Desde octubre del año 2011 ETA no ha asesinado a nadie en España. El pasado 17 de marzo la banda terrorista anunció que el día 8 de abril entregará todas las armas y explosivos que tiene escondidos. En este proceso participarán personas pertenecientes a la sociedad civil y cargos electos del País Vasco francés.

Como hijo de alguien que ha sufrido el terrorismo durante más de tres décadas tengo la legitimidad suficiente como para expresarme de la forma en que lo voy a hacer y nadie, repito, nadie podrá echarme en cara que lo haga sólo por el hecho de que a mi padre no lo mataran. En este país parece que si no tienes un muerto no eres víctima del terrorismo. Hay cientos de personas que fueron represaliados, que fueron extorsionados, que fueron amenazados, que sufrieron atentados pero que no murieron. Les refiero aquí el caso de Manuel Domínguez, el editor de este medio, quien tuvo que ir acompañado de escolta durante más de 10 años por estar amenazado por ETA.

Mi padre no sólo sufrió el terrorismo de ETA, sino también el de los GRAPO y el de FRAP, viviendo casi pared con pared con los terroristas que le vigilaban para pegarle dos tiros en la cabeza. Mi padre tenía que llamar al trabajo en los años más duros de la actividad terrorista de estas organizaciones para informar de que seguía vivo y que podría acudir a cumplir con su deber. Mi padre se tenía que tirar al suelo cada vez que quería ir a algún sitio en el coche por si le habían puesto una bomba lapa, como a muchos de sus compañeros y a muchas otras víctimas. Mi padre tenía que salir armado de casa incluso en sus días de vacaciones. Mi padre se enfrentó a tiros en varias ocasiones con comandos de los GRAPO a finales de los años 70 y hasta mediados de los 80, además de ser tiroteado mientras hacía su trabajo en emboscadas que los terroristas hacían en cualquier esquina o en cualquier lugar.

El sistema penal español está basado en la premisa de la reinserción del preso, no en el castigo por el delito. La cárcel se utiliza en España como un medio de reinserción en la sociedad, no como un castigo, tal y como ocurre en otros países de demostrada tradición democrática. En esa reinserción va implícito el perdón, no la venganza.

Fue en el año 1989 cuando el Gobierno de Felipe González implementó la política de dispersión de presos. En aquellos años tenía lógica una medida de este calibre. El hecho de enviar a los presos a centros penitenciarios lejanos fue una herramienta para romper los lazos que se pudieran crear con ETA y buscaban que el encierro individual provocara que se interesaran en las políticas de reinserción.

Han pasado más de 25 años desde que el PSOE implementara la dispersión. En este tiempo han ocurrido muchas cosas entre ellas el cese definitivo de la lucha armada y el anuncio de desarme, además de los muchos presos que se acogieron a lo que se ha denominado «vía Nanclares», un proyecto de reinserción de presos etarras que deciden dar pasos hacia el fin de la violencia. Ahora mismo no tiene sentido el mantenimiento de la dispersión porque ya no hay que romper ninguna conexión con ETA y el hecho de que aún haya más de 250 presos en cárceles españolas con distancias superiores a los 500 kilómetros respecto a sus hogares es ya un castigo que se está aplicando a las familias.

En este país ha habido demasiada gente que se ha aprovechado de la existencia de ETA y, una vez que la banda terrorista va a desaparecer, no pueden permitir que salga de la actualidad. Lo estamos viendo con los casos de presunto enaltecimiento del terrorismo a través de las redes sociales o coartar el derecho a la libertad de expresión por unas más que dudosas injurias a las víctimas.

Cuando ETA, los Grapo o FRAP asesinaban la derecha o la ultraderecha de este país utilizaron de manera constante el argumento del terrorismo como herramienta política. Ya durante la Transición, en las manifestaciones que Fuerza Nueva organizaba en casi todos los funerales de asesinados por la acción terrorista, se agitaban dos argumentos: la unidad de España y las víctimas del terrorismo. Durante la democracia los españoles fuimos testigos de cómo el Partido Popular de José María Aznar (quien, por cierto, también es víctima) utilizó políticamente a las asociaciones de víctimas. No hay más que recordar las palabras del ex presidente en el Parlamento responsabilizando a Felipe González de todos y cada uno de los asesinados por ETA. Lo mismo podemos decir de partidos experimentales como UPyD que se hicieron fuertes agitando el mismo discurso.

También es destacable cómo muchas víctimas o familiares de víctimas han medrado políticamente gracias a la memoria de los muertos. Muchos de estos son los que más agitan el fantasma de ETA porque con la ausencia de la banda terrorista de la actualidad su presencia en la primera línea deja de ser imprescindible y ya no da rédito político.

