaluó en 30 millones de euros crear una Sala para los concejales. Algunos Alcaldes pretendían poner suelo flotante a sus despachos, evidentemente no prospero, y en este caso estamos hablando de los primeros tiempos de la Democracia. “Hay que tirar la casa por la ventana”.

Un caso aparte es el del sueldo de directivos y empresarios que han aumentado en estos últimos años, 20 y 13 veces respectivamente lo que gana un trabajador, claro está que el trabajador no esté en el paro.

Un hecho ya casi curioso, si no fuera por lo dramático de los tiempos que corren, y como dicen ya frecuentemente, locutores y presentadores de Televisión “con la que está cayendo” es que en cada Legislatura los políticos se suben el sueldo entre un 5 y 10 %; últimamente ya les da vergüenza, sobre todo cuando cada viernes amenazaban desde el Ejecutivo con más recortes, por poner un ejemplo, bajadas del 5 % y dentro de unos días nueva bajada del 3 % a los funcionarios; o la reducción de 3.000 millones de euros en educación, tanto en enseñanza pública como en enseñanza concertada. Es denigrante, máxime cuando sabemos que altos cargos de la administración judicial se han gastado 28.000 euros del erario público en viajes que no pueden justificar, supuestamente. No podemos dejar de preguntarnos una y otra vez, ¿dónde está el dinero en España? ¿Por qué ha desaparecido? ES INDIGNANTE y siento vergüenza ajena. La pobreza y el hambre son cada vez mayores.

Los cambios de Gobierno suponen al erario público 4,5 millones de Euros en indemnizaciones y en sueldos vitalicios.

Los  cambios de gobierno cuestan unos cuatro millones y medio de euros en indemnizaciones. Más los casi 80.000 € que obtiene el ex presidente cada año como pensión vitalicia, y si sumamos otros ex Presidentes del Gobierno, la cifra en pensiones vitalicias asciende a 480.000 € al año. Esto es un ejemplo más del BIEN COMÚN en España.

La regeneración política y democrática en España debe eliminar el gasto superfluo, las pensiones vitalicias, la corrupción a todos los niveles; esta regeneración tiene que tener por denominador común la desaparición de las corruptelas, la solidaridad con los que menos tienen, erradicar la pobreza, crear puestos de trabajo dignos con sueldos suficientes para que las empresas y los trabajadores coticen a la Seguridad Social.

 

Como decíamos más arriba, políticamente hablando un diputado o un senador debe estar en política dos Legislaturas y retornar a su puesto de trabajo o buscarse uno si antes de entrar en política no tenía. Un político debe entrar en política para buscar el BIEN COMUN, es decir, el BIEN DE LA SOCIEDAD, no su propio beneficio.

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