Me daba mucha pena ver cómo ciertas asociaciones de víctimas del terrorismo se dejaban manejar o se dejaban utilizar por el Partido Popular pensando que se cumplirían sus reivindicaciones en cuanto el partido conservador español llegara al poder. Un ejemplo lamentable y reciente de esta simbiosis entre el PP y ciertas asociaciones lo vimos en el aniversario del 11M cuando la presidenta de la AVT se deshizo en elogios a María Dolores de Cospedal. Que en un acto de homenaje a unas víctimas de las que se rieron ministros y representantes del PP se elogie a figuras de este partido es, además, de mal gusto.

Hay un contraste entre lo anterior y la actitud de dignidad de algunas víctimas. En estos días hemos visto cómo se condenaba a un año de cárcel a una joven por hacer chistes sobre el atentado a Carrero Blanco. En este sentido fue muy digna la respuesta de la nieta del propio almirante cuando afirmó que le parecía una barbaridad que se pidiera cárcel por este hecho. Del mismo modo fue muy digna la respuesta de Irene Villa en referencia a los tuits de Guillermo Zapata. Pero, en este sentido, destaca Eduardo Madina, a quien ETA le voló una pierna, quien en medio de la polémica por la Doctrina Parot afirmó lo siguiente en la Cadena SER en referencia a un acto de protesta tras la derogación de dicha doctrina presidido por Jorge Fernández Díaz y Alberto Ruiz Gallardón y en la que se hicieron acompañar por las asociaciones de víctimas afines al PP, es decir, las asociaciones que se dejaron utilizar antes de que ETA dejara de matar: «La familia de Enrique Casas, primer senador socialista asesinado a principios de los años 80, en soledad absoluta y sin nadie acompañando a aquel féretro, no opinará lo mismo que Ángeles Pedraza, y digo yo que Ángeles Pedraza tiene todos los derechos igual que la familia de Enrique Casas o de Ernest Lluch, digo yo. Conclusión, no estaban las víctimas, había algunas víctimas representando sus voces y las de las asociaciones de las que forman parte».

En referencia al acercamiento de presos el propio Madina, el día en que ETA anunció el cese definitivo de la actividad armada, dijo en LaSexta: «Gestionar acercamientos de presos ante una ETA que deje de existir, debatir políticamente con aquellos que defiendan el independentismo… a mí eso me da miedo cero».

Mantener la dispersión de los presos de ETA va en contra de nuestro propio sistema penitenciario. La banda terrorista dejó de matar hace más de 5 años. En 5 días entregará varios arsenales de armas. Mantener la dispersión se ha convertido en un asunto cercano a la venganza y en una democracia ese concepto de «vendetta» debería estar desterrado.

6 COMENTARIOS

  1. «en una democracia el concepto de «vendetta» debería estar desterrado» y
    «en la reinserción va implícito el perdón, no la venganza.
    gracias José

  2. Hombre, esperemos que el «nada a cambio de nada» de Rajoy sea solo otro mensaje destinado a sus masas borreguiles, pero él en el fondo sea un poco más inteligente y acabe de una vez con esto. Lo normal es pensar que alguien que ha llegado a Presidente del Gobierno tenga ese mínimo… pero la verdad que cada vez que abre la boca genera mil dudas. En fin, si no es él, supongo que entre asesores y colegas, incluso de otros países, se acabará haciendo lo normal. Ya tarda demasiado.

  3. ¿Y cuándo van a dejar de pagar condena las familias de los asesinados? Que las familias de los presos dejen de pagar condena, no es un argumento adecuado. Hay que analizar caso por caso: valorar los delitos, la colaboración con la Justicia, el arrepentimiento, la condena, el tiempo cumplido… ETA está derrotada, a punto de su disolución, pero no podemos borrar la historia. No ha sido una guerra, ha sido terrorismo. El punto de inflexión tuvo lugar en 1982, con la escisión de ETA-pm y la integración en la vía política aprovechando las medidas de gracia del Gobierno. A partir de ahí, quienes continuaron con el terrorismo asesinando, extorsionando y atacando a la Democracia, no merecen consideraciones especiales. No hay ningún argumento sostenible para ello.

  4. Francamente: me preocupa tan poco lo que les pueda ocurrir a los asesinos nacionalistas de ETA… Por cierto: sólo a un socialista se le podría ocurrir definir a UPyD como un «partido experimental que se hizo fuerte agitando el tema del terrorismo»…

